MELISSA

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Subestimó a la chica la primera vez que la vio. Entonces no sabía nada sobre ella, y aún hoy no sabe mucho. Primero conoció a su hermano y se pasó las noches emborrachándose con él, llegando a conocerlo y a saber lo mala persona que era. Su hermano era una serpiente que reptaba por el campus escogiendo a sus presas como si fuera su terreno de caza personal.

Pero después de observarlo de manera constante, vio que la serpiente tenía un punto débil: su hermana, que era una fuerza de la naturaleza, alta, con el pelo negro como el alquitrán y la piel morena. Conforme empezó a detestar a la serpiente, vio hasta qué punto era intensa su debilidad por ella cómo la protegía como si no hubiera nada más importante en el mundo, aparte de sus propios deseos retorcidos, claro. Y, tras autoconvencerse de que la serpiente se estaba pasando, de que estaba diseminado su veneno como una orgullosa plaga que había que detener, el chico ideó un plan.

Tenía que acabar con esa escoria, y su hermana no era más que una víctima de la guerra.

La casa está muy vacía para ser viernes por la noche. Mi padre está en un banquete celebrando su ascenso en el hospital, y todos mis amigos están en otra fiesta.

Ninguna de las dos opciones me atrae.

No me importaría ir a la fiesta si no fuera en la casa de la fraternidad donde suele estar siempre mi hermano. No puedo divertirme allí porque siempre es superprotector conmigo. Qué frustración.

Quizá el banquete sea una mejor opción , pero sólo ligeramente. Mi padre, el médico más prestigioso de la ciudad, es mejor médico que padre..., pero se esfuerza. Su tiempo es valioso y caro, y no puedo competir con los enfermos que han pagado esta enorme casa en la que me quejo ahora con sus facturas médicas.

Como me siento un poco culpable, colo el teléfono y me dispongo a mandarle a mi padre un mensaje para decirle que al final voy a ir. Pero entonces veo que son más de las nueve. El banquete empezaba a las ocho y, si acudo ahora, lo único que haré será interrumpir y darle a la novia joven de mi padre un motivo más para quejarse de mí.

Tasha tiene sólo tres años más que yo y lleva saliendo con mi padre más de un año ya. Quizá la aceptaría mejor si no hubiera ido al mismo instituto que ella y no recordara lo zorra que era. O si no actuara como si no se acordara de mí. aunque sé perfectamente que sí se acuerda.

Por muy estúpida que sea conmigo, nunca me quejo a mi padre. Ella lo hace muy feliz. Sonríe cuando él la mira y se ríe de sus chistes malos. Sé que a ella no le importa tanto como debería, pero he visto cómo mi padre se ha convertido en una versión mejorada de sí mismo desde el día en que llegó a su consulta con un dedo roto y sus tetas firmes. Mi padre llevó lo del divorcio mucho peor que mi madre, que pronto anunció que regresaba a México a vivir con mis abuelos hasta que pudiera mantenerse por su cuenta.

No sé a quien cree que estaba engañando. Recibió una buena suma de dinero con el acuerdo de divorcio como para permitirse comprarse zapatos de cristal para toda una vida.

En lugar de molestar a Tasha y a mi padre, le envío un mensaje a Dan. Está saliendo con una chica que iba al instituto conmigo. A diferencia de mí, ella sigue en el instituto. Mi hermano es protector y leal hasta el extremo, pero es un cerdo. Repito: es un cerdo. Siempre intento no meterme en sus jueguecitos con sus citas. Sus amigos también son unos cerdos, normalmente más jóvenes o incluso peores que él. Le gusta rodearse de gente tan mezquina como él. así no se siente tan mal. Supongo que quiere ser el rey de las ratas.

Dan responde al instante:

Te recojo dentro de veinte minutos.

Le mando un emoticono sonriente y me levanto de la cama para vestirme. No puedo ir con la cara lavada y la camiseta de la WCU que llevo puesto. Debería ponerme más guapa. Sin embargo, debo tener cuidado a la hora de elegir mi atuendo si no quiero pasarme la noche oyendo las protestas de mi hermano.

Antes de ellaWhere stories live. Discover now