A los dieciocho años, Alice había aprendido a ignorar su don, no obstante, a veces se sentía apremiada a hablar. Cuando lo hacía y sus visiones resultaban ciertas, las personas la trataba como ave de mal agüero. La gente empezó a usar las palabras bruja y hechicera para referirse a ella.

Una de sus visiones fue ver a su madre siendo asesinada por un extraño, en el bosque, de camino al pueblo. Trató de prevenir a su madre, quien le hizo caso, no obstante, su padre insistió en que todos debían retomar su vida normal y dejar de creer en las visiones de Alice. Nada sucedió a pesar de que las visiones atormentaban a Alice. Con el tiempo, su madre olvidó todas las precauciones que tomaba en consideración a las visiones de su hija.

Una noche, Alice tuvo una visión clara del hombre, en un auto, sacando del camino al volcho de su madre justo afuera del pueblo, donde había un profundo desnivel. La señora Brandon acaba de irse, y por más que Alice corrió, fue tarde, ya que la asaltó la visión del hombre cerciorandose de que no hubiera movimiento en el interior del auto, luego, alejándose del lugar del accidente.

La muerte de la madre de Alice fue declara accidental. Las protestas de Alice alegando lo contrario fueron tomadas con desdén y recelo. Su padre, cansado de ella, le ordenó callarse.

Seis meses después, el señor Brandon se casó con una joven apenas diez años mayor que Alice. Los comentarios descuidados de su madrestra, su actitud fría y autoritaria con su hermana, la hizo sospechar, por lo que tuvo una gran pelea con su padre cuando éste no quiso escucharla. La noche siguiente, una nueva visión en donde su padre le ordenaba al asesino de su madre matarla, le hizo descubrir que había confiado en la persona equivocada.

De nada sirvió pedir ayuda a sus tíos, quienes le dieron la espalda, resentidos con ella por ser un ave de mal agüero al anunciar la muerte de su hijo. De nada sirvió ir a la casa del comisario, quien no la escuchó ya que su padre y tíos habían declarado que ella estaba loca. Alice acusó a su padre por sus crímenes y a su madrastra por complicidad, pero nadie la escuchó. Todo el pueblo ya creía que ella estaba loca, por lo que nadie desconfío cuando la internaron en un manicomio.

La raparon durante la amenaza de una epidemia de tifoidea, soportó terapias de electrochoques que le provocó pérdida de memoria. Gracias a ello, recuperó su naturaleza risueña y graciosa dado que no recordaba la tristeza y el horror de su vida.

Un vampiro que trabajaba como encargado de los espacios verdes y se aprovechaba de los humanos que podía matar sin mucha notoriedad, se encariño con Alice. Evitaba que la sometieran a terapias de electrochoques y otros horrores cada vez que podía, por lo que rápidamente descubrió sus habilidades. Hacía pruebas con ella, como esconder objetos e ir a visitarla, comprobabdo que ella siempre acertaba.

En ese momento Alice tuvo una visión de James, que había captado su olor y la encontraba. Se lo contó a su amigo el vampiro, quien le creyó de inmediato y le propuso escapar, algo que Alice rechazó porque vio que de igual modo la encontraría. Por más que buscaron otras opciones, todas terminaban igual, James la encontraba.

El vampiro le ofreció transformarla, pero Alice no estaba segura ya que les daría poco margen para escapar, tal vez su sangre no llegaría a transformarse por completo. Para el vampiro eso fue suficiente, la mordió y se la llevó lejos para ocultarla, interponiendose entre ella y James, aunque por su visión, Alice sabía que James ganaría en caso de que hubiera una pelea.

La primera visión de Alice como vampiresa fue una de Jasper Whitlock. Ella supo que él sería su pareja en un futuro, además sabía que él aún no estaba listo para ella. En lugar de ir a buscarlo, ella esperó que él la encontrara. Mientras tanto, ella intentó llevar un estilo de vida "vegetariano", sabiendo que con el tiempo ella y Jasper terminarían viviendo con los Cullen.

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