;chance;

12.8K 1.9K 743
                                    

Desde aquella vez que el menor había entrado para torturarlo había pasado aproximadamente una semana, de acuerdo con el mal cálculo que Minho intentaba hacer para no perderse.

Solo recibía un vaso de agua y comida por día a pesar de saber que estaba siendo observado, había una cámara.

No le importaba demasiado en este punto, desde que Jisung había abierto parte de su brazo se encontraba recostado sin mayor energía, aún con un charco de sangre seca a su lado.

A veces quería llorar cuando se culpaba por confiar en él sin saber nada, pero no le serviría de nada.

Trató de abrir sus ojos con todas sus fuerzas cuando escuchó que la puerta se abría, esperando como siempre tener una milagrosa oportunidad.

Y entonces, lo pensó.

Llevaba tres días con solo un brazo amarrado, podía usar todo lo que quedaba dentro de sí para engañar a Jisung y huir.

Debía intentarlo, por su propia estabilidad debía darlo todo.

Se quedó muy quieto cuando el rubio terminó de entrar tan solo esbozando una pequeña y forzada sonrisa.

Hasta sonreír le dolía, le asqueaba.

Jisung alzó una ceja sorprendido.

"¿Estás de buen humor cariño?" Preguntó con su gran toque de sarcasmo sentándose frente a él.

"Me gusta estar aquí. Cerca tuyo. Ya no quiero irme de tu lado Sung, no sé porqué temí." Los ojos del mayor ocultaban una esperanza que sabía que no podía reflejar, debía actuar de verdad.

Jisung se sonrojó y le sonrió acercando más la silla.

"Me siento feliz de que entendieras, ya me dolía verte sufrir. Debes ser feliz aquí." Tocó su mejilla con una mano.

El mayor estiró sus labios lo más que pudo para darle a entender que quería ser besado y no le fue negado.

Unieron sus labios con suavidad al principio, mientras Minho pensaba en como no vomitar al estar besando una vez más a ese cruel chico.

El castaño aprovechó para distraerlo aumentando la intensidad del beso, consiguiendo así que Jisung lo desatara inconscientemente en busca de más tacto.

Y lo siguiente que hizo fue pasar sus brazos por su cuello y propinarle una fuerte patada en el abdomen.

Intentó correr lo más rápido que pudo mientras Jisung seguía retorciendose de dolor en esa habitación roja, tal y como él había hecho todo ese tiempo.

Y sin embargo no contaba con lo grande que la casa de Han podía ser.

Red. °Minsung°Where stories live. Discover now