Sangre Slytherin

7- Dumbledore

Cuando Tom conoció a Harry, supo en ese instante que él era alguien que hablaba hasta por los codos y un completo idiota.

Ahora siente que tuvo razón al verlo intentar hacerle una broma a Dumbledore y, también, intentar convencerlo a él para unirse a sus estúpidas bromas infantiles.

Harry se suele comportar tan astuto y cuidadoso como una serpiente, pero en ocasiones se vuelve tan idiota que varias veces se pregunta como fue posible que se hiciera amigo de él.

El de ojos verdes podría llegar a ser, incluso, más inteligente que él. Pero claramente desperdicia su inteligencia intentando bromear con esa pasa de uva andante o por otras estupideces.

Se golpeó la frente al ver como intentaba poner un balde lleno de moco de Troll sobre la puerta del salón donde Dumbledore daba clases y que luego este cayera, haciendo que el moco de Troll aterrice sobre él.

No sabía si reír o volverse a preguntar porque se hizo amigo de él.

Aunque claramente jamás obtendrá respuesta a esa pregunta que por tantos años se había hecho en ocasiones como esta.

En silencio, dejó a Harry solo en el salón sin que este se diera cuenta. Tanta estupidez quizás sea contagiosa.

Era muy temprano en la mañana y su primera hora sería con Dumbledore, por lo tanto, Harry tuvo la genial idea de despertar más temprano y dejar su broma en la entrada del salón. Pues, Dumbledore siempre entraba antes que los alumnos. Así que le sugirió a Tom acompañarlo en su niñería (y con sugerir se refería a despertarlo empujándolo de la cama y luego arrastrarlo por casi todo el castillo hasta llegar al salón). Molestándolo en todo el camino intentándolo convencer a unirse a sus idioteces. Todo eso fue molesto pero al menos pudo ver la escena donde Harry se bañó en moco de Troll, se aseguraría de jamás olvidarlo para futuros chantajes. Sonrió de lado pensando en tenerlo como esclavo durante todo el tiempo que esa escena siga en su memoria. Pero tendría piedad y no se lo diría a nadie...

O al menos mientras esté de buen humor.

Escuchó como los rápidos pasos de Harry intentaban alcanzarlo. Se enteró que se había escapado. Maldijo internamente por no caminar más rápido.

—¡Tom! ¡Ven aquí! —Gritó Harry, molesto. Tom rodó sus ojos.

— Cállate, no soy un perro. Y no iré, tengo sueño — Gruñó sin dejar de caminar hacía la Sala Común.

—Agh, vamos. Solo será un rato más, ya verás que sobrará tiempo y podremos volver a dormir— Intentó sonar convincente. Tom dudó un momento pero se volteó.

—Está bien. Pero a cambio quiero que me respondas algo— Dijo cortante, acercándose al de menor altura.

—¿Eh? ¿Qué querrías saber? Si ya sabes todo sobre mí, Tom— Sonrió alegre el de ojos verdes volviendo su caminata otra vez hacia el salón de clases.

Mentiroso

Gruñó rodando sus ojos viendo la espalda de quien era su amigo.

—Luego hablaremos de eso, por la noche— Harry asintió levantando su ceja con curiosidad.

•••

Tom estaba de malísimo humor, por poco y echaría espuma por la boca. Harry reía nervioso viendo como todos se alejaban de ellos, con temor ante la mala cara del más alto.