Cambios

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Siempre que iba a llegar Onías, la tribu entraba en un frenesí. Y es que el ex rubio, a sus cuarenta y cuatro años, era un gran furor entre las jóvenes, y no tan jóvenes.

Quizás era su simpatía, simpleza, amabilidad, o lo apuesto que era, que volvía a las mujeres tan alegres... Hasta el punto de hacerle proposiciones indebidas.

Si bien Onías, amablemente, les había explicado decenas de veces que él era un hombre casado, y amaba a su mujer, a ellas parecía no importarles aquel detalle.

—Por favor, se comportan —les advirtió Kumi, en un tono molesto—. Esa no es la imagen que una hembra kanatita debe dar.

—¡Una hembra kanatita debe ir por lo que quiere! —exclamó una mujer.

—Es un hombre casado.

—Es casado, no preso. Él es libre de estar con quien quiera.

—En el mundo humano, dónde él vive, estar casado significa que sólo pueda estar con su esposa. Le son fieles a una sola mujer.

—¡Pues debería venir a Kanat'ma!

—¡Acá lo pasaría mejor!

—¡Nosotras sí lo compartimos!

Cep, que estaba sentado con la bebé en brazos, sonrió divertido. No sólo por las acotaciones de las jóvenes, sino también por el rostro molesto de Kumi.

Era todo un tema controlar a las jovencitas, que iban de quince a veinte años, quienes estaban emocionadas por ver a Onías. Las mujeres más grandes y maduras, si bien se mostraban alegres, no eran las de los comentarios inapropiados.

—Tú no debes ser así, hijita —sonrió, depositando un beso en la cabeza de la bebé—. Papá los va a matar a todos, si se llegan a fijar en su bebita.

***

—Que bueno que podamos hablar en privado —sonrió Onías—. Yo entiendo que para ustedes es muy importante, comunicarles las cosas de forma presencial, pero... Creo que con la euforia de las jovencitas iba a ser imposible —sonrió incómodo.

—Lamento eso. Onías —pronunció apenada Kumi—. No sé porqué se ponen de ese modo. Ni en primavera están tan... Ofrecidas.

—Creo que si tuvieran la oportunidad, se te pondrían en cuatro en frente —acotó con simpleza Cep.

Kumi le dedicó una mirada en advertencia, por su comentario completamente fuera de lugar.

Onías sonrió suavemente, y luego miró a la bebé que estaba sentada en los muslos del joven líder.

—Ella está muy linda ¿Está todo bien? ¿No le quedó ninguna complicación?

Onías tomó una de las manitos de Ilu, y la bebé le sonrió.

—Sí, ella está muy bien, sin secuelas. Es una niñita perfecta —pronunció orgulloso Cep, abrazando a su hija.

—Es muy bueno escuchar aquello. Y chicos, vine aquí a tratar unos temas importantes. El primero, es la designación formal de Kumi como líder de la isla. Haremos un acto especial, dónde la nombre como líder de Kanat'ma, que será transmitido en vivo, para que todos puedan verlo.

—Está bien —le dijo insegura.

No le gustaba mucho eso de tener que salir en cámaras.

—El segundo, es conocer lo que saben hasta ahora de la niña y su madre biológica. Todo lo que hayan podido investigar, será de ayuda para que mi equipo de investigación pueda trabajar también, en conjunto.

—De acuerdo, luego les diré que te impriman los informes que tenemos hasta ahora —le aseguró Cep.

—Y tercero, es para anunciar que este año se termina mi mandato.

—¿Qué? ¿Cómo que termina? ¿No seguirás siendo el líder? —preguntó desconcertada Kumi.

—No, ya es momento de que alguien más tome mi puesto. Es por eso, que quiero hacer esto ahora. Para que ustedes no tengan problemas después.

—¿Pero quién tomará tu puesto?

—Hay varios candidatos, no muchos de mi agrado...

...

KumiWhere stories live. Discover now