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"Malva"

Al separar sus párpados se encontró a sí mismo en un lugar totalmente distinto a lo que antes solía percibir. Estaba en medio de un revoltijo de dudas y acostado en una cama ajena, deseando tomar compostura pero fallando a causa del dolor corporal. Su vista viajó por los rincones de la habitación, estudiando las cosas que se le presentaban, hasta que sus ojos se toparon con una bufanda a cuadros que, por supuesto, reconoció en un santiamén.

Si no estaba en lo correcto, juraba estar en su habitación.

—Ya despertaste —la voz que le sorprendió le hizo girar la cabeza a la puerta abierta—, temía que no lo hicieras. Me alivia verte —una sonrisa se le originó al escucharle.

—Jungkook... —se sentó con esfuerzo en la cama.

El castaño se precipitó a él, sentándose en el borde de la cama a su lado y compartiendo la sonrisa. —Hola.

—Hola... —una risa boba salió inevitablemente de su boca y sacudió su cabeza en negación— Siento la interrupción a tu casa.

—No te lamentes. Yo decidí traerte aquí.

—¿Tú qué...? —sus cejas se curvaron—¿Y... Los demás?

—Dahyun y Jimin se acaban de ir. Jimin dijo que sería mejor no llevarte a enfermería porque no parecías ir a mayor gravedad, pero yo insistí en sí llevarte... Así que te traje aquí...

—Está bien, está bien —le tranquilizó revolviendo sus rebeldes cabellos. Sin alejar su mano, sus ojos se devolvieron otra vez a la roja bufanda a cuadros, e inconscientemente sus dedos acariciaron la oreja de Jungkook. Éste se congeló y su mirar cayó a algún punto indescifrable del suelo, sin embargo no movió ni un músculo. —Entonces ¿estamos salo nosotros dos?

—¿Ah? —sus cinco sentidos volvieron a estar al tanto de su entorno y reaccionó— Ah, sí. Y Dorian —rió tontamente rascando su nuca. Sus dedos se entrelazaron en su regazo e intentó no jugar con ellos mientras dirigía sus orbes a los hipnotizantes y cálidos de Kim, los cuales se perdían en las pupilas del castaño. —¿Quieres algo? Ya es hora de la cena, y lo malo de ello es que no soy bueno en la cocina...

Taehyung rió. —¿Qué hay de unas galletas y té entonces? —dejó caer la mano que mantenía en su oreja.

—Me suena bien.

Luego de un segundo de silencio, Jungkook decidió retomar el habla.

—Creo que es mejor que te quedes aquí.

Taehyung se sintió poco confortable con la repentina opinión de Jungkook, pero no había tiempo para subestimar sus fuerzas y comprendía la preocupación por el menor acerca de su estado actual. Su cuerpo pesaba y dolía por cada movimiento que emitía debido a los golpes recibidos hace horas atrás. Pensándolo bien, estaba consciente de lo difícil que sería llegar a su casa sin el apoyo de su silla de ruedas en estos momentos cuando se es necesaria.
No tenía que pensar demasiado en su decisión.

—Okay.

—No debiste interponerte en mi discusión con Jae.

camaleón ¹ • taekookKde žijí příběhy. Začni objevovat