Capítulo 41

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—¿A dónde vas tan aprisa dulzura?— escuche su voz.

Di la vuelta y otra cosa vez me encontré ahí atrapada entre sus brazos, debí tomar el ascensor para evitar esto.

—Miren tan dulce bocado tengo aquí, delicioso— paso su lengua por sus labios.

Dios era tan sexy, ese hombre sabía como hacerme flaquear.

—Johnny... perdón, John basta ya, tal vez estoy un poco ebria pero no lo suficiente para olvidarme de todo.
—Tranquila pequeña y dulce mujercita, no tengo idea de quien pueda ser ese tal Johnny que tanto aclamas, yo soy el Sr. Lobo y te estoy invitado—hizo un muy breve pausa y se acercó más a mi, a tan solo pocos centímetros de su boca— A que juntos vayamos a explorar.
—Así que Sr. Lobo, bueno en todo caso mi madre dijo que nunca me desviara de mi camino.
—Solo será un momento querida.
—P-pero...

Y en ese momento sucedió lo inevitable, el poco espacio que separaba nuestros labios desapareció, nuestras bocas se entrelazaron, primero como un pequeño y ansiado dulce roce de labios de dos personas que se habían cansado de fingir que nunca se amaron, cuando ahora se necesitaban más que nunca.

El beso fue subiendo poco a poco de tono hasta convertirse en una desenfrenada danza entre nuestras lenguas.

—N- no, no basta— me detuve, pero aún estábamos a unos centímetros.
—Te necesito, pequeña quiero que seas mía otra vez— se acercó a mi cuello—Solo mía.
—No.. Sr. Lobo.. Por favor— suplique al sentir su dulce aliento en mi cuello, simplemente no me hacia las cosas fáciles.
—Hueles exquisito— deslizó su lengua desde mi clavícula hasta mi mejilla, haciendo que mi piel se erizara— Y sabes mejor.

Luego cometí el peor error de todos, lo mire a los ojos, a sus profundos ojos cafés que sentía me a clamaban en desesperación.

No me resistí más y le robe un pequeño beso y me aleje.

—No hay manera posible de describir lo que se siente cuando le hablas a tu cena— sonrió pícaramente.

Ambos sonreímos en complicidad y sin esperar un segundo más, comenzamos a devorarnos, tan ansiada y desesperadamente, mientras hacía pequeñas caricias en su barbilla.

Mis rodillas perdían la fuerza a cada caricia, yo ya tenía a Johnny envuelto entre mis brazos...

Luego escuchamos a alguien subir por las escaleras, Johnny me tomo de la mano y ambos corrimos hacia el ascensor.

Una vez adentro presiono el botón para ascender pisos arriba y enseguida se cerró la puerta, me devolvió la mirada y tomo rápidamente de mis brazos subiéndolos, sujetándome, quizás por si intentaba escapar pero eso ya no pasaría.

Y siguió con sus besos sus dulces y pasionales besos a medida que subíamos pisos arriba él iba bajando sus manos por mis caderas cada vez más hasta llegar a mis muslos, donde con cálidas y ágiles manos comenzó a acariciar el interior de ellos, subiendo y bajando tentándome a pedir algo más.

En cambio separó mis piernas y se envolvió con ellas cargándome, me saco del ascensor.

—¿A dónde me llevas?— dije haciendo evidente mí alterada respiración.
—A nuestra habitación primor— sonrió y siguió el beso.

Abrío la puerta y yo hale de la corbata de Johnny haciéndolo entrar y apenas cerramos la puerta, lo arrojela cama y me puse sobre el, acomodándome sobre su pelvis, soltando un pequeño gemido al sentir su gran y ya erecto miembro, pidiendo salir de...

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Abrío la puerta y yo hale de la corbata de Johnny haciéndolo entrar y apenas cerramos la puerta, lo arroje
la cama y me puse sobre el, acomodándome sobre su pelvis, soltando un pequeño gemido al sentir su gran y ya erecto miembro, pidiendo salir de su pantalón.

Comencé desabotonando su camisa, deshaciendo el nudo de su corbata como podía, apenas logre ver sus pectorales y parte de su definido abdomen, empecé a pasar lentamente mis dedos acariciando cada parte de el, dando pequeños besos y mordiscos hasta llegar a su cuello y parte de su oreja donde le escuchaba soltar profundos y pequeños gemidos, cada vez que mis caderas se movían sobre el.

Al menor tiempo el cambio los papeles, se puso sobre mi, comenzando a besar la zona más cercana a mi pecho y mientras su boca descendía, iba bajando parte de mi vestido, donde apenas logró ver mis senos, envueltos en un hermoso sosten, color negro con un bello encaje, enseguida sentí su lengua pasar por entre mis senos, haciéndome estremecer.

Quito mi sostén y comenzó a lamer y chupar mis senos, jugando con mis pezones hasta hacerlos endurecer.
Lo sentí entrelazar nuestras manos, sujetándome para tener un mayor y mejor acceso a mí, para lamiera mejor las partes que el quisiera a su gusto, pero en ese instante sentí algo entre su dedo índice, un anillo de boda.

Logre que me mirase de nuevo y domine, poniéndome sobre él.

—Me había olvidado de esto— dije en un tono de voz bajo.

Puedo estar segura de que en aquel momento se temería que le reprocharía algo sobre ello.

—___, yo...
—Shh— lleve mi dedo a sus labios y comencé a acariciarlos con la yema de mi dedo—Ahora no lo vas a necesitar...— sonreí pícara.

Quizás era el alcohol o el libido insoportable que ese hombre despertaba en mí, aun trato de entender; pero tome su mano, alzando un poco el dedo en el que tenía el anillo, y comencé a chupar, como si estuviera practicándole un oral, viendo la cara de placer que obtenía de, el como respuesta de mi acción, me divertía un poco el hecho de saber que lo tenía en mi domino y no el a mi, como siempre solía ser.

Seguí con eso hasta obtener el anillo en mi boca, lo puse entre mis dientes, saque y arroje lejos, perdiéndose en el interior de la habitación.

—Joder, te amo— gruño Johnny.

Al siguiente par de minutos toda la ropa término por desaparecer y encontrarse ahora esparcida en toda la habitación.

Había llegado el ansiado momento en el que ambos hemos estado deseando y anhelando desde hace meses, y era el momento en el que dos almas, que se amaban loca y pasionalmente se fundían en una sola.

Dios, es que el hacerlo con Johnny por más que tratase de verlo de la forma más perversa posible el hacerlo con él, con mi único y verdadero amor hacia que dejase de ser solo sexo, con el de verdad hacia el amor.

Al introducirse en mi interior comenzó con embestidas, pero pude sentirlo diferente, el me completaba en todo sentido, me besaba y acariciaba, de una forma dulce.

Sintiendo el deseo que él tenía sobre mí de que nunca me separarme de su lado.
Inconsciente en ese momento en que el mundo seguía allá afuera, porque para mí, mi vida en aquel momento estaba con el, solo era el.

Podía escuchar nuestros gemidos ensordecer el interior de la habitación, aclamado su nombre, pidiendo más, dejando marcas y rasguños, dos locos simplemente dándose amor, pronto llegaba el momento del clímax, donde ambos alcanzábamos la cumbre del cielo, desatando el mar de sensaciones y emociones que había dentro de nosotros.

—Te amo, de verdad eres el amor de mi vida— me dijo al oído Johnny, tratando de recuperar el aire.

Quien lo diría ni en mi más loca fantasía me iba a ver escuchando a mi amor desde niña decirme que era el amor se su vida.

—Y tu el mio Johnny— bese su frente.

Me ayudó a recostarme de la forma más gentil, y ambos nos cubrimos con una manta.

° Johnny °

Esta bella mujer me completaba en todos sentidos, antes juraba haberme enamorado de muchas mujeres, pero nunca ninguna de ellas me había hecho hacerla desear tanto, incluso sufrir por ella, ____ llenaba mi alma, tenía tanto miedo de ya nunca verla, la amaba.

Sin quererlo, di la mirada hacia el suelo y vi botada cerca de la bolsa de ____ la pequeña caja color carmín que se suponía era mi regalo de cumpleaños para ella.

Me dispuse a tomarla y vi que aún tenía el anillo, no podía creer que no se hubiera desecho de el y mejor aún que lo llevaba con ella, aunque sé que seguramente no tenía idea de lo que significaba para mí.

Volví a la cama y la vi descansar con sus bellos ojos cerrados, me acurruque a su lado, abrazándola. 

𝙇𝙖 𝙚𝙙𝙖𝙙 𝙣𝙤 𝙞𝙢𝙥𝙤𝙧𝙩𝙖 》𝘑𝘰𝘩𝘯𝘯𝘺 𝘋𝘦𝘱𝘱 Where stories live. Discover now