Diez.

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A finales de Noviembre, el invierno ya había casi ingresado, a pesar de que faltaba un poco más de un mes aun para que comenzara. El frio era más frio y debías llevar una capa más de ropa para soportar el viento que a veces había. Llovía de vez en cuando, y se esperaba que para el invierno la lluvia y la nieve estuviesen bastante presentes.

Con Zayn, las cosas iban igual. Pintábamos el mural y nos veíamos en clases, conversábamos un poco también, pero más allá de aquello, no iba. Aun así, a veces lo atrapaba mirándome como otras veces era lo contrario. A veces me atrapaba a mí misma pensado en cómo era posible que en algún momento logre detestarlo. Él realmente no era para ser detestado o temido, el solo debería recibir cariño, amistad y amor. Tal vez lo recibía de su familia, pero en la universidad también debería ocurrir. A veces el rondaba solo, como otras lo veía solo con Harry, ambos charlando como si fuese como obligatorio, aunque quizás mi percepción de aquello era distinta, puesto que a veces Harry nos acompañaba cuando pintábamos y lograba sacarnos a Zayn y a mi más de una carcajada.

El mural solo necesitaba unos toques más, pero no habíamos conseguido hacerlos porque había estado lloviendo a cantaros y no había cesado hasta el día domingo anterior al miércoles, día en que la profesora Cárter iría a verlo y a calificarnos. Ese mismo lunes, las cosas comenzaron a tornarse un poco extrañas, sin embargo.

Durante los meses en los que trabaje junto a Zayn, cada vez que él me veía en el pasillo o algo por el estilo, me sonreía e incluso me saludaba con un —Hola, Laila—suave y sin apenas abrir la boca, como un susurro. Yo siempre lo saludaba, porque siempre saludaba a todos, pero muy a menudo llegaba a sentirme ansiosa cuando lo hacia hacia él. Sin embargo, durante los días anteriores a aquel domingo, Zayn cada vez que me veía no me saludaba o me miraba de una manera tan extraña, que me hacía pensar en aquel Zayn que arrojo su comida sobre mí y no en aquel Zayn agradable y dulce con el que pasaba las tardes de mi fin de semana para pintar y charlar.

Otra cosa extraña, era que Louis ya no pasaba tanto tiempo junto con el grupo. Llegue a sospechar de que algo ocurría entre él y Julie, pero luego me di cuenta de que Julie siempre estaba cuando Louis no, por lo que supe que mi amigo estaba en otra cosa, quizás hasta más turbia. No obstante, él siempre estaba alegre cuando estaba con nosotros.

El día lunes Zayn y yo nos reunimos para terminar los detalles más grandes, pero él ni siquiera se mostró deseoso de charlar como las veces anteriores. Me sentí triste y tal vez hasta desolada. Era más que obvio que Zayn había descubierto que yo lo quería y estaba intentado alejarme de él de la manera más sutil que se le ocurría: mirarme con el ceño fruncido y no hablarme. Mis intentos de charla habían sido en vano. Cada vez que le preguntaba algo, el simplemente movía la cabeza o no contestaba. Era realmente doloroso. E irritable.

Sin embargo, el martes por la tarde, cuando nos reuníamos para agregarle una capa de pintura transparente para hacer el mural duradero, Zayn se mostró mucho más amigable. No estaba sonriente, como antes, pero cuando yo le preguntaba algo o intentaba crear una conversación más o menos fluyente, él me seguía hasta cierto punto.

Como había llovido un montón hacia tan solo un par de días, el sol resplandecía, a pesar de que ya no calentaba ni un poco el ambiente, en ningún ámbito. Yo llevaba una chaqueta larga con mangas de cuero y unos jeans oscuros, solo para que él sol me llegara un poco más, porque diablos, estaba muriendo de frio.

Mientras deslizaba el spray por el mural, tarareaba una canción que ahora no recuerdo, pero que en ese momento estaba de moda y que a veces despertaba con ella sonando en mi cabeza. Zayn, por otro lado, solo hacia su trabajo, como si estuviese obligado a hacerlo. Cuando finalmente todo estuvo cubierto, baje ambos brazos hasta mis costados, dejando salir un suspiro de éxtasis y satisfacción con nuestro trabajo. El mural era jodidamente hermoso. Me acerque al lugar donde estaban las cosas para limpiar los rodillos y brochas y lo deje caer la lata de spray allí, al mismo instante en que Zayn hacia lo mismo con la suya. Me sorprendí al no haberme percatado de su movimiento silencio, pero luego recordé que él a veces hacia eso cuando yo llegaba antes y empezaba a hacer mi parte del mural -quiero decir, el acercarse silencioso y asustarme.

Al levantar la mirada, me encontré con los hermosos ojos de Zayn mirándome fijamente, y eso me provoco un fuerte escalofrió me recorriera la espina entera. Sus labios ya no estaban presionados en una línea como el día anterior o unos minutos antes, pero aun así, había algo de reproche dibujado en ellos.

—Oye, mira, no sé qué diablos te pase conmigo, pero te juro que yo no lo hice—le dije, frunciendo el ceño.

Para mi sorpresa, Zayn dejo salir una suave risa y luego sonrió, sin abrir la boca. —El problema soy yo, Laila—contesto él.

Volví a concentrarme en sus ojos -sus labios otra vez estaban haciendo pornografía- y me percaté de que había cierto calor en ellos que no había visto antes. Otro escalofrió me recorrió la espina, pero este fue el doble de fuerte. —Obviamente eres tú, porque yo me he portado bien. Santa me traerá muchos regalos esta navidad.

Zayn sonrió un poco más grande, —Claro que lo hará—dijo, levantando su mano para quitarse el guante de látex. Él había estado manipulando el Spray con guantes. Cuando finalmente el guante dejo de cubrir su mano, la acerco a mi rostro con una lentitud bastante torturante, y yo la espere con expectación. No sabía qué diablos estaba pasando. Su mano se sintió cálida y suave contra mi mejilla fría por el ambiente. —Eres tan bonita...—susurró.

Me di cuenta de que estábamos más cerca de lo que yo recordaba y sentí que el pulso se me aceleraba al percatarme de aquello. Bueno, y por lo que dijo, también. —Bonitas son las mariposas—le replique, intentado evadir el tema, aunque internamente estaba derritiéndome.

—Entonces ere una bonita mariposa...—volvió a susurrar. Su otra mano se posó contra mi mejilla, obligándome a mirarlo a los ojos fijamente, como él lo hacía. Y entonces, sus labios, oh, pornográficos labios, estaban sobre los míos. No fue un beso lleno de acción, como esos que salen en las películas. No como esos que las parejas se violan las gargantas con la lengua, sino que era solo un choque de labios, y quizás un movimiento también, pero fue dulcemente arrollador. Era una caricia tan delicada, que hasta sentí esas estúpidas mariposas locas en el estómago. Y me pareció también que hacia un poco más de calor.

Sin embargo, todo lo bueno acaba, y cuando Zayn se separó de mí, quise gritarle para que volviera a besarme, algo así como 'oh, mierda, hazlo de nuevo' y luego repetiría la palabra mierda al menos unas cinco veces. Ese beso era mucho mejor que todos lo que había dado antes. Pero él no solo se alejó de mis labios, sino que también de mí, quitando sus cálidas manos de mis mejillas y despojándome del calor de su cuerpo, alejándose de mí, haciéndome sentir muerta de frio. Quise soltar una risita de felicidad cuando su mano derecha volvió a mi mejilla, y cerré los ojos esbozando una mínima sonrisa, disfrutando de su caricia.

—Te quiero, Laila—dijo, en tres tonos más bajos. Luego dejo un corto beso en mis labios y cuando volví a abrir los ojos, Zayn ya no estaba.

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Y Zas! Zayn desapareció :o 

yep, zayn le dijo BAI

por el momento.


Black watercolour; z.m auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora