—Aquí te voy, Jungkook.

Suelta un bufido como si de un caballo se tratase y derrotado se va a la cama para pegar ojo.

Mientras está consciente en el punto entre el despertar y el dormir, decide que le contará toda la experiencia con Jungkook a Jimin.

Digo, ¿por qué no?

—Oigan, iré a la biblioteca ahora. Nos vemos al rato.

—Claro, Kook.

—Dale, cabezota —Jimin le revuelve los cabellos al castaño y éste intenta liberarse para luego alejarse de sus amigos.

Taehyung le da un empujoncito al pelinegro. —Oye —le llama—,  debo contarte algo. Ven conmigo.

Las cejas de Park se enarcaron y le entró la curiosidad de saber lo que su amigo tenía que decirle.

Al llegar a una banca fuera de la facultad, Jimin abrió un paquete de galletas y le animó a abrir la boca de una vez.

—Ya, ya. Verás, ayer salí con Jungkook. Quiero que se entere de lo mucho que me gusta y de lo pillado que me trae, además necesito de tu ayuda para...

—¿QUÉ? —exclama atragantado por una galleta y carraspea— Repítelo. ¡No! Espera, no lo repitas. Déjame procesarlo...

Taehyung quizo decir algo más pero en vez de eso prefirió callar y esperó por su estupefacto amigo.

Al rato habló.

—Entonces, eres... gay. Digo, puede que no lo seas. O quizás sí. Pero, el asunto es, que lo supuse en un principio. Aunque ahora llegas a admitir que... te gusta Jungkook y...

—¿Desde cuándo suponías eso...?

—¿Importa?

No, en realidad no importaba.

—Sí, me gusta Jungkook, y quería saber si estás en contra de eso.

Jimin quedó en blanco y después, indignado, le entrega una mirada profunda y le estudia con brazos fuertemente cruzados, apretujado el paquete de galletas en su puño.

—¿Crees que te juzgaré y dejaré de ser tu amigo porque te gusta Jungkook? ¡No seas imbécil! Eres mi maldito mejor amigo. Te quiero.

Taehyung respiró y echó todo afuera con un alivio grandísimo. Sacudió el hombro de Jimin y sonrió.

—Hermano, yo también te quiero. Gracias por entender.

—Tú solo... —trató de expresarse moviendo exageradamente sus manos y buscando las palabras adecuadas. Sin embargo, la cara cándida de Jungkook le llega a la mente: sus redondos y cafés ojos, las ondas de sus hebras, su agradable y centelleante sonrisa... Y las palabras se presentan—. No lo arruines...

Lo había dicho en serio. Con severidad y finalidad, y Taehyung lo logró captar.

—Sabes que no —afirma.

camaleón ¹ • taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora