tengas

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Mi momento nunca llegó, la oportunidad de oponerme y gritarte todo lo que mi pecho había guardado durante años se esfumó al igual que mi vida.

Los besos no faltaron, llegaron para jamás irse. El fotógrafo capturó esas enormes sonrisas y emociones a flor de piel, esas que siempre se quedarán guardadas en mi memoria por malas razones, impregnadas como una peste sin cura que me matará después de todo.

La amas, en verdad lo haces, puedo notarlo en la forma en que la miras, con esos ojos brillando y tus movimientos tan dulces, tan alegres; causando pequeñas risas y suaves lágrimas en ella. Se nota en como me ignoras, no me miras más por concentrarte en su bienestar. Dejé de preocuparte en cuanto la viste caminar por las calles, vistiendo ese vestido floreado y sonriendo a la luz del sol.

Ahora son esposos, ¡que alegría!

¿Cierto?

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