❛❛Una vez más, los mismos
sentimientos y hacia la misma
persona, se hicieron presentes,
esto es patético.❞
𓂃𓅪 dos personas quienes ya habían pasado por una pequeña historia de amor, vuelven a encontrarse pero, está vez, en una situación y un lug...
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━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━ 「 Capítulo uno | Piloto 」
UN DÍA MÁS, ENCERRADA EN ESE LUGAR, esperando que los días pasaran, para cumplir dieciocho y ser flotada.
Era aburrido, después de todo no había mucho para hacer, lo que causaba que el tiempo pasase malditamente lento a su parecer, a excepción de cuando les impartían algunas clases particulares.
Le parecían innecesarias algunas de ellas, como lo era habilidades terrestres pero, era la única manera de matar el tiempo, además, las clases junto al almuerzo, eran los pocos momentos donde se le permitía ver a sus amigos.
Soltó un sonoro suspiro, necesitando salir de su celda, recargó su barbilla en la palma de su mano, agobiada.
Estaba sentada en el suelo, el cual, era más cómodo que la “cama” que habían en las celdas.
Muchas veces había despertado con dolores gracias a ella, aunque también era culpa suya, ya que solía poner el colchón junto a la pared y golpearlo, usándolo de saco de boxeo, era su forma de entrenar, como ya se dijo, estar encerrada era aburrido.
—Prisionera 420 contra la pared— Ella los miró alzando una ceja en cuanto irrumpieron sus pensamientos
—Como molestan— Volvió a cerrar sus ojos, esperando a que ellos le diesen una descarga eléctrica o algo así
—Prisionera 420 contra la pared— Repitió esta vez más alto, bufó y se levantó, haciendo lo que le pedían, en cuanto lo hiso, tomaron el brazo de la pelirroja sin cuidado alguno.
Esta vió con curiosidad como acercaban un objeto metálico a su muñeca, cuando lo pusieron, soltó un quejido, claro que a ellos no les importó.
—¿Que diablos pasa? — Preguntó, ninguno de los dos respondió, le tomaron de las muñecas, y la sacaron de la celda sin más.
Más confundida quedó al ver que no era la única en esta situación.
Observó delante de ella, un piso más abajo, esa cabellera rubia que formaba escándalo, la reconocería en cualquier lado.
—¿Que esta pasando? — preguntó una vez más
—Callada— Rodó los ojos mientras la empujaba para que caminara, bajaron todos los pisos, ella reconoció algunos rostros, ninguno muy importante en realidad.
Después del recorrido, pararon en un pasillo haciendo fila, a un lado estaba la doctora Abby Griffin y Marcus Kane, Derieri miró al último de forma interrogativa pero este solo le dió una pequeña mueca y nada más.
Le impacientaba lo lento que se movian, pero gracias a ello, pudo ver como traían a la rubia en una camilla desmayada.
