CUATRO

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Supo desde el principio, desde su primer encuentro hasta la primera vez que ella usó su insolencia contra él, que sentía algo diferente con respecto a su persona. No imaginaba..., no, no tenía ni puta idea de que el fuego que ardía en su interior acabaría debilitándose hasta extinguirse por su mala costumbre de cometer un error tras otro. Y ahora a menudo se encuentra sentado solo, reviviendo los días en los que ella rebosaba intensidad. Cuando su voz y sus acciones destilaban tanta pasión que el aire entre ellos se cargaba de humo. Debería haber imaginado que toda esa pasión acabaría en destrucción, que terminaría quemando su alma y consumiendo cada milímetro de su espíritu, llevándose a la chica a la que amaba, a la chica sin la que no podía y aún no puede respirar, y se vería obligado a ver cómo se aleja lentamente, con las últimas nubes de humo gris.

Me paseo por la fiesta llena de gente y abro paso a través de un grupo de capullos borrachos que están jugando a alguna especie de juego de beber para entretenerse mientras intentas encajar desesperadamente. Sus ojos inyectados en sangre y sus estúpidas sonrisas me dan ganas de vomitar.

Uno por uno, todos me miran con cara de estar pensando <<es un gilipollas>> mientras lanzan bolas de plástico en unos vasos llenos de cerveza y lo celebran a gritos como si hubieran ganado una especie de medalla por haberse puesto ciegos de alcohol compartiendo vasos con la cerveza más barata del mercado.

Cuando llego al atestado vestíbulo, veo a Steph y a su lapa. La rubia parece perdida, completamente fuera de lugar en este enjambre de cuerpos en movimiento. Alguien le da una bebida y ella sonríe con amabilidad, a pesar de que no la quiere. Lo sé porque se refleja en sus ojos. Pero la acepta, y se lleva el vaso rojo a la boca.

Otra que hace lo que hacen todos. Menuda sorpresa.

~¡Hooolaaa, Tierra llamando a Hardin!- oigo que dice Molly por encima del barullo.

La miro y veo la expresión de enfado en su rostro mientras apoya una mano sobre la cadera.

Tiene la vista clavada en Tessa y Steph.

~¿Qué estabas mirando?- pregunta con voz tensa.

~Nada. Métete en tus putos asuntos.

Continúo mi camino y subo la escalera rumbo a mi habitación. Por detrás de mí oigo un repiqueteo insoportable de bisutería barata y excesiva. Me vuelvo y me encuentro con Molly y sus ojos de cachorro.

~¿Me estás siguiendo por algún motivo?

Se aparta el pelo rosa del hombro.

~Me aburro- se queja.

~¿Y?...- Me saco el móvil del bolsillo trasero y finjo que hago cualquier cosa menos escucharla.

Molly me pasa la mano por el brazo.

~Entretenme, capullo.

La miro de arriba abajo, y me deleito en el modo en que su minúsculo vestido resalta todas las cosas que ya he visto. Me clava las uñas, y su sonrisa se intensifica.

~Venga Hardin, ¿cuándo fue la ultima vez que te corriste?

No tiene vergüenza. Me gusta.

~Pues, teniendo en cuenta que me la mamaste hace dos días...

Pega sus labios a los míos antes de que pueda decir una palabra más.

Me aparto hacia atrás pero ella se adelanta.

<<En fin, ¿por qué no?>> No está nada mal, y podría estar perdiendo el tiempo en cosas peores.

Como Steph con santa Theresa toda la noche. Menudo rollo.

Antes de ellaWhere stories live. Discover now