Culpa

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Palabras 955

Y sí...

Culpa

...

Observar era algo que Eriol Hiiragizawa hacía muy bien desde la ubicación de su banco. Y tras volver de las vacaciones de invierno, las observaciones se tornaron aún más entretenidas.

Principalmente las que consistían en la pequeña Sakura.

La niña amorosa y amable que había conocido, se veía bastante perturbada, sobre todo cuando su mirada verde descansaba en su compañero de fila, en Li Shaoran.

Podía verla perdida, como si trata de analizarse ella misma mientras lo observaba y lo divertido era, que a veces, mientras ella realizaba sus observaciones sobre el muchacho, se encontraba con que él también estaba mirándola. Aquella era una escena muy divertida de observar por las reacciones de ambos ante aquella coincidencia.

Y él sabía a qué se debían esas miradas, él sabía que, aunque Clow había estipulado un par de situaciones, los sentimientos eran algo que no podían ser manipulado por muy poderoso que uno sea. ¿Cómo lo sabía?

Porque cuando aún habitaba en Inglaterra, en una mañana muy fría y brumosa, él comprendió que los sentimientos simplemente nacen y se cultivan... No puedes forzarlos a nada.

...

—Disculpe —el joven de cabellos oscuros y ojos azules detrás de unos anteojos redondos observaba a una mujer con un mapa en la mano, la joven de larga cabellera anaranjada, lo miró de reojo— ¿Necesita ayuda?

—No, gracias —respondió amablemente, pero con un deje de desconfianza camuflado en su voz.

—¿Sentiría vergüenza si un niño la guía por las heladas calles de Inglaterra? —le preguntó cerrando los ojos con una sonrisa sumamente relajada.

—Por supuesto que no —declaró. Para luego, cerrar también los ojos y responderle con la misma sonrisa relajada—. Soy profesora, no le tengo miedo a los niños... —y antes de que Eriol pudiera decirle algo más, ella agregó—, aunque nunca había conocido a un hombre en el cuerpo de un niño.

Y en ese momento Eriol lo supo, aquella mujer que parecía tan distraída caminando por las calles, no era una persona ordinaria. Incluso podía sentir la magia lunar que provenía de ella.

...

El destino había hecho que se cruzaran varias veces, al parecer la profesora era bastante distraída y no podía recordar los nombres de calles, haciéndola llegar una y otra vez cerca del jardín al que el joven Hiiragizawa regaba siempre a la misma hora. Tras darse por vencida, la joven japonesa decidió dar el pie para que la plática se diera entre ellos de una forma más amable, Eriol no tardó en darse cuenta que aquello no era algo producto del azar, estaban predestinados.

No solo era una mujer bella y poderosa, también tenía la clave que él necesitaba para su misión. Y ambos coincidieron en que no existía nada de coincidencia en su amistad, cuando Eriol se enteró que conocía a Sakura Kinomoto desde pequeña.

Kaho era la pieza que le faltaba para iniciar a moverse. Y aunque en un inicio la había observado como una valiosa amiga, el tiempo hizo lo suyo.

Y por eso comprendía muy bien la mirada de aquel par.

Sonrió antes de salir de la sala. ¿Qué estaría pasando con Yue por la falta de atención de su joven ama?

Se moría por saber que planeaba el hermano de Sakura, porque si algo Kaho le había advertido era que Touya Kinomoto no era ajeno a nada de lo que sucedía con su hermana menor.

«Quizás deba darle una pequeña ayuda a Ruby»

...

La pelicula del tercer año de la preparatoria Seijo estaba rodándose en la casa de Eriol, pues era la más antigua de todo Tomoeda y su ubicación era privilegiada.

Para una pelicula antigua, era un lugar perdido en el tiempo ideal.

Sakura estaba más nerviosa de lo normal, Tomoyo lo había notado inmediatamente. Así que con la excusa de acomodarle parte del kimono se alejaron de Shaoran y de Eriol, quien acordó ir a preparar té mientras tanto.

—¿Qué pasa Sakura? —preguntó Tomoyo.

—Es que yo —en ese momento, Touya y Yukito salieron al balcón donde grabarían la mejor toma de la pelicula—, Tomoyo yo —dijo Sakura apretando sus manos sobre su pecho—. Verás, me di cuenta que... —apretó más los puños contra su pecho— me gusta Shaoran —confesó finalmente y antes de escuchar el grito de emoción de su amiga, escuchó el de su hermano. Voltearon a ver y Yukito estaba colgando de la mano de Touya inconsciente— ¡Yukito! —gritó con espanto y con ayuda de su carta Viento, lo puso sano y salvo.

Touya bajó por el árbol hasta el suelo para tomar a Yukito en brazos e ingresar a la casa ante la mirada atónita de Sakura.

La culpa se instaló con rapidez en el rostro de Sakura.

Ingresó a la casa y no tardó en localizar el lugar donde Touya había llevado a Yukito, ahí detrás de la puerta escuchó toda la verdad.

Su hermano lo sabía todo, su hermano sabía que al verse perturbado el lazo de Yue con ella todo empeoraría, Yukito había estado en peligro... Y ella era la culpable, la única culpable...

Su corazón había traicionado los sentimientos de Yukito, había traicionado a su guardián.

Y lo siguiente que sintió, la hizo empezar a llorar sin poder controlarlo. La puerta no tardó en abrirse.

Ahí, frente a ella, estaba su hermano desmayado en brazos de Yue.

Su hermano estaba sufriendo las consecuencias de que sus sentimientos no se quedaran quietos.

Se sentía horrible.

—No te preocupes, él estará bien —le dijo Yue, pero no le estaba prestando atención. Solo podía fijar sus ojos verdes llenos de lágrimas, en su hermano que yacía sobre la cama inconsciente y sin magia.

Se sentía culpable y nada la haría cambiar de parecer.

Y sí...Where stories live. Discover now