¿Quién fue?

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En el colegio.

Adrien llegó al salón de clases, aún sintiéndose muy mal por lo que pasó ayer y al ver a Marinette, con sus ojos algo rojos como sí hubiese llorado toda la noche, se sintió aún peor.

-¿Qué pasa? ¿Te sucede algo?

Preguntó, acercándose a su amiga quien desvió la mirada, mientras Alya daba un suspiro profundo y miraba al chico.

-Un tip... no, un patán, quien decía amar a Marinette, cuando ella al fín estaba cediendo a sus sentimientos, encontró a ése idiota besándose con alguien más.

Explicó la morena y la sangre de Adrien empezó a hervir.

¿Quién fue el imbécil que se atrevió a herir a su amiga?

Nadie, absolutamente, nadie, debía herir a Marinette.

-¿Quién fue?- preguntó de manera amenazante.

No dejaría a ése tipo ileso luego de lastimar a su amiga.

Alya, sólo negó con la cabeza.

-Es todo lo que ella me dijo, no quiere revelar la identidad de ése patán, por que créeme, sí yo supiese quien es, en éste momento ése tipo estaría suplicando clemencia.

Una sonrisa malvada que asustaria a cualquiera, se asomó por el labio de Alya mientras Adrien veía a Marinette, sintiendo un extraño peligro.

-No sé los detalles, pero cuenta conmigo para lo que sea.

Y Marinette, se asustó un poco al ver que al igual que Alya, Adrien dio una sonrisa de terror.

-Gracias... pero... lo arreglare por mi misma.

Fue todo lo que dijo mientras la morena y el rubio la veían con preocupación.

Ver a Marinette enojada o felíz, era habitual, pero verla triste, no era algo que vean con frecuencia.

Intentando calamar el ambiente, Alya sacó su celular y mostró su última publicación en el Ladyblog.

-Por cierto, ¿vieron qué gatito está arrepentido por ser un hormonal?

Preguntó, mientras Marinette veía la pantalla del celular y Adrien desviaba la mirada.

En la pantalla se veía, varias fotos de Chat noir, con carita triste, parado en medio de la ciudad, con un cartel que decía "por favor, my Lady, perdóname".

Marinette, fruncio el ceño y miró a otro lado.

Ése gato no se ganaría su perdón con tanta facilidad.

Y Adrien, sólo rogaba que ésas fotos y vídeos de él pasando vergüenza por dos horas y media, hayan llegado a Ladybug.

En verdad, estaba muy arrepentido por lo que hizo y no lo volvería a hacer JAMÁS.

Nino, asomó su cabeza por la entrada, para ver sí su novia dejó de sonreír de manera aterradora.

Ser el novio de Alya, implica temerle a ésa sonrisa más que nadie.

Continuará...
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¡Hola!

Hasta la próximo martes, estaré ausente de wattpad.

Espero que haya gustado el capítulo y sigue "no se la dejaré fácil"

Gracias por su tiempo.

Volveré...

Gana mi perdónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora