¿De verdad somos tan pobres?

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Muchas veces creemos que merecemos más de lo que tenemos, nos la pasamos renegando y pensando en porque me tocó vivir ésta vida; creemos que somos capaces de todo con el simple hecho de tener un poco de dinero, pero, ¿En verdad el dinero nos hace fuertes?

El día de hoy comenzó como todos los demás, la misma rutina: despertar, ir al baño, desayunar...lo cotidiano; al transcurrir el tiempo recibí una visita no del todo esperada, pero si agradable, esa persona, que pudo ser tan insignificante, me hizo reflexionar de una manera tan amorosa, que a la vez de sentirme culpable y malagradecido, también me sentí amado por DIOS.

No fue la primera vez que la recibía, pero si la primera que me tocaba el corazón, cada visita podía observar su porte, la verdad muy carente de lujo, una persona de posición económica muy inestable, cada que viene busca la manera más adecuada para recibir nuestra ayuda, está claro, ¿A quién le gusta ir a otro lado a buscar el pan de cada día?...

Pero ésta vez, pude apreciar como tuvo la inteligencia de parchar sus zapatos con hoyos con amor, vi que cada costura, además de llevar lágrimas, también contenía amor. Y seré sincero, me sentí tan repugnante, tan imbécil, me sentí lo peor, porqué esa señora estaba feliz con sus zapatos parchados y yo teniendo los míos me enfoque en tener unos mejores.

Muchas veces incluso me molestó su presencia, porque el solo hecho de levantarme de mi comodidad y servirle, me causaba fatiga, al oír su voz ya sabía el porqué de su visita ¿Qué estúpido, no?, pero más estúpido es no haber reconocido mi posición: estaba en el lugar del que da, y no del que recibe.

Hace unos días, una tía muy cercana me dijo: "-HIJO, es mejor dar, que recibir", en el momento pensé: ¿Acaso mi tía no expresó bien su idea?, ¿Cómo me va a decir esto?, para mí es mejor recibir que dar...Ni siquiera la contradije, ya que era vergonzoso para mí.

La idea me quedo inconclusa, pero hoy logré comprender esa importante pero abstracta idea, es mejor dar al mendigo, que ser el mendigo, Cuando mi tía dijo que dar era mejor que recibir, se refería al necesitado, al que nos pide y muchas veces negamos la ayuda, nos fijamos en las apariencias y hasta los juzgamos diciendo que no les ayudamos porque están aptos para trabajar, o porque tienen algún vicio, son ladrones, o simplemente por ser duros de corazón, pero, ¿Nos gustaría estar en su lugar?...

Cuántas veces nos preocupamos por cosas que creemos importantes pero en verdad son tan insignificantes; queremos estar mejor o igual vestidos que las personas de buena posición, que hasta nos endeudamos para tener lujos y vanidades, queremos esa casa, ese carro, esa moto, esa bicicleta, pero no valoramos lo que en realidad tenemos, no valoramos la vida, ¿Te has puesto a pensar que muchos desearían tener lo poco que tú tienes? O es más, has pensado que mientras tú reniegas y quieres más y más, hay otros que no tienen ni fuerzas para renegar, están muriendo, y a nadie le importa.

Mientras deseamos un automóvil para no andar a pie, hay personas que desean tener sus piernas para correr.

Mientras deseamos una casa mejor que la que tenemos, hay personas que divagan sin rumbo.

Mientras deseamos la mejor ropa, hay personas que se visten de la basura.

Mientras deseamos el mejor calzado, hay algunos que andan los peores zapatos, con parches, añadiduras, o peor, andan descalzos.

Mientras deseamos un buen teléfono, o uno mejor que el que tenemos, hay niños que desean un lápiz y un cuaderno para poder estudiar.

¿Y ahora? ¿Sigues pensando que llevas la peor vida?...

Mientras seguimos de estúpidos deseando cosas insignificantes, hay personas que vivirían felices con al menos la cuarte parte de lo que tenemos.

No seamos egoístas, agradezcamos a Dios por los bienes recibidos, no me considero alguien del todo religioso, pero si le agradezco a Dios por mi cuerpo, mis manos, mis pies, mi mente. ¿Por qué habría de desear lo que los demás tienen si yo soy completamente rico?

Tengo MILLONES, millones de amistades, de experiencias, de ilusiones, metas, sueños, y lo más importante, millones de palabras por escribir.

Siempre quise ser un escritor reconocido, no sé si llegaré a serlo, pero continuaré expresando lo que siento, porque de esta manera podre cambiar cada vez más.

Hagamos conciencia, y no pidamos la paz, hagámosla. Tratemos de cambiar éste mundo con nuestras acciones, no exijamos el cambio, seamos el cambio.

¡Dios les bendiga grandemente!

Les comparto una frase importante:

"NO PODEMOS SER LO QUE SOÑAMOS, PERO SÍ SOÑAR QUE PODEMOS"

By: -Oumar Calja.

¿Por qué desperdiciar las palabras?Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt