Mal día •7•

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Aristóteles sentía que se lo llevaban los mil demonios. Fue un día horrible, no creyó que nada pudiera superar el día en que le robaron su teléfono... pero al parecer eso la vida lo tomo como un desafió.

Esta vez no le robaron nada, simplemente un accidente en el trabajo hizo que le descontaran mas de la mitad de su paga, la ropa sucia y húmeda, poco dinero en su cartera y le faltaba completar su parte de la renta. Todo un desastre. No entendía por que ese tipo de cosas le pasaban a él, imagino que seria diferente estar ahí, en esa ciudad, con su novio (y unas cuantas personas más) Pero de nada le serviría hacer berrinches. Prefirió apurarse en llegar a su departamento para bañarse y dormirse.

(...)

Una vez dentro de la habitación que compartía con su novio se quitó los zapatos, la mochila la arrojo lejos al igual que su chamarra y camisa. se dejó caer boca abajo en el colchón y cerró los ojos. Temo aún no había llegado, solo estaba Diego y Carlotta, quienes se sorprendieron al verlo pero aun así no dijeron nada, ni siquiera un chiste de esos que Diego acostumbra a decir de él.

Tal vez si se veía mal.

Dudó en bañarse, ahora estaba a punto de quedarse dormido.

El suave y tibio toque en su espalda lo despertó y sobresalto un poco. Sintió el colchón hundirse un poco y luego una respiración sobre su oído.

- Tahi, ¿no vas a cenar?- la voz de Temo sonaba preocupada

- No tengo hambre- murmuró

- ¿Que tienes? ¿Tuviste un mal día?- un beso en su mejilla le hizo abrir los ojos para ver a Temo, sus grandes ojos llenos de preocupación y los labios fruncidos le sacaron un suspiro. Se sentía culpable de provocar eso a su Tahi.

- No tengo el dinero para la renta- sus ojos comenzaron a picar por el coraje y la impotencia que sentía en esos momentos - Algo paso en el trabajo, rompí unas cosas y me descontaron un montón. Soy un inútil, Temo. No puedo hacer nada bien y ya ni sé si mi carrera como cantante va a arrancar o...

- Tahi, no te presiones tanto, apenas estamos empezando y por lo de la renta no te preocupes, yo pongo la parte que falta y list...

-¡No Temo! No es justo, ya habíamos quedado que iba a ser en partes iguales.- se sentó en la cama con las piernas a la altura de su pecho, Temo hizo lo mismo.

Temo suspiró, no quería esa discusión de nuevo.

- Aris, no quiero que volvamos a pelear por el tema del dinero ¿si?, mejor vamos a cenar y ahorita vemos como arreglamos esto.- hizo un movimiento de levantarse pero las manos de Aris tomaron las suyas para detenerlo.

- No te enojes conmigo, por favor. Sería lo último que me faltara para que este día sea un desastre.- confesó con la mirada baja y los ojos aun llorosos.

El corazón de Temo se estrujó y soltó las manos de su novio solo para colocarlas a su alrededor, abrazándolo con fuerza, sintió la cabeza del rizado en su hombro y no pudo evitar acariciar su cabello. Permanecieron así por un rato, ninguno dijo nada, Temo quería quitar el frió de la piel de Aristóteles y este solo buscaba un refugio en los brazos de su niño de ojos color miel.

- ... Y despegue los pies de la tierra

llegué a la luna en plena tormenta.

Por ti aprendí a bajar las estrellas... no hay imposibles ya no

si al final tengo tu amor.- cantó suavemente al oído de Temo, no sabia de que otra manera agradecer todo lo que lo ha apoyado, no era bueno con las palabras, así que esto es lo que le quedaba.

- ¿Y aun así crees que no triunfaras en la música?- Temo se separó de el para mirarlo con una brillante sonrisa -Tienes la voz mas bonita que alguna vez escuche, no te desanimes, amor. Yo te voy a apoyar en todo.

Aristóteles había cambiado las lagrimas por un brillo de felicidad y de esperanza, tomó a su novio de la barbilla suavemente y deposito un dulce beso en sus labios, claro que dulce no significa corto, quería transmitirle tantas cosas con ese beso, quería quedarse así para siempre, los labios de Temo tenían algo que lo hacían volverse adicto, algo que le sabia tan dulce y tan puro como el corazón de su hermoso novio.

Sin pensarlo mucho colocó una mano en la espalda baja de Temo y posteriormente comenzó a recostarlo suavemente en la cama, sentía el brazo del menor pasar por detrás de su cuello mientras su mano libre le acariciaba el cabello.

Una vez que lo dejo totalmente acostado se hizo espacio entre las piernas del mas bajito, acomodándose mejor sin dejar de besarle, colando una mano bajo el suéter y la camisa de Temo, quien no hacia nada por detenerlo, se estaba dejando llevar.

Ninguno quería parar, no querían romper ese momento único e intimo que habían logrado construir. No lo harían.

La piel de Temo se calentaba bajo el toque del mayor, elevandole la temperatura en todo el cuerpo, tanto así que sentía que se ahogaba bajo tantas prendas.

El menor también empezó a tocar el abdomen y la espalda desnuda de su guapo y ejercitado novio. Las cosas empezaban a subir de tono.

- ¡Oh no! No harán eso aquí, no con nosotros en la casa. ¡Aristóteles, suelta a mi amigo! ¡no es tu lunch!

El nombrado gruño aun sobre los labios de Temo y seguido se separó con una mueca de enojo. Ambos se enderezaron en la cama, Temo más rojo que su antigua mochila de la escuela, mientras Aris rodaba los ojos y bufaba con fastidio.

- ¿Por qué no tocas la puerta? - dijo un muy malhumorado rizado.

- Ni siquiera la cerraron exhibicionistas. Yo solo venia a ver por que Temo no iba a cenar, pero veo que va a cenar bien ahorita así que hay más comida para mi- Las orejas de Temo parecían a punto de explotar por lo rojas que estaban.

- ¡Diego!- reclamó Temo- Sal de aquí por favor, ahorita vamos.

- ¡No creo que alcancen tacos!- gritó mientras salia y cerraba la puerta.

- ¡Se supone que eres vegetariano, chismoso!- gritó de vuelta Aristóteles.

- Ya no se estén peleando, mejor vamos a comer.- esta vez si se levanto de la cama y le lanzo una camisa de tirantes a su novio. - Así Carlotta tampoco nos molesta, aun que seguro Diego ya le dijo todo.- Vio salir a Temo a donde sus otros dos roomies estaban.

El por su parte se dejo caer de espaldas a la cama, cubrió su cara con una almohada y soltó un grito de frustración.

Les arruinaron un gran momento. Aun que no era el lugar adecuado, pero nada le quitaría ese nuevo motivo para odiar a Diego Ortega.









SANTO JESUS! ¡Esto tenía un rumbo totalmente diferente y lleno de cosas cursis en mi cabeza! No sé que pasó que mis dedos escribieron esto. Aun que tampoco me disgustó mucho el resultado 7u7

omg! es la primera vez que escribo algo asi. Diganme que piensan, no me ignoren plox.

PD: Diego es de mis Iconics Divas Favs. Cmamut con el "san Bernardo" y su piquete de araña XD

Y estoy tratando de ponerme al corriente con todo lo que no eh actualizado por que tengo otros proyectos por ahí y aprovechare que estoy de vacaciones.


ARISTEMO «one shots»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora