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—𝙄 𝘿𝙊𝙉'𝙏 𝘾𝘼𝙍𝙀 𝘼𝘽𝙊𝙐𝙏 𝙏𝙃𝘼𝙏,
𝙄'𝙈 𝙂𝙊𝙄𝙉𝙂 𝙏𝙊 𝙉𝘼𝙄𝙇 𝙈𝙔 𝙋𝙍𝘼𝘿𝘼
𝙃𝙀𝙀𝙇𝙎 𝙏𝙊 𝙏𝙃𝙀𝙄𝙍 𝙀𝙔𝙀𝙎 𝘼𝙉𝙔𝙒𝘼𝙔!—








—𝙄 𝘿𝙊𝙉'𝙏 𝘾𝘼𝙍𝙀 𝘼𝘽𝙊𝙐𝙏 𝙏𝙃𝘼𝙏, 𝙄'𝙈 𝙂𝙊𝙄𝙉𝙂 𝙏𝙊 𝙉𝘼𝙄𝙇 𝙈𝙔 𝙋𝙍𝘼𝘿𝘼 𝙃𝙀𝙀𝙇𝙎 𝙏𝙊 𝙏𝙃𝙀𝙄𝙍 𝙀𝙔𝙀𝙎 𝘼𝙉𝙔𝙒𝘼𝙔!—

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30 de Octubre 

La Salvatore observó como Sabrina marcaba con una equis una casilla del calendario. Solo faltaba un dia para el cumpleaño de ambas y los nervios se podían sentir en el aire. Persephone suspiro y recogió su bolso del suelo mientras que tomaba lo que sobraba de la infusión que le había preparado Hilda horas antes. Desde anoche, específicamente luego de la visita del sumo sacerdote, las voces no habían parado de hablar. Aquello trajo como consecuencia un dolor de cabeza horrible y una Sabrina preocupada por su salud. Ninguna de las dos había podido dormir bien; Una por el dolor y la otra por cuidarla. Gracias a la destreza de Persephone con el maquillaje aquello no se notaba para nada en sus rostros. 

—¿Estas segura que quieres ir a la escuela?—La rubia de cabellos cortos la miró con preocupación, no le gustaba el hecho de que la rubio fresa se sobreesforzara. 

—Si, tranquila. Desde que Hilda me dio la infusión se han calmado —Sonrió tratando de tranquilizarla —No se porque no le dijimos nada cuando empezó—

—Lo siento—Sabrina bajó la mirada avergonzada—Pensé que yo podía arreglar todo por mi cuenta, pero ni aun con los hechizos pude ayudarte con el dolor—La Spellman apretó los puños con  impotencia, aún no era capaz de proteger a Persephone.

—Lo siento—Sabrina bajó la mirada avergonzada—Pensé que yo podía arreglar todo por mi cuenta, pero ni aun con los hechizos pude ayudarte con el dolor—La Spellman apretó los puños con  impotencia, aún no era capaz de proteger a Persephone

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—No te preocupes por eso, Brina. Ninguna de las dos pensó en eso durante el momento —Levantó la cabeza de la de cabellos cortos y limpio las lagrimas que habian caido— Además  de que tu presencia ayudó mucho. Me recordó que no estoy sola en esto—Una dulce sonrisa adorno su rostro—Ahora, deja de llorar que nada malo ha pasado —

Sabrina asintió y tomo una profunda respiración para luego abrazar a la rubio fresa.

—Te quiero, Phone—Susurro contra su cuello.

𝕷𝖎𝖊𝖘|Chilling adventures of Sabrina|  Where stories live. Discover now