5

23 5 0
                                    

Jungkook apretó fuertemente su mandíbula parecía que en cualquier momento sus dientes se romperían de tanta presión que ejercía en ella.

enojado era muy poco para expresar lo que estaba sintiendo en ese momento no llegaba al sentimiento que tenia en ese momento, Hestia apareció tras uno de los caminos que conectaba hacia su aposento junto a Namjoon.

Jin le regalo una dulce sonrisa, Jin nunca olvido el primer día que Zeus lo trajo a vivir con ellos, Jungkook era todo una hermosura como también un diablo de persona.

-Apolo- aquellas simple palabras hicieron disminuir la rabia que estaba llevando dentro de si mismo, Hestia se merecía cosas mejores el se merecía a alguien que lo ame como el ama- ¿ Te encuentras bien?

-Jungkook solo lo miro a los ojos y luego solo frunció un poco el seño- estoy bien, me encuentro molesto por mi casería de hoy.

-Dejaras el olimpo sin animales si sigues casando- Apolo solo negó con su cabeza era cierto pera también mentira.

- sigue esperando pero los ratones seguirán corriendo por este lugar por unos siglos mas- Jungkook amo ver aquella cara de terror en Jin- solo bromeo padre - padre, eso era Jin para el, padre y madre, Hestia se merece el cielo y no el infierno de hades.

-ya estas mas calmado puedes decirme que paso,- la curiosidad de este en esos momentos no era buena ni para el como también para Jungkook.

-Namjoon me mando hacer un poco de su labor, perdí un gran ciervo esta mañana y ahora estoy siendo reprendido sin empezar hacer nada.

-Namjoon solo quiere lo mejor para ti y lo sabes- Jungkook solo negó con la cabeza, su mente solo lo llevo a aquellos años oscuros para el.

-No trates de tapar el sol con un dedo- fueron las simples palabras que apolo le dirigió a Jin, el rostros de Hestia expreso tristeza que fue remplazada por una sonrisa.

-Todos debemos sufrir alguna ves en esta vida sea para bien como también para mal- Jin dejo un beso en la mejilla de Jungkook y siguió su camino.

Apolo se quedo mirando la silueta de su padre desaparecer, un extenso suspiro salió de sus labios.

Era hora, hora de traer su hermano y su nuevo dolor de cabeza en el olimpo.

Sin saber que aquello cambiaria su vida para ambos.

Un amor prohibido y su frutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora