La Oveja Negra En La Familia Malfoy // Harry Potter & Tú

27

No tenía idea de que pasaba a mi alrededor, estaba muy sumergida en los libros que agarré de la caja que mis padres me habían enviado en Navidad, convenientemente hablaban de hechizos de defensa y artes oscuras (¿por qué papá tenía este tipo de libros?), era algo avanzado pero estaba determinada a aprender al menos los que parecieran más útiles. Repasaba los movimientos de varita con la mano, y procuraba pronunciar bien las palabras por más raras que se oyeran. Incluso apuntaba los hechizos en una hoja, mejor eso antes que olvidarlos.

Hermione me dio un suave golpe en el hombro para que levantara la vista. Lee Jordan, al parecer el único que quedaba en la sala común a parte de nosotros, se iba a dormir finalmente.

Íbamos a cubrirnos con la capa para ver si nos cubría completos a los cuatro, cuando un tembloroso Neville se asomó por detrás de un sillón con su sapo, Trevor.

- ¿Qué van a hacer?- preguntó.

- Nada, nada - dijo Harry, quien se apresuró a esconder la capa detrás de el.

- Van a salir de nuevo - dijo Neville percatándose de los rostros de culpabilidad de mis amigos.

Nosotros intentamos hacer que Neville se fuera, pero el seguía insistiendo con hacernos frente y llegó a colocarse entre nosotros y el agujero del retrato de la sala común. Miré el reloj, no podíamos perder más tiempo.

Me debatí mentalmente entre que hechizo usar.

- Ay, ya - murmuré cansada - ¡Petrificus Totalus! - grité señalando a Neville.

Volteé a ver a los demás, que miraban cómo Neville caía en el suelo, con los brazos pegados a su cuerpo y las piernas juntas, rígido. Lo único que se movía eran sus ojos, lo cual le daba aspecto de miedo, casi como película de terror muggle, suerte que nunca había visto una.

- ¿Qué le hiciste? - preguntó Harry.

- Es la Inmovilización Total - explicó Hermione - Iba a disculparme antes de hacerlo yo, pero fuiste más rápida.

- Va a odiarme, si es que no lo hace ya - dije - ¿Lo siento?

- Lo comprenderás después, Neville - le habló Ron.

Todos procedimos a cubrirnos con la capa (afortunadamente nos cubría a todos) y salimos por el agujero del retrato de la sala común.

- Oigan - susurré - Hay otra forma de llegar a esa puerta más rápido. Es por ahí.

Los guié hacia la pintura y después de checar que nadie nos siguiera, me salí de dentro de la capa para quitar la pintura y dejar a la vista el pasadizo.

- Vengan - dije haciéndome a un lado para dejarlos entrar.

Coloqué de nuevo la pintura desde dentro.

- ¿Qué es esto? - preguntó Ron.

- Un túnel que encontré un día, ya saben, merodeando por ahí.

- ¡Pudieron haberte encontrado! - me regañó Hermione bajito.

- ¿Por aquí es donde vas a ver a Fluffy? - me preguntó Harry sin que los otros dos escucharan.

- Si, resulto más útil de lo que creía.

Salimos del pasadizo sigilosamente y lo volví a sellar. Debajo de la capa, nos dirigimos a donde Fluffy.

Entré primero yo por la puerta, encontrándome con el perro plácidamente dormido y un arpa sonado.

Snape o Quirrell de seguro ya había pasado por aquí.

- Está dormido - susurré a mis amigos que estaban detrás de la puerta todavía.

- Debe despertarse en el momento en que se deja de tocar - observó Harry al ver el arpa.

Harry empezó a tocar una flauta que no sabía de donde sacó pero bueno.

Junto con Ron y Hermione, nos dirigimos a abrir la trampilla.

- ¿Quieres ir delante, Hermione? - dijo Ron.

- ¡No, no quiero!

- ¿Tu, ____? - me preguntó.

- Voy yo, cobardes - dije.

Subí con cuidado sobre los pies de Fluffy y abrí la trampilla. Fingí sorpresa.

- ¿Qué puedes ver? - preguntó Hermione ansiosa.

- No puedo creerlo - dije aún fingiendo asombro - Es la más grande e increíble... nada que haya visto - reí bajo.

- Mensa - dijo Ron - Déjame ver.

Me quité y acaricie al perro por si acaso.

- _____ tiene razón. Es solo oscuridad, hay que dejarse caer.

Harry hizo una seña a Ron.

- ¿Quieres ir tu primero? ¿Estás seguro? - dijo Ron - Dale la flauta a Hermione para que pueda seguir haciéndolo dormir.

Eso hicieron y Harry se tiró por la trampilla, no sin antes decir que si algo le pasaba, enviáramos una lechuza a Dumbledore.

- ¡Todo bien! - gritó después de unos segundos.

Ron saltó de inmediato.

- ¡¿Quién sigue?! - gritó Harry de nuevo.

- Si quieres ve tu primero - dije a Hermione - Está bien.

Asintió. Guardó la flauta. Fluffy empezó a gruñir, por lo que rápido empecé a tararear la canción de siempre.

Hermione saltó.

- ¡Fluffy! - susurré cuando ya no había nadie - ¡Fluffy!

- ¿Qué haces aquí?

- Si, yo igual te quiero, cabezón - dije sarcástica - Una pregunta. ¿Quién te puso esta cosa? - señalé el arpa.

- Una persona, venía encapuchada.

Eso no era nada bueno obviamente.

- Bien, gracias - dije y fui corriendo a la trampilla, salté antes de que Fluffy me detuviera.

Caí en la oscuridad hasta topar con algo raro debajo de mí.

- ¿Una planta?

- No cualquier planta - me contestó Harry.

- Espera - sentí cómo la planta me sujetaba - Es Lazo del Diablo.

- Oh, me alegro mucho de saber como se llama, es de gran ayuda - dijo Ron.

- ¿Y Hermione? - pregunté.

- ¡Aquí! - dijo.

- ¿Cómo llegaste ahí? - volví a preguntar.

- Se zafó antes de que la agarraran - dijo Ron.

Harry, Ron y yo empezamos a luchar e intentar quitarnos la planta de encima.

- No se muevan - nos regañó Hermione - Estoy tratando de recordar cómo matarla.

- Creo que la Profesora Sprout habló un poco de esta planta, ya saben, cuando me llevó a los invernaderos. No le gusta la oscuridad y...

- ¡La humedad! - gritó Hermione.

- Entonces, enciende un fuego - le dijo Harry.

- ¡Pero no tengo madera!

Me reí.

- ¿ERES UNA BRUJA O NO? - gritó Ron desesperado.

- Cierto - dijo Hermione y con su varita, envió unas llamas azules a la planta.

Cuando pudimos movernos, fuimos a donde Hermione.

- Me alegro de que hayan aprendido bien Herbología - dijo Harry.

- Yo me alegro de que Harry y _____ no pierdan la cabeza en crisis. Porque eso de "no tengo madera"...

- Si, si, sigamos - dije.

- Por aquí - dijo Harry señalando el único camino que había.