El reloj pitó una vez, y fue lo único que bastó sus ojos se abrieran en la penumbra de la habitación. Apartó las sabanas, ya vestido y listo.
Realizó todo con movimientos rápidos, haciendo el menor ruido al colocarse sus zapatos y sacar la maleta debajo de su cama.
Giró el picaporte con lentitud, mordiendo sus labios ante los chirridos del mismo, y bajó los peldaños de las escaleras con la respiración atrapada entre los labios.
Observó la sala en la cual había reído tanto, y al hacerlo, le fue aún más doloroso ignorar las náuseas en su estómago.
Podía sentir perfectamente el movimiento de las agujas del reloj en algún lugar del comedor, y el completo silencio que de alguna forma se le hacía ensordecedor.
Tomó un bocanada de aire y cerró los ojos, con el gélido picaporte entre sus dedos.
La temperatura lo volvía tan real, que le removió las tripas.
Las lágrimas se acumularon en sus ojos, y el nudo en su garganta presionó hasta casi ahogarlo.
Y salió.
Las ráfagas de viento azotaron su cuerpo, pero él corrió hacia el asfalto.
Luego, echó una mirada al lugar donde había sido tan feliz, tan iluso y en el cual tanto había sufrido.
Los golpes, insultos y el repudio...
Él no pertenecía ahí.
Corrió, y allí, en medio de la penumbra, en el cordón de la vereda y en plena madrugada, una motocicleta le esperaba.
Subió, y sintió el motor rugir y la vibración del mismo en sus pies. Con la maleta aferrada a su cuerpo, y el viento helado golpeándole el rostro, envolvió sus brazos contra el fornido torso, y dejó que lo guiaran lejos, lejos de aquella vida, de los recuerdos y del odio.
Lejos de aquél lugar que había llamado hogar.
(...)
Al llegar no hubieron preguntas, ni palabras, de hecho.
Zayn insistió en bajar su maleta, y él no puso resistencia alguna; dejándose guiar sin más al interior del departamento.
El castaño podía sentir los ojos del mayor posados en él desde el umbral, atentos a cada movimiento, a cada expresión en el bonito rostro.
Liam permanecía con la cabeza gacha, y una taza del café que Zayn había preparado para él entre sus manos, reteniendo el calor que ésta emanaba.
Las manecillas del reloj se movían, con un ruido tan suave y a la vez tan insoportable que le hacían querer gritar.
Liam había empezado a odiar esos malditos objetos.
El mayor no apartó la mirada, viéndole acariciar con los pulgares cada centímetro de cerámica.
Y el silencio, se volvía cada vez más denso.
De pronto todo se vio interrumpido cuando el oji-miel se tensó y tembló, y el tazón derramó su contenido en la pequeña mesa.
Todo pasó demasiado rápido. Liam quebrándose y liberando el llanto retenido, y Zayn llegando a envolverlo entre sus brazos, aferrándolo a su cuerpo como si fuera lo más frágil del mundo.
Las pálidas manos se aferraron en su chaqueta, tirando de la prenda con sus puños y sollozando fuertemente contra el cuello de su novio, mientras éste siseaba y acariciaba su espalda una y otra vez.
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𝙨𝙢𝙪𝙩 ➳ 𝙯𝙞𝙖𝙢
Short StoryRecopilación de one shots Ziam con contenido gay explícito inventado por mí. Tops!Zayn Liam!Bottoms