Chim!; 윤민

c i n c u e n t a y c i n c o

Capítulo re innecesario, pero pues es viernes, jahsjaj.

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Semanas pasaban, Yoon Gi no supo cuándo ni cómo, pero tenía miedo, se sentía extraño.

— Dios..., te odio tanto — murmuró para sí mismo mientras jalaba sus oscuros cabellos con desesperación —, ¿cómo mierda-

— ¿Hyung? — le habló una vocecita, justamente de la persona a quien maldecía.

— ¿Qué quieres? — respondió tallándose el rostro frustrado.

Caminó lentamente hasta estar casi pegado a él — Hyung...

— ¿Qué? — se sentó con la espalda recta mirándolo a los ojos.

— ... — dio dos pasos cortos para estar entre sus piernas y lo abrazó por el cuello, hundiendo su rostro en su pálido hombro.

Suspiró — ¿Ahora qué te pasa?

Unos leves sollozos se escucharon, el mayor movió un poco al rubio para ver su rostro, observó sus cristalinas lágrimas bajar por sus mejillas.

— Dios mío — dijo soltando una risa nasal. Limpió con su pulgar las lágrimas de su ojo izquierdo —, te detesto demasiado.

El menor no pudo decir nada, quería llorar aún más.

— ¿Qué mierda me hiciste? — deslizó su mano hasta su nuca, tocando con suavidad sus cabellos dorados y lo atrajo para besarlo de manera lenta.

El rubio no sabía besar, eso le quedaba claro al mayor, pero le encantaba y le parecía bastante tierno que intentara seguirle el paso.

Se separaron por unos cortos dos segundos para tomar una bocanada de aire y volvieron a besarse.

Últimamente Yoon Gi había estado bastante frustrado por saber la edad del menor, ni siquiera quería verlo, cosa que le afectó al minino, pues lloraba todo el día pensando que su hyung no lo quería.

— L-l-lo... q-qui-quiero, hyung — logró decir el menor cuando se volvieron a separar, ambos se veían a los ojos. El mayor no sabía qué decir, estaba conmovido.

Ambos se recostaron y bien abrazados se quedaron dormidos en total tranquilidad.

Se encontraban un viernes por la mañana desayunando. Yoon Gi comía cereal y el menor un pan tostado con atún.

No decían nada, estaban en un silencio tranquilizador. En ocasiones el mayor miraba al menor y sonreía como idiota sin poder creer toda la mierda de sentimientos que sentía.

Once y media de la mañana, ambos estaban recostados en la cama del mayor mientras veían una película. Estaban bastante tranquilos hasta que el celular de Yoon comenzó a sonar.

— Ahg — estiró el brazo y tomó el móvil de la mesita de noche —, ¿ahora qué quiere? — y justo antes de contestar miró la hora — oh mierda — se sentó de golpe alarmando al menor.

Suspiró y contestó — ¿Bue-

— HYUUUUNG — gritó en medio del llanto.

— Ah mierda, aquí vamos de nuevo.

— H-hyuuung, N-naranciaaaa.

— ¿Qué pasó con ella?

— ÉL, HYUNG. Es niño..., ERA. MURIÓOO.

— Jaja, brochetas de naranja.

— ¡NO ES GRACIOSO, HYUNG!, ¡SE SUPONE QUE DEBÍA REGRESAR CON FUGOOO!, ¡NO PUDO IR A LA ESCUELA!, ¡QUERÍA COMER PIZZA EN SU TIERRA! — lloraba sin fin mientras Yoon Gi sólo escuchaba con molestia y desinterés —, ¡N-nunca supo cuánto era dieciséis por cincuenta y cinco, hyung!

— Es veintiocho.

— AAAAA, ÉL DIJO ESO.

— Lo sé, solo te molesto.

Después de unos largos cuarenta minutos la llamada finalizó. El azabache casi tenía dolor de cabeza.

— ¿Hyung? — le habló el menor mientras se acurrucaba en su pecho.

— Giovanna, ah no, ¿qué?

El minino soltó una risita y cerró los ojos para intentar dormir.

— ..., mierda me sé media vida de un tal Giorno, ¿qué le pasa al idiota de Tae?

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Dejen su F por Narancia aquí.