— Todos vamos a morir, niño extraño, que es mi amigo —respondió Robin.

Steve, que todavía tenía la coleta que le había quitado a Katherine esa mañana, se la sacó de la muñeca y se hizo una colita, que dejó todos sus pelos parados. Katherine rio alto.

—— Solo es cuestión de cómo y cuándo.

— Van a estar buscándonos —ignoró Dustin— ¿Dónde dejaste el auto, Steve?

— ¿Hacemos parada técnica en el patio de comidas?

— Mataría por una salchicha en palito.

— Si, comida. Pueden comer lo que quieran, pero antes dime donde quedó tu auto.

— No tenemos auto.

— ¿Qué?

— Me quitaron la llave —empezó a tocar sus bolsillos—. Hace como mil años —Robin se reía— ¿Qué pena, no?

Katherine miró fijo a Dustin, que tenía que respirar profundo para no matarlo él mismo.

Salieron del elevador. Estaban en la zona de descargas del centro comercial. Steve y Robin corrían como dos niños.

— ¿Steve, saboreas el aire?

— Lo saboreo.

Los rusos les pisaban los talones.

— ¡Mierda, vamos!

Corrieron, metiéndose en los pasillos de empleados. Dustin tiraba de la mano de Steve y Katherine de la de Robin para que les siguieran el paso, mientras que Érica iba más adelante.

Llegaron a la zona del cine y decidieron que entrar a una de las salas sería lo más seguro. Estaban pasando Volver al Futuro. Obligaron a Steve y Robin a que tomen dos lugares de los tres que había libres en la primera fila.

— Es muy adelante.

— Horrible ubicación —comentó Steve, con palomitas en sus manos. Katherine lo miró horrorizada, de dónde las había sacado.

— No miren la película.

— Queremos mirarla.

— Entonces háganlo —las personas comenzaban a molestarse y a sisearlos—. Hagan lo que quieran, pero no se vayan de aquí.

— Ok, papá —volvieron a reír.

Érica y Dustin se sentaron en la otra punta, mientras que Katherine se quedó parada en las escaleras a su lado, ya que no había más asientos.

— Es oficial, no tendré hijos —dijo Dustin con fastidio.

— ¿Qué hacemos aquí? —preguntó Kate, sentándose en el piso con la cabeza entre sus manos.

— Nos ocultamos. Hasta que pase todo, como Oswald.

— A Oswald lo hallaron en un teatro y lo balearon —respondió Érica. Katherine la miró con los ojos bien abiertos.

— Una semana después.

— Digo que su plan no funcionó.

— Porque era una trampa.

— ¿Qué?

— Era un tonto.

— Dime que bromeas. Hay que salir de aquí.

— Bien, vigila a Tweedledee y Tweedledum. Katherine, ven conmigo.

— ¿Y a dónde van ustedes?

— Vamos a conseguir un auto y buscar ayuda.

— Cuidado.

Dustin agarró el walkie, la mano de Katherine y salieron de allí.

𝐋𝐀𝐁𝐈𝐎𝐒 𝐑𝐎𝐉𝐎𝐒; Steve Harrington ❥︎ Stranger ThingsWhere stories live. Discover now