02. Misión varita mágica.

945 95 16
                                    

Narra Carlos.

Antes de llegar a la preparatoria tenía muy bajas expectativas de cómo iba a resultar todo, para nuestra buena suerte había sido todo un éxito, o algo asi.

Bueno, el punto es que no nos mandaron de vuelta a la Isla enseguida, estamos progresando.

Estaba jugando un videojuego que había encontrado en mi habitación cuando Mal y Evie entraron a interrumpir.

—Jay, ¿Qué haces? —Interrogó Mal al ver a mi compañero de habitación dejar unas cosas sobre su cama.

—Se llama robar. —Respondió sin problema.

—Okey, ¿Cual es el punto? —Preguntó nuevamente Mal.

—Bueno. —Se aclaró la garganta. —Mal, es como comprar lo que quieras, pero sin pagar.

Él junto a Mal comenzaron a reirse.

Yo no sabía exactamente qué estaban haciendo, sólo los podía escuchar ya que mi vista estaba en el videojuego.

—Haces eso o.. Dejamos todo como está y lo buscamos cuando conquistemos al mundo.

—Suenas igual que tu madre. —Evie habló introduciéndose en la conversación de Mal y Jay.

—¿Enserio? —Una alagada Mal respondió.

—Tú hazlo a tu modo, y yo lo are al mío. —Finalizó Jay.

—Ahí tienen tontos. —Hablé esta vez yo. —Jay tienes que ver esto, es divertido. —Le extendí los controles de juego a Jay y este acepto enseguida.

Se coloco en posición para jugar y comenzó a moverse.

—¡Chicos! —Nos llamó Mal. —¡¿Recuerdan que vinimos aquí por un trabajo?!

—¿Hada Madrina? Bla, bla, bla, ¿Varita mágica? Bla, bla, bla.

Bromeó Jay y yo junto a Evie soltamos una risa.

—Esta es nuestra oportunidad de probarnos ante nuestros padres. —Habló nuevamente Mal, y todos centramos nuestra atención en ella. —De probarles que somos malos, despiadados, inhumanos y crueles, ¿Si?

Se estaba tomando muy enserio esta misión.

—Sí. —Respondimos los tres restantes al unísono

—Evie, el espejo. —Evie junto a ella se sentaron en la mesa, Jay se mantuvo parado al igual que yo, detrás de ellas, y yo frente a la computadora.

—Espejito, espejito en la. —Analizó sus palabras y se corrigió. —En mis dedos, la varita del Hada Madrina... Quiero.

El espejo mostró a la varita mágica como Evie le había ordenado, pero muy cerca.

—Está muy cerca. —Señale el espejo.

—Espejo mágico no tan cerca. —Evie se acercó al espejo y le susurro. —Este siguió sus órdenes, solamente que ahora estaba muy lejos. —Acercalo, acercalo, acercalo.

Miss perfection | Descendants [1] Där berättelser lever. Upptäck nu