Cap. 1

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Era un día bastante normal para la gente de Magnolia, o bueno, para la mayoría de estas. Por las calles se veía un muchacho de cabellos salmón caminar un tanto apresurado y a su lado un gatito volando mientras su expresión denotaba ira al igual que preocupación.

El exceel miró por unos instantes a su padre adoptivo apretando su mandíbula al notar que la mirada del mayor estaba un tanto cristalina, sabía que Natsu estaba a la nada de llorar.

Antes de que se diera cuenta ya estaban frente al tan conocido Gremio Fairy Tail, quien aparte de demostrar gran fuerza y una familia unida mostraban lo desastrosas que podían ser las hadas.

Entraron en total silencio que preocupó a más de uno, sobretodo al notar que no saludó como usualmente hace.

Lucy se acercó muy sonriente hacia su novio, sin notar que Happy le miraba con odio y el pelisalmón con decepción.

— ¡Natsu! ¿Hagamos una misión? Necesito pagar el alquiler. —La rubia hizo un puchero provocando que el exceel ocultara una mueca ante tal expresión de la chica, realmente le asqueaba que fuera tan... Cínica.

— Lucy, necesitamos hablar.

La ojichocolate al escuchar el tono cortante del Dragon Slayer borró su sonrisa para luego mirarle un tanto preocupada— Esta bien... Vamos.

Happy decidió quedarse en el gremio para esperar al mayor, Lissana se acercó con lentitud hacia donde estaba el exceel sabiendo que algo malo ocurría con él.

Lucy seguía un tanto confundida al caza dragones, ya habrían pasado diez minutos desde que salieron a conversar a un lugar privado y aún no se detenían.

Cuando ya estuvieron dentro del bosque cercano al pueblo la maga celestial decidió hablar para preguntarle a su novio su raro actuar, aunque Natsu fue más rápido que ella soltando aquellas palabras que nunca esperó decir.

— Tú no me amas.

La rubia le miró sorprendida y nerviosa, esperando que el chico no lo notara.

— ¿P-por qué lo preguntas? —La ojicafé intentó sonreír pero parecía más una mueca de incomodidad— sabes que te am...

— Eso no fue una pregunta, fue una afirmación.

La rubia ya estaba que colapsaba de los nervios, miraba hacia cualquier lado menos a su novio quien no dejaba su semblante serio.

— P-pero eso no es v-verd...

— ¡Ya no sigas mintiendo! —Ante el grito la heartfilia se encogió en su lugar, Natsu sorprendido por la reacción de la chica dio un paso al frente para abrazarla y pedirle perdón.

Pero recordó el dolor que sintió al enterarse de que ella estuvo con su amigo así que retrocedió el paso dado y apretó sus puños, esperando que de esa forma se mantuviera consciente a la situación.

— Me engañaste con Gray, con mi amigo el cual más que eso era como un hermano para mí.

 — Natsu yo...

— ¿Por qué me mentiste?

— De verdad lo siento... —La rubia a este punto ya estaba comenzando a llorar, aún cuando el mago de fuego nuevamente tuvo el impulso de ir abrazarla tan sólo desvió la mirada, realmente no quería parecer un idiota.

— ¿Tan sólo eso tienes que decir?

— ...

— Como lo supuse.

El chico se dio media vuelta, regresaría al gremio junto a Happy e irían a hacer una misión juntos.

Cuando ya estaba caminando la rubia reaccionó y le detuvo agarrándolo de la muñeca.

— Sueltame Lucy...

— ¡No hasta que me escuches!

El caza dragones se zafó del agarre y se giró a encararla, la ojichocolate tembló en su lugar ante la fría mirada del chico.

— Sí, es verdad... Me acosté con Gray.

El pelisalmón iba a contestar pero la chica no lo dejó ya que decidió continuar.

— ¡Pero fue un error! No sé que pasó, de un momento a otro despertamos juntos en su cama, pero realmente te amo Natsu, tienes que creerme —Tomó ambas manos del chico entre las suyas esperando alguna reacción o palabras de su parte— Si realmente me amas perdóname por favor, te prometo que nunca más ocurrirá.

Natsu le miró de forma fija por unos instantes para luego suspirar, la rubia creyendo que su novio le había perdonado le abrazó por el cuello para acercarle a su rostro y poder besarle, pero el chico reaccionó colocando su mano entre la boca de ambos.

La ojichocolate le miró sorprendida, iba a reclamar pero el chico no sacó su mano de la boca de ella.

— Mi confianza hacia ti ya se desvaneció, estar contigo tan sólo me lastimaría... Así que esta relación se terminó y realmente espero que aceptes mi decisión.

Con eso el chico alejó su mano de la boca de la rubia la cual estaba completamente en blanco, decidió dejarla sola y regresar al gremio.

Agradecía haber reaccionado a tiempo, si no hubiera colocado su mano entre sus labios y los de la chica lo más probable es que la hubiera perdonado, después de todo estaba enamorado de ella.

Aaah~ realmente necesitaba realizar una mision y patear algunos traseros.

Mientras que el chico iba a paso lento hacia el establecimiento se veía a una peliazul caminar por las calles de Magnolia, la muchacha se veía bastante triste y pensativa, al punto de no escuchar a su novio llamarle.

— ¡Juvia!

Siguió su caminar sin inmutarse, estaba bastante dolida como para pensar en otra cosa que no fuese...

La infidelidad de su novio...

El chico que ama con locura...

Su Gray-sama...

¿Acaso no era suyo?

O siquiera

¿Alguna vez lo fue?

Ya no sabía en qué pensar, amaba bastante al alquimista de hielo pero la traición que cometió le hace dudar si el chico realmente la amo.

¿Acaso sólo ella entregó todo de sí?

¿Todo fue una mentira?

Fue hermoso mientras duró.

Sí, como ustedes creen o entendieron.

Lo mejor para ella es terminar con Gray,  y eso es lo que hará nada más lo vea.

— ¡Finalmente te alcancé Juvia! ¿Acaso no me escuchaste? ¡Te llamé más de ocho veces!

Al sentir que el mayor apresaba su muñeca decidió encararle para finalizar todo de una vez. Elevó su mirada la cual chocó con la del mago, pero aún ante la incomodidad no la apartó en ningún momento demostrando que no se dejaría pasar a llevar.

— ¿Quieres que vayamos a...

— Terminamos.

Porque en ese momento, en ese preciso momento Juvia decidió mostrar que era mucho más fuerte de lo que aparentaba.

El ; Del Corazón. - NaviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora