3- El Chico de Ojos Verdes

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Ese chico en cuanto lo vio pensó inmediatamente que era otro mocoso de cinco años que lo habían abandonado y que, como todos los demás, le temería. Pero al notar que siempre se acercaba a él a pesar de sus amenazas le sorprendió y molestó. Luego de varios días tratando de ignorarlo y que el otro lo siguiera y tratara de sacarle conversación, se fue adaptando a su constante presencia a su lado. Vaya, hasta podían pasar horas conversando de manera amena sin que Tom se aburra.

  A medida que Tom convivía más con él, descubrió que la risa de ese chico era música para sus oídos. Una extraña calidez lo inundaba al escucharla, en especial si es dedicada a él o si él es la razón de ella. Cuando él se reía sus ojos se cerraban y sus abultadas mejillas se sonrojaban en un suave rosa que casi no se notaba debido a su acanelada piel.

Los ojos de Harry lo llenaban de una extraña sensación cuando estos lo miran. A su parecer, los ojos del niño eran de un verde que jamás había visto en su corta vida. Poseían una tonalidad y un brillo que hasta juraría que si apagara las luces, sus ojos brillarían e iluminarían todo el lugar.

Las sonrisas de Tom sólo eran dedicadas única y exclusivamente para Evans. Aunque jamás sonreía en público o fuera de su habitación, dentro de ella le dedicaba todas a Harry.

Llevaban dos años desde que el pequeño llegó a salvarlo. Desde ese día, era raro verlos separados e iban juntos hasta a la pequeña biblioteca del orfanato e, incluso, iban juntos a las salidas solamente porque Harry se lo pedía a Tom y para el último era imposible negarse a él.

Una vez, en una de las salidas, tanto Tom como Harry descubrieron la capacidad que los dos poseen de hablar con las serpientes. Fue una vez cuando Tom llevó a Harry a una cueva y allí descubrieron que habían serpientes. Por alguna extraña razón, ellos las comprendían, era como si las serpientes hablaran en su mismo idioma. Eso los sorprendió mucho, pero luego Tom se sintió orgulloso de poseer otra habilidad que lo destacaba de los demás y, lo mejor de todo, es que compartía la misma habilidad con su amigo.

Luego también una vez, Harry se molestó con un niño del orfanato por molestarlo y, sin necesidad de que el pequeño lo tocara, salió expulsado por una larga distancia hasta chocarse con una pared. Por ese evento, el niño quedó con varias costillas rotas y Harry se ganó el miedo de los demás. Pero a Tom no le dio miedo, al contrario, le dio gusto saber que ese chico era igual a él.

A decir verdad, Tom jamás esperó que el de ojos verdes llegara a ser alguien tan cercano a él. De hecho, a los pocos días de conocerlo, a su opinión, él era un chico muy insoportable y no paraba de abrir su boca para hablar de cualquier estupidez irrelevante. Varias veces trató de amenazarlo con dañarlo para que se aleje de él pero él sólo sonreía y continuaba hablando como si nada. Así que luego optó por ignorarlo, a ver si al final se cansaba. Pero jamás lo hizo, era muy testarudo y jamás se rendía a dejarlo solo ni por un momento. Costó mucho que Tom empezara a confiar en ese chico, pero de a poco él fue abriéndose hasta al final convertirse en su primer amigo.

Tom leía un libro apoyado en el gran árbol del solitario jardín del orfanato mientras Harry dormitaba, recostado en las piernas del más alto. Era de noche y los niños dormían al igual que las encargadas, así que salieron al jardín juntos para gastar el tiempo. Mientras Tom leía, Harry correteaba por ahí. Pero al parecer, el recién nombrado se cansó y al final se recostó en el regazo del de ojos azules.

Mientras leía sentía como la respiración de Harry se relajaba cada vez más. Dejó su libro a un lado y bajó la mirada para ver al pequeño. Él tenía los ojos cerrados y su expresión relajada. Se había dormido. Tom, sin darse cuenta, sonrió de lado y acarició el alborotado cabello de Evans el cual soltó un suspiro ante el tacto. Con su otra mano apagó la linterna y el jardín se sumió en oscuridad sólo con la luz de la Luna iluminando de forma tenue las siluetas de los dos niños. Mientras una suave brisa fría revolvía el cabello de los dos chicos que se encontraban solitarios en un árbol.

Sangre SlytherinWhere stories live. Discover now