2

270 42 5
                                    

Escucho con atención lo que hacen y veo que tratan como locos soltarse de la silla en la que se encuentran, pero es obvio que no van a lograrlo porque me he asegurado de que no salgan nunca y aunque pudieran hacerlo, aún tienen que pasar por mí y luego abrir una puerta de metal que no se abre fácilmente, así que no creo que la tengan fácil.

—Por favor... déjanos salir, no... no diremos nada— ruega Mary. Su voz suena quebrada por completo y eso me divierte un poco porque ahí se ve muy vulnerable, ya no parece ser la chica presumida que decía dar buena pelea frente a todos.

—No sabes cuánto quisiera que eso fuera posible— digo mientras camino por la habitación—, pero creo que no se va a poder y es mejor que empecemos rápido el juego ¡No quiero perder tiempo!

—No, no, espera por favor— ahora es Nathan el que habla y no parece tan asustado como las chicas ¿Por qué no esta asustado? No saldrá de esta habitación a menos que sea muerto y él parece tranquilo—. Déjalas ir a ellas y yo me quedaré contigo, ya sé que me quieres a mi, no hace falta que les hagas daño.

—¿De verdad darías tu vida por ellas?— pregunto sorprendida. Ha superado mis expectativas y eso es asombroso.

—Si es necesario— murmura y yo aplaudo porque aquello es increíble y merece que yo le de mis respetos. Jamás pensé que un chico como él dijera algo así, simplemente era increíble y muy fuera de lugar porque a parte de ser un presumido, era un idiota y solo pensaba en si mismo.

—Confieso que eso ha sonado muy tierno, pero creo que no se va a poder— digo sonriendo y las chicas vuelven a soltar pequeños gemidos de terror—. Tengo una misión esta noche y voy a terminarla.

Tomo un pequeño cuchillo de los que están sobre mi mesa y me giro para mirarlos. Veo el terror en sus ojos y están completamente paralizados porque saben que las cosas son serías y que no debieron meterse en mi camino porque los rumores eran ciertos. La oscuridad me rodeaba.

Coleccionista de ojos©Where stories live. Discover now