Capítulo 32: Día gris, parte I

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Al llegar a la escuela quise hablar con mis amigas, pero ellas solo hablaban del baile y de las decoraciones que colocarían, en el almuerzo me crucé con Fiorela, pero cuando le quise contar y posiblemente desahogarme, Victor nos interrumpió y se la llevó para posiblemente besarse y meterse mano. Quise hablar con Brian, pero apenas me saludó dándome un beso en los labios y diciendo que tenía que ir a entrenar mientras corría hacia el patio.

Estaba sola.

Fui hacia el baño y lavé mi rostro con agua, tenía que volver a depilarme las cejas, pero Rosi prometió que todas nos arreglaríamos en su casa antes del baile, así que tenia que esperar un poco más. De repente escuché unos gemidos lamentosos, fruncí el ceño y me acerqué hasta el ultimo cubículo al fondo del baño y empuje un poco la puerta, ahí estaba Trami, sus ojos hinchados, su cabello adherido a su cara.

Tuve la sensatez de echarme hacia atrás cuando ella fijó su mirada en mí y se levantó con brusquedad.

— ¡Eres una maldita perra! —Gritó— ¡Tú destruiste mi vida!

¡Ay, por favor!

Estaba muy segura que ella fue la que comenzó a destruir la mía.

—Relájate —dije dándome media vuelta y dirigiéndome hacia la salida, sin embargo escuché sus pasos resonar contra el suelo y soltó un gruñido cuando comenzó a jalar mi cabello.

Me lancé de espaldas al suelo de modo que caí sobre ella, le di tres puños en la cara con fuerza mientras ella seguía intentando agarrar mi cabello, pero soltó su agarre cuando su mirada pareció desenfocarse por los golpes que le arremetí.

Me alejé de ella con la respiración agitada, Trami se volteó a un lado y escupió sangre en el suelo tocando su boca y quedándose sorprendida cuando observó uno de sus dientes salir.

— ¿Cuándo aprenderás a que no puedes volver a meterte conmigo? —Dije— Dime algo, ¿Que se siente cuando te arrancan el corazón y te lo escupen en tu cara?

Todo mi cuerpo temblaba de emoción.

—Tú me escupiste el corazón —refutó.

—Porque tú me lo arrancaste sin ni siquiera un motivo —repliqué.

Salí del baño y la dejé ahí en el piso, sin embargo cuando veíamos la clase de la tarde me mandaron a llamar a dirección.

El director volvió a darnos una larga charla, Trami intentó echarme la culpa de todo pero por suerte el director sabía quien era ella, así que tomando en cuenta que estábamos en los exámenes finales, y que estabamos prontos a graduarnos, nos dio otra advertencia y que se lo notificaría a nuestro representante.

Curiosamente me sentía agradecida con Trami porque con ella, pude liberar parte de mi ira contenida y ahora me sentía un poco mejor. Sin embargo cuando me dirigía nuevamente al aula recibí una llamada de mi mamá, y tuve que detenerme.

Genial, ya veía el castigo acercarse.

Contesté y coloqué el teléfono en mi oreja sin atreverme a hablar.

— ¿Que significa esa llamada, Claus?

—No lo sé, ¿Cual llamada? —ironicé.

—No te pases de lista —replicó—, ¿que es lo que pasa por tu cabeza hueca? ¡No te imaginas el castigo que te espera en casa!

Otra vez quería castigarme, podía sentir nuevamente el enfadado surgir.

—Ah, ¿pero es que estarás en casa? —dije con sarcasmo—, creí que estarías con Roger organizando tu boda como todos los días.

Mi mamá guardó silencio por un largo momento hasta que finalmente dijo:

—No eres el centro del universo Claus, debes dejar de darme problemas.

Por Dios, yo sabía que no era el centro del universo de nadie.

—Supongo que te arrepientes de no haberme abortado cuando pudiste —dije en tono irónico.

—No puedo arrepentirme de mis decisiones ¡y deja de ser tan dramática! —Dijo—, ¿Es mucho pedir que dejes de intentar molestarme y te comportes como una niña normal? Voy a casarme y lo único que hago es estar pendiente de ti.

Mordí mi labio inferior y golpee la pared con mi puño llena de ira.

—Vas a casarte por segunda vez, con otro hombre —dije entre dientes—, perdón por estropear tu perfecta ilusión.

—Ya cállate —soltó un suspiro—, te vuelves insoportable muchas veces.

—Te odio —expresé—, y espero que Roger te de otra hija que pueda actuar como tu quieres y no te de proble...

Antes de que terminara de decir '"problemas" mi mamá me colgó el teléfono.

Bien, genial, nuestra relación iba de mal en peor.

Me quedé con las muchachas ayudándolas a comenzar a decorar el gimnasio de la institución, hasta que se hicieron las siete de la noche, no quería llegar a mi casa, pero no tenía otra opción.

Cuando Carla me llevó a mi casa, caminé lentamente, deseaba que mi mamá no estuviera, que todavía no hubiera llegado, ¿tan difícil era que me abrazara sin tener que llegar a discutir? Observé a Calvin salir de su casa, iba vestido con un sueter negro y unos lindos zapatos lustrosos, cuando nuestras miradas se cruzaron, él pareció ligeramente incómodo y alzó una mano para saludarme, sin embargo yo aparté la mirada y entré a mi casa, no volvería a caer en el mismo error.

Estúpido Calvin.

Para mi suerte mi mamá no había llegado, así que me tomé mi tiempo dándome una larga ducha fría, cuando me acosté, esperé que en algún momento llegara mi mamá gritando por la puerta, pero el sueño me ganó y me quedé dormida.

Mi teléfono comenzó a sonar, entre abrí los ojos y lo tomé para ver la pantalla, por Dios, eran las 3 de la madrugada y me estaba llamando mi mamá, ¿acaso estaba loca? ¿Sonámbula? ¿Borracha en algún bar?

Me levanté y fui a su habitación mientras contestaba el teléfono.

— ¿Qué pasa mamá?

Abrí la puerta y me quedé congelada al ver que no había nadie en su cama. Al parecer no estaba en casa.

— ¿Claus Harrison? —esa no era la voz de mi mamá, bajé las escaleras rápidamente hacia su oficina.

— ¿Quién eres y por qué tienes el teléfono de mi mamá? —acusé y abrí la puerta de su oficina, no estaba, y todo estaba apagado.

—Soy Grenmar Hambolt llamo del hospital San Rodriguez —dijo y sentí como se me paraba el corazón—, necesito saber si se encuentra acompañada en este momento, ¿se encuentra sola en casa?

¿Para qué quería saber eso? ¿Si se trataba de un secuestro? ¿Si querían entrar a la casa?

—Si, estoy con tres hombres que practican lucha libre profesional —dije un poco predispuesta.

—Necesito que se siente...

— ¿Qué le pasó a mi mamá? —me aguanté del marco de la puerta. Tenía un terrible presentimiento, ¿que hacia con su teléfono?

—Tuvo un accidente con su esposo hace unas horas.

¿Qué?

Me entró una ridícula risa floja y negué con la cabeza.

—Ella no tiene esposo —susurré, pero ella me ignoró diciendo:

—Él está en terapia intensiva, pero ella falleció.

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Instagram de Calvin: Calvin_craft_

Él fue mi crush primero(#1) [Completo]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora