|Capitulum Vll|

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NamJoon.

Lo único que se escucha son las pisadas de los caballos sobre el fango. Ya casi anochece pero eso no evita que siga mi camino al siguiente reino, aún cuando sienta que mi cuerpo está sobre exigido, puedo escuchar los murmullos de mis dos compañeros de viaje, ellos parecen coquetear incluso bajo esta tormenta. Demasiado molesto.—— Hagan esas cosas en privado. —era un tanto incómodo verlos darse de besos.

—No le veo nada de malo, a menos que quieras unirte. —JiMin, ese mocoso siempre y sus cosas raras.— ¿Un trio, qué opinas?.

—No gracias. —El solo rió con diversión, al mismo tiempo se aferró mejor de la cintura de YoonGi para no caerse del caballo.

—Eres un amargado NamJoon, sonríe un poco o te harás viejo muy rápido. ¿Verdad, cariño?. —rode los ojos con fastidio, ahí iban de nuevo con sus estupideces.

—Cierto. —respondio YoonGi, con un tono burlón. Esos dos eran tal para cual, cuando significaba joderme la vida.— Piénsalo, un trío te vendría bien.

—Ya dije que no par de pervertidos. En lo único que piensan es sexo.

—¿Y tú no?. —estoy a dos segundos de ponerle un bozal en la boca a Min JiMin.— Digo, la última vez que tuviste relaciónes sexuales fue hace casi tres meses. —no tenía que recordarme eso.— Ahora que lo pienso, no nos contaste que tal estuvo tu noche de bodas. —fulmine con la mirada a ese chiquillo entrometido, él solo pareció divertirse con mi enfado.— Anda cuenta, con detalles.

—Si no cierras la boca se me va a olvidar que somos amigos. —aun cuando se lo advertí no hizo caso y siguió con lo mismo.

—¡Anda NamJoon cuenta, ¿Qué tal estuvo tu noche con SeokJin?! ¡De cuendo acá no nos hablas de tu vida sexual!.

—Desde que me casé, es de mi esposo del que quieres que te hable y no, no te voy a decir nada. —JiMin hizo un puchero pegando su mejilla a la espalda de YoonGi, lo había reprendido por esa actitud de niño que tiene. YoonGi no dijo nada y solo miro al frente, ignorando todo lo que JiMin y yo discutíamos.

—No sabía que respetadas a tu esposo NamJoon. —YoonGi se dirigió a mi, con voz fría como la que siempre utilizaba cuando algo le estaba molestando.— Ese mismo esposo que dejaste solo en el castillo hace dos meses.

—Tengo cosas que hacer y lo sabes.

—¿Por qué no solo dices la verdad?.

—No se de qué verdad hablas Min.

—De qué huiste para no estar con el estos meses. Lo estás evitando a toda costa desde que te cásaste. —desvie la mirada al frente, no queriendo que viera que había tocado un punto débil en mi.— Es tu esposo, aunque no lo aceptes, tarde o temprano tendrán hijos y tendrás que aprender a amarlo. O al menos a respetarlo.

—Como si esas cosas fueran tan fáciles. —le dije con molestia, cosa que no le gustó mucho que digamos.

—JiMin y yo también fuimos obligados a casarnos,  y yo no estoy quejándome por eso. —respondio.— Además amo a mi esposo, cosa que tú sabes muy bien.

—No quice decir que todos los matrimonios arreglados sean malos, solo digo que yo aún no quería casarme.

—Ibas a casarte con la hija del consejero del reino aliado, pero tú papá te lo negó.

—Es muy diferente, era una estrategia para mantener el reino y sus conexiones.

—Es lo mismo, y siendo sincero —escuche a JiMin reír al igual que YoonGi—, me agrada más SeokJin que esa mocosa irritable.

Príncipe Efernal, © |NamJin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora