04.

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Namjoon frunce el ceño cuando escucha agua caer en el único baño que hay en ese lugar. Supone que es Yoongi por lo que suspira y se sienta en la cama. Últimamente solo sus tobillos han estado amarrados a la cama, sus manos son libres y eso le alegra un poco. Aunque no tenga nada en que usarlas.

Por ahora.

Estira y enrosca los dedos de sus manos sin saber que más hacer. Sus huesos truenan y eso le hace dejar de moverlos. Suspira y escucha como el agua de la regadera deja de golpear el piso, su estómago gruñe, exigiendo comida.

Fue una total mierda tener que acostumbrarse a comer poco o simplemente no comer. Yoongi nunca se dignaba a darle comida, era J-Hope quien le llevaba y no se cansaría de decir que lo odiaba por las porciones tan pequeñas que le daba.

Vagamente se preguntó si Yoongi ya había llamado a sus padres o a sus amigos pidiendo una recompensa por él.

La puerta de su cuarto (que él más bien llamaba jaula) se abrió, dejando entrar a Yoongi que vestía un pantalón que se pegaba a sus piernas, iba descalzo y sin playera. Una toalla blanca rodeaba su nuca, cayendo libremente por su pecho. Namjoon alzó una ceja al ver la mejilla de su secuestrador de un color entre morado y negro. Se veía asqueroso, supuso que el golpe ya llevaba tiempo o había sido demasiado duro para haber quedado así.

-Tu mejilla parece una pasa masticada -comentó distraídamente, entrecerrando los ojos para ver mejor el golpe.

-Bueno, hola a ti también -como ya era costumbre, Yoongi se dejó caer en la silla que habitualmente usaba cuando iba a molestarlo.

Porque eso era lo único que Yoongi hacía cuando iba a su pequeña jaula, solo lo sacaba de quicio, lo hacía sentirse enojado y confundido. Le odiaba.

-No voy a ser amable con alguien que me ha secuestrado y que no me alimenta bien, ¡Por cierto! -Yoongi ríe ante el comentario y toma la toalla para secar su negro cabello.

Namjoon cruza los brazos sobre su pecho mientras refunfuña como un niño pequeño. Yoongi se da el tiempo de inspeccionarlo detenidamente; su cabello gris está un poco más largo que cuando lo tomó sin permiso, sus pómulos se notaban más y se dio cuenta que lo de la comida era en serio, frunció el ceño, estaba demasiado flaco. Tanto como él.

-Oye, que la comida la tengo que repartir entre tú y yo, se generoso -dice con burla, la verdad es que él apenas y prueba un bocado. Claro que come pues lo necesita, pero con una comida al día le es más que suficiente.

Su víctima suelta una risa incrédula y se deja caer en la cama, acostándose cuan largo es. Nota el leve movimiento que hace en sus pies, como si la tela que lo mantenía en la cama le lastimara. Coloca la toalla en algún mueble y se levanta.

-¿Cuánto has pedido por mi rescate? -Namjoon pregunta, siguiendo con la mirada a Yoongi, quien se detiene a los pies de la cama.

Yoongi alza una ceja y niega con la cabeza, no piensa responder aquella pregunta. Le empieza a crispar los nervios las ideas que Namjoon tiene sobre él; aunque no lo puede culpar del todo. Empieza a desamarrar los tobillos de Namjoon bajo su atenta mirada.

-¿Un millón de wons?, ¿Dos, tal vez? -Namjoon chasqueó la lengua y se sentó de nuevo en la cama para sobar sus tobillos.

-En todo caso los pediría en dólares, vales más que eso.

Un silencio tenso irrumpió la habitación. Los músculos de su cuerpo se tensaron cuando vio a Yoongi acercarse a él, como si lo estuviera asechando. Pasa saliva y lo mira a los ojos, viendo la visible irritación que llena sus ojos marrón claro.

-Creo que está bien, entonces así podré comer porciones de comidas aceptables. Y de paso dejas el mundo de los secuestros y violaciones.

Namjoon sabe que aún por muy amable y decente que sea su «secuestro», tiene un límite en cuanto a sus palabras. Lo sabe muy bien, sin embargo, no sabe dónde se encuentra la línea que no puede cruzar.

kidnapper | yoonnamWhere stories live. Discover now