Sangre Slytherin

8- Secretos

—Bien, ¿Qué eras lo que querías saber, Tom?— Preguntó con una sonrisa sentándose en la cama del recién nombrado mientras el otro se mantenía de pie frente a él.

—¿Qué es lo que tanto me ocultas, Harry?— Entrecerró sus ojos azules con sospecha y se cruzó de brazos.

—¿Yo? Nada, ¿porqué, Tom?— Preguntó con duda en su voz.

—¡No me mientas!— Levantó su voz molesto asustando al más pequeño— ¡Si no me ocultaras nada, no sabrías como se llamaba el Caldero Chorreante porque Dumbledore jamás dijo el nombre de ese maldito bar! ¡No mientas! ¿¡Acaso sabías del mundo mágico y me lo ocultaste?! ¿¡O tenías familia aquí y me mentiste?! ¡Dime!— Tomó a Harry de los hombros y lo agitó con fuerza.

Los ojos de Harry se llenaron de lágrimas al notar el destello rojo en los ojos de Tom más notable.

Todo se fue al caño gracias a un descuido suyo.

—Está bien... Te contaré la verdad pero prometeme que me escucharás en silencio, ¿sí?— Tom asintió con su ceño fruncido dándole paso a continuar.

Así fue cómo le contó sobre todo. Sobre su tiempo, su vida con sus tíos, sus padres y sobre Voldemort.

—¡¿Porqué demonios no me contaste?! Si me lo hubieras dicho antes... Lo hubiera comprendido— Fue bajando gradualmente su voz y cubrió su cara con sus manos.

—Porque tenía miedo, Tom. Miedo de que te molestaras conmigo o no me creyeras— Tom descubrió su cara y lo miró con una mirada triste.

—Yo si te hubiera creído, Harry. Eres quien me enseñó a sentir todo lo que siento ahora, pequeño. Eres mi todo— Murmuró acercándose a la cara del menor hasta chocar respiraciones. Ambos se miraron los labios del contrario con deseo.

—Tom...— Fue lo único capaz de decir cuando sus labios chocaron contra los del mayor.

Una suave y tranquilizadora danza se formaba entre sus labios que hizo sonreír con calma entre el beso a Harry. Los labios de Tom eran levemente ásperos y podría jurar que sabían a cereza que hacía a Harry suspirar. Tras unos minutos una vez que era necesario respirar, se separaron de mala gana.

—Tom... Yo...— Murmuró con un suave sonrojo en sus mejillas.

—No te preocupes, Harry. Esto indica que te perdono— Le sonrió y se sentó a su lado en la cama y tomó su mano— Ahora tengo un nuevo objetivo — Murmuró contra los labios del niño.

—¿Qué? — Susurró con sus verdes ojos cerrados con suavidad.

—Aseguraré tu seguridad por sobre todas las cosas. Incluso si deba matar a Dumbledore, lo haré. — Susurró para luego darle un casto beso al menor.

•••

Dumbledore frunció su ceño al recordar a ese niño de ojos verdes que era tan cercano a Riddle. Estaba seguro que ese niño era el punto débil del otro mocoso.

Se debía deshacer de él lo más rápido posible para que, así, pudiera matar a Tom Riddle, ese niño que era una piedra en su camino para gobernar el mundo mágico.

Dumbledore no era idiota, no confiaba en absoluto en la supuesta inocencia de Harry Evans, sabía que era incluso más malvado y cínico que el propio Tom Riddle.

Harry oculta su verdadero yo bajo una máscara de niño bueno que Dumbledore no se lo cree ni de broma.

El objetivo de Dumbledore era simple, gobernar el mundo mágico, convertirse en el Amo de la Muerte y, sobretodo, asesinar a todo aquel que conozca su verdadero ser.

Incluso si debe deshacerse de simple niños, eso hará.

•••

El tiempo pasó y ahora Harry y Tom se encontraban en quinto año, el año donde Tom descubriría la cámara de los secretos.

Durante estos años, Harry, se enteró de que Tom desarrolló un gran odio hacia los muggles debido a que su padre lo abandonó y porque los tíos de Harry lo golpeaban y maltrataban.

Harry no apoyaba lo que hacía Tom pero fue creando el pensamiento de dejarlo hacer lo que quiera sin meterse, después de todo, él por dentro deseaba lo mismo que Tom; mantener alejado a los muggles del mundo mágico aunque por dentro lo negara.

Dumbledore los mantuvo siempre en la mira, observándolos cada que podía. No obstante, Harry y Tom se ganaron el cariño de todos los profesores gracias a lo educados y habilidosos que eran. Así, formaron parte del Grupo de Eminencias del profesor Slughorn, el maestro de pociones.

Harry, sin darse cuenta, su objetivo se fue desviando de a poco. Su deseo seguía siendo asesinar a Dumbledore, pero, también deseaba hacer que los muggles y nacidos de muggles estuvieran por separados de ellos. Y sobre todas las cosas, estar junto a Tom y cumplir sus objetivos juntos.

Todo se fue desencaminando para Harry y su pensamiento no poseía casi ninguna diferencia al de Riddle. La única diferencia que existía era en la forma de lograrlo.

¿Lograrán a un acuerdo juntos?