Capítulo 16

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El sonido de Amarilli mia bella rompió el silencio que se cernía sobre mí y abrí mis parpados, solo escuchando la voz de la cantante envolver todo

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El sonido de Amarilli mia bella rompió el silencio que se cernía sobre mí y abrí mis parpados, solo escuchando la voz de la cantante envolver todo.

Esperé que mi cuerpo entumecido fuese envuelto como una manta y llevara mi mente hacia un lugar mejor.

Que mis pensamientos se disolvieran y que aquello que apretaba con fuerza mi pecho solo desapareciera.

Pero no sucedió.

Me quedé ahí, tirada en mi cama y sintiendo como de a poco todo iba empeorando. Con lentitud y casi sin hacerse notar.

Como muchas veces había sucedido.

Sabía que debía luchar contra ello, contra cada sombra que comenzaba a oscurecer todo.

A agravar mi estado, mis pensamientos.

Más las energías no se encontraban en mi para combatir.

No luego de que se me demostrase cuán difícil era cambiar. Tomar un respiro profundo, ser valiente y tomar decisiones que me atemorizaban por dentro, pero sabía que eran las correctas, no servían.

Porque no se podían llevar a cabo.

La voz de la cantante se cortó y unos segundos después volvió a sonar.

Debía de ser mi tía llamando.

Luego de cómo me había puesto, antes de que se fuera a trabajar, seguramente quería comprobar que estaba bien.

Y aunque solo quería estar en mi cama, envolviéndome en mi miseria, lo menos que deseaba era preocuparla.

Tomé el emisor de la música y acepté el llamado, sin ver la pantalla.

—¿Alo?

Hubo una respiración agitada al otro lado y cuando iba a ver la pantalla, para comprobar si es que mi tía estaba llamando (solía hablar de inmediato), una voz me detuvo.

Definitivamente no mi tía.

¿Hebe?

Vi el nombre de Esteban en la pantalla y fruncí mi entrecejo, sin saber porque me estaba llamando.

A esa hora de la mañana.

—Sí, soy yo. ¿Sucede algo?

Dejó escapar un suspiro, de esos que retienes por mucho tiempo y que al momento de liberarlos, se van consigo muchas preocupaciones.

Bueno, eso era raro.

Las voces amortiguadas de la otra línea se cortaron con un sonido sordo y luego su voz volvió.

Mucho más ligera que antes.

No, nada, es solo que pensaba que tu... —Paró y otro suspiro se le escapó—. Nada, solo quería preguntarte si puedo ir para tu casa.

Sentirse Viva (#1 Sentirse Viva)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora