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  Johnny estaba por retirarse del recinto escolar aquel viernes, sus clases habían terminado y afuera estaba lloviendo - esto implicaba que hubiera tráfico por el centro -. Dejando de lado eso, sonrió al encontrarse con aquel niño que acompañaba sus tardes. JaeMin, quien se encontraba sentado en uno de los sillones, miraba si su padre estaba por llegar antes de que lloviera con más intensidad.

— JaeMin, ¿Cómo estás pequeño?

— Cansado señor YoungHo. Quiero irme a mi casa.

— Yo también nene pero tienes que esperar a tu padre, ya va a llegar. - se sentó a su lado mirando si el pelinegro se presentaría por la puerta.

— ¿Y si no? ¿Y si me dejó abandonado? .- notó algo de desesperación en su voz. El niño movía sus piernas con nerviosismo y sus ojitos se mostraban brillosos, en cualquier momento lloraría y eso no quería Johnny.

  Tenía que calmarlo.

— JaeMin eso no va a pasar, tu padre te quiere mucho, él no haría algo así. Sabes que está trabajando y hay días que son complicados para él, entiendes? .- el niño asintió un poco desconfiado.  - Bien, ¿Qué harás cuando llegues a casa?

  Si no podía calmarlo con palabras, tal vez distraerlo con algunas preguntas serviría.

— Comer muchas galletitas y, luego, jugaré con mis muñecos. ¿Y usted?

— Tal vez lea, al menos que no tenga demasiadas cosas del colegio que hacer. - el niño rio.

— Papi me está enseñando a leer pero es muy difícil .- hizo un puchero que para Johnny fue la cosa más adorable que había visto. - Yo quiero que las cosas sean más fáciles.

— Yo también pequeño pero leer te hace más inteligente .- el niño abrió su boca de forma sorpresiva.

— Que injusto .- bufó. - Si usted dice que eso es cierto entonces voy a seguir aprendiendo. - Johnny acarició los cabellos del niño robando una risa del más pequeño.

— Espero que así sea nene.

— ¡JaeMin! Vamos rápido o sino perderemos el autobús .- vieron a Chittaphon sosteniendo un paraguas negro fuera de la puerta. Tenía sus pantalones algo mojados y sus zapatillas un poco sucias. YoungHo sintió pena por él. - Gracias otra vez por cuidarlo señor YoungHo .- JaeMin salió, pero saludo a Johnny antes de irse. El mayor miraba como apenas se alejaban aunque decidió correr hacia ellos para pararlos. No iba a dejar que volvieran con un día tan lluvioso.

Los dos vieron a Johnny cuando este se acercaba.

— ¿Ustedes viven lejos? .- preguntó.

— Algo así, en un complejo de edificios en la zona norte de Seúl .- respondió; le hizo una seña para que se pusiera debajo del paraguas. Estaban apretados pero por lo menos no se iban a mojar demasiado.

— Puedo llevarlos hasta allí .- Chittaphon mordió su labio y negó.

— No es necesario, solo debemos tomar el autobús y caminar un poco. - El tailandés se sintió algo avergonzado. No quería abusar de su confianza.

— Por favor, está por llover con más intensidad y no creo que el paraguas ayude mucho. JaeMin podía mojarse y, luego, resfriarse.- los dos miraron al niño, este estaba mirando como caían las gotas de lluvia.

— Mm... No sé, no quiero lucir como un aprovechado.

— ¿Por qué crees eso? Se lo estoy ofreciendo de forma amable porque hoy las cosas son muy complicadas con el tiempo y no quiero que vuelvan empapados.- Johnny lucía un poco molesto, Chittaphon no era una mala persona.

from hell to heaven; johnten Where stories live. Discover now