27.

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Cuéntame de tus miedos. —Me ruega. Estamos hablando por Skype. 

Hago una pausa y cierro mis ojos. Me gusta el sonido de su voz.

Le tengo miedo a lo eterno. —Susurro. Estoy acostada sobre mi brazo y con una apariencia bastante agotada. —Le tengo miedo a irme y no volver, le tengo miedo a lo desconocido, a lo inexplicable, a lo inentendible. Le tengo miedo a lo que entiendo y a lo que sé. Me tengo miedo a mí. Pero sobre todo, le tengo miedo a dejar ir.

Yo le tengo miedo al futuro.—Susurra. Abro mis ojos y veo que me mira con una expresión de dulzura en su rostro.

Eventualmente llega, ¿sabes? —Él asiente. Está cansado. Es hora de despedirme, no sin antes soltar un pesado suspiro. —Eventualmente nos enfrentamos a todos nuestros miedos.

¿Sabes? —Me interrumpe, justo antes de que pueda presionar el botón de colgar.

Lo observo con interés.

Ahora tengo dos razones para estar en Berklee. Un sueño y el amor por la música.

Sonrío.

Ya no tiene el corazón roto.

Y entonces cuelgo.

Y pienso en lo que sería mi vida sin aquel número de teléfono.

Autobús.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora