RAIN [Libro 1]

Capítulo 23.

— No por ellos, pero ya sospechan otros alumnos de que les hacen algo.

— Diles que se fueron de intercambio. ¡Ingéniatelas, caramba! — exclama —. A los que nos llevamos sus familias reciben mercancías y lo necesario, no te preocupes por su silencio.

Despego la oreja de la puerta, ahora estoy temblando contra ella.

Ellos les pagan por la vida de sus hijos.

¿Sus familias sabrán el por qué se los llevan?

Siento la bilis subir por mi garganta, escucho ruidos a través de la puerta y me hecho a correr por el pasillo.

Entro a un pequeño cuarto dejándome caer contra la puerta. No logro distinguir precisamente donde estoy, así que sacó la linterna de mi mochila y enfrente mío hay un estante con papeles, carpetas y cajas ordenadas.

Me levanto y cojo una de las carpetas que lleva por nombre "Proyecto A-1."

La empiezo a ojear y son alumnos con foto y nombre respectivamente. Llegue a ver alguno de estos alumnos y una pena me invade. Me doy cuenta que sobre la foto hay un sello que dice "Insuficiente" o "Eficiente". Pocos son eficientes con estado es vivo, mientras que los insuficientes están señalados como estado muerto.

Aprieto mis ojos y me resisto las ganas de llorar, entiendo que existen dos tipos de rain, los que son a corto y largo plazo; los de corto plazo los matan al momento de hacer prácticas con ellos, y los de largo plazo.

¿Para qué les son útil?

¿Qué quieren de ellos?

Dejo la carpeta a un lado y reviso otra que contiene los mismo. Después sigo buscando el nombre de Grisel o el mío pero no están. Guardo una de estas carpetas en mi mochila.

Entre abro la puerta y cuando veo que no hay nadie, decido salir y bajar las escaleras rápidamente.

Ellos mataron a los jóvenes, algunos de ellos están vivos. Se llevaron alrededor de ciento veinticinco alumnos, ciento ocho de ellos están muertos y solo diecisiete están vivos. Hay una gran diferencia en las vidas que quedan, lo único que los hace iguales es que son rain y los militares se los llevaron.

❃❁❃❁❃❁❃

Salgo del gran edificio y no se encuentra nadie afuera por la brizna que cae. Omito mis ganas de levantar mi rostro hacia el cielo, solo me apresuro. Paso por la plaza principal y en el poste hay unos cuantos restos que parecen ser huesos y prendas de ropa. Contengo las nauseas y giro la mirada hacia otro lado.

Llego a casa poco después.

— ¿Quieres cenar Brenna? — dice mi abuelo desde la cocina. — Yo me sirvo.

— Hija tienes unas ojeras enormes, ¿no has dormido bien?

Me toco la cara y reposo mis manos contra mis ojos.

— Abuelo estoy seguro de que a ninguna mujer le gusta escuchar eso — sonrío débilmente.

El abuelo me toma de la mano y me sienta en una silla de nuestro pequeño comedor. Se sienta en la silla de aún lado y solo me observa.

— No soy muy bueno con cosas de chicas, pero anda, cuéntame.

— Nada en especial, solo cosas sin importancia.

— ¿Qué cosas sin importancia te tienen con esas ojeras? — pregunta.

Niego con la cabeza —: Solo estoy confundida.

— Piensa antes de actuar, no quisiera que tuvieras una decisión incorrecta por algo que te puedas arrepentir después.

— No creo que me arrepienta si es lo más razonable.

— La razón no se lleva con el corazón, una te dirá lo que crees que es correcto y otra simplemente lo que en verdad anhelas.

Me quedo observando la madera vieja de la mesa. Recargo mis manos ella y suelto un suspiro.

Solo tengo miedo.

— Yo no puedo guiarte, eso tienes que hacerlo tú Brenna. Formar lo que es mejor para ti, formarte a ti misma.

Tomo sus manos entre las mías, mi abuelo suelta una ligera sonrisa y yo se la devuelvo. Se levanta de la mesa con dirección a la cocina.

Me recuesto y pongo mis brazos a mi alrededor.

Lo primero que haré es que buscar a mi madre, ayudaremos a los rain, hablaré con Dagan y haré las paces con River. Si como ser humano quieres crecer, una de las cosa es estar bien con quienes te rodean, pero  sobre todo con uno mismo. Aclararé mis sentimientos y emociones, y cuando lo haga me estaré formando a mí misma.

Solo un poco.