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El Renacuajo

El sol le pegaba en los ojos, y comenzaba a ser una molestia para Katherine, sintió un peso a su costado, después frío y un gran dolor de cabeza. Abrió los ojos; estaba acostada en la hamaca, en el patio y ya era de día. Tenía que repasar la noche anterior varias veces, pero había cosas que no terminaban de cerrar, y la persona que tenía al lado no era Nate. Era Steve Harrington.

— Steve —murmuró con la voz algo tomada—. Steve, es de día...

Él gruñó, pero no se despertó.

Por la ventana de la cocina, Gianna Clifford la fulminaba con la mirada. Corrió el vidrio y gritó:

— ¡KATHERINE! ¿De nuevo? —cerró el vidrio de nuevo, pero se escucharon otros gritos inentendibles. Steve abrió un ojo con dificultad y se rio. Kath lo miró.

— ¿Cuántas veces pudiste dormirte aquí? —su voz estaba ronca, y sus gestos de molestia chillaban ¡resaca! Mientras se recostaba nuevamente, Katherine soltó una carcajada, y miró a Steve.

— Cuatro...

— ¿Cómo? —ambos rieron.

— Estaba ebria, una vez me dormí en el césped y llovía... Falté una semana a la escuela porque me enfermé.

— Eres un desastre —contestó tapándose la cara y riendo.

— No... el año pasado fue un desastre —suspiró bajando el ambiente. Steve también calló, aunque en su mirada podía notarse la curiosidad.

Steve sabía una parte de la historia de la chica popular que se vuelve escoria, pero ahora que estaba conociéndola, muchas cosas que se decían no le cerraban...

— ¿Por qué no entran un desayunan algo con alto valor en carbohidratos y un café? —preguntó Gianna apoyada en la puerta, Steve la miró como si los hubiera descubierto enterrando un cadáver. Katherine asintió y bajó de la hamaca.

— Va a matarte...—murmuró Steve. Kath lo miró con las cejas arrugadas.

— ¿Por qué?

— ¿Cómo ''por qué''? Estábamos ebrios, y juntos... —Katherine rio.

— No es la primera vez que duermo con un chico, como debes saber, y mis papás prefieren que me emborrache en casa antes que en cualquier lado así que no, no harán mucho drama con esto. Tranquilo, amor.

Steve la miró entrecerrando sus ojos, pensaba que estaba bromeando con él. Y aunque, en parte, era cierto lo que decía Katherine, si iban a regañarla... No ahora que estaba él, tampoco iban a tratarla duro, sería una charla. Una más de muchas. Gianna la miró fijo mientras apoyaba el desayuno sobre la mesa de la cocina, Kath sonrió sin mostrar los dientes y rápidamente se metió un pedazo de bizcocho de vainilla en la boca.

— ¿Tus padres saben que estás acá, Steve? —preguntó, con la misma mirada que antes, pero ahora sobre Steve. Él negó, también masticando para no responder preguntas de los ojos detectives de Gianna Clifford. La señora no se rindió (y menos en el momento que notó las marcas moradas en el cuello de su hija) Se apoyó sobre sus codos— Así que ustedes...

Los dos se atoraron.

— No. No. No. Steve está con Nancy —dijo Kath. Gianna asintió con algo de burla, mirándolos incrédula.

— Anoche nos peleamos —comentó Steve—. Katherine fue solo una buena amiga, Señora Clifford.

— Si, Kath es la mejor amiga —contestó con cierto tono. Katherine la miró intensa, implorando que cierre la boca. Gianna lanzó un par de miradas más y se salió de la cocina.

Katherine negó con sus manos tapándole la para enrojecida.

— Eso fue peor que cualquier castigo, ahora lo entiendo —murmuró Steve riendo nervioso.

— Ni te imaginas.

Steve quiso sacar un tema de conversación, se arrepintió pensando que arruinaría el -momento-.

— Así que somos amigos... ¡Me encanta! El Rey Steve es mi amigo secreto.

— ¿Secreto? —Kath alzó los hombros.

— No querrás que toda la escuela sepa que eres mi amigo, ¿o sí? Qué dirán...

Steve iba a contestar, pero vio el reloj.

— Tengo que irme. Carajo. Me olvidé que tenía práctica para el torneo. El entrenador va a matarme. La semana que viene tenemos un partido muy importante... —dijo alterado, levantándose de la silla y agarrando sus cosas— ¿Nos vemos luego?

Katherine arrugó sus cejas ante esa pregunta. Para qué, pensó mientras caminaban hacia la puerta principal. Steve se despidió con un beso en la mejilla y caminó directo a su coche, viendo a ambos lados de la calle para asegurarse de que nadie estuviera mirando. Una persona a la que le importa demasiado lo que los demás piensan.

Ella subió las escaleras corriendo, estaba helada, quería darse una ducha caliente (también porque durmió en el patio, y por el licor de melón que había caído por todos lados). Mientras estaba bajo la lluvia, pensó muchas cosas, y hablar con Nancy era una de ellas. Lo primero que iba a hacer esa tarde era eso, ir a la casa de los Wheeler. Pero ella no estaba ahí ''está en tú casa'' dijo su madre furiosa, claro, puesto a que no estuvo en casa de los Clifford. Katherine estaba muy tensa, Nancy podría haber avisado sobre la mentira, o mejor, decirle donde estaba. Aunque era obvio, estaba con Jonathan Byers. Volvió a su casa, a esperar junto al teléfono (durante todo el día) una llamada de Nancy.

''Estropee todo con Steve'' contó Wheeler, después de escuchar a su amiga al otro lado de la línea.

— No me digas —contestó Katherine, seca—. Actuaste como una idiota anoche... digo, como una adolescente boba. Oh... como Katherine Clifford.

''¿Qué? ¿De qué...? Oh...''

— Sí. Oh.

''Mierda. Mierda. Lo siento, Kath...'' Nancy sonaba realmente apenada. ''No recuerdo nada. Solo sé que recobré el sentido en una cafetería de una estación de gasolina... junto a Jonathan. Cuando quise hablar con Steve, me mandó a la mierda... y ahora tú, y mi madre... Mi vida está hecha un desastre'' murmuró.

Katherine solo hacia ruidos de afirmación -Ajá. Hum.-

''Nancy estás castigada. Eso quiere decir sin teléfono'' dijo su madre interrumpiendo la llamada. Y se cortó.  



𝐋𝐀𝐁𝐈𝐎𝐒 𝐑𝐎𝐉𝐎𝐒; Steve Harrington ❥︎ Stranger ThingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora