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Tenía miedo, no sabía si estaba listo o no para lo que se venía. Apreté con fuerzas el papel en mis manos y respire profundo.
Mire a mamá que sólo sonreía agradecida, mis compañeros parecían alegres de poder por fin graduarse de la preparatoria. Yo por otro lado pensaba en la universidad y en el exámen de admisión, claro que estudie pase meses repasando todo. Pero ahora no estaba muy seguro de si lo hice bien o no.

Mis nervios aumentaron cuando anunciaron mi nombre como el mejor estudiante de la generación, todos los ojos se fueron hacia mi cuando me levanté del asiento para ir a recibir mi diploma, los gritos de mamá se hicieron notar de entre la multitud. Le estoy muy agradecido a esa mujer.

Los minutos pasaron, cuando finalmente dio por terminada la graduación con aplausos y una que otra lágrima. Sólo bufé, no es que no me agradará este tipo de eventos es sólo que, esta bien no me gusta.

Me dirigí hacia mamá que inmediatamente me sofoco con un abrazo, comenzaba una nueva etapa en mi vida. Quedaba sólo una semana para estar con mi mamá, después tendría que irme a Seúl a estudiar lo que realmente amo, entiendo el porqué de sus lágrimas en mi hombro.

— mamá no llores ya hablamos de esto — me separe del abrazo para poder limpiar sus lágrimas, ello sonrió y sus ojos desaparecieron. Mamá aveces era tan tierna, pero sólo aveces ya que es un fiera cuando me regaña o no hago lo que ella quiere.

— lo sé, vámonos — asentí, tome mis cosas y salimos para poder tomar el autobús. Mire a todos mis compañeros subirse a sus autos lujosos para poder irse a la fiesta de graduación, algo que se hace todos los años y a los que nunca fui, incluso ahora prefiero estar en mi humilde cama comiendo fideos con mi madre. Y no reprochó nada, jamas e tenido envidia de esas personas que lo tienen todo, físicamente. Yo amo todo lo que mi mamá hace con esfuerzos desde que mi padre murió, saco adelante a su hijo.

Mi casa no es lujosa, no tenemos auto, apenas y tenemos para comer. Pero gracias a esta señora estoy donde estoy, con una beca para poder irme a Seúl a estudiar mi sueño.

Pero no solo es mi sueño si no también el de mi madre, ambos luchamos cada día por salir adelante. No podré tener cosas lujosas, pero tengo el amor de mi madre que es lo más importante.

— Yoongi ya vamos a bajar pon atención — asentí, por suerte el autobús no estaba lleno y pudimos sentarnos. Nos bajamos justo enfrente de mi casa, a mamá todavía no se le quitaba la sonrisa de la cara. Estaba muy feliz.

— es increíble que te hayas graduado.

— ¿acaso dudaba de mi? — mamá río y negó, entramos a la casa y ella hizo una comida especial. Esto era lo mejor del día, estar con ella compartiendo anécdotas.

El día pasó normal y tranquilo.

Pasaron tres días de puro aburrimiento, mamá se la pasaba trabajando y yo me quedaba en casa esperando los resultados de los exámenes, algo que me estresa de manera inquietante.

Como era de costumbre revisaba mi correo cada tarde, tardes de aburrimiento.

— ¡Yoongi ya llegué! — suspiré, hundí mi cabeza en mis brazos, ¿cuando llegará el correo con los resultados?

— ya voy mamá — sentí mis cabellos ser tocados con sumo cuidado, levanté mi mirada para ver a mi mamá sonriendo.

— tranquilo, no hay por qué desesperarse.

— mamá los resultados tendrían que haber llegado ya — ¿y si no pase?, Eso sería la perdición para mi. El arte es lo único que motiva. Desde pequeño veía en la tele cualquier tipo de pintura, simplemente me fascinaba o los artistas tocando los instrumentos, era como ver las hermosas estrellas.

THE TOXICWhere stories live. Discover now