; ruiditos - kooktae ♡

ú n i c o

Taehyung se encontraba en su cama, despierto. Ya pasaban la una de la mañana y seguía sin sueño.

La razón era por que desde afuera de la casa, se escuchaban ruidos extraños que realmente lo asustaban y no lo dejaban dormir.

Jungkook y Taehyung tenían habitaciones separadas, así que no dormían juntos.

El mayor tuvo la idea de ir hasta donde está su menor y dormir con él, pero esos ruidos apenas lo dejaban respirar y le daba muchísimo miedo ir por su cuenta hacia su cuarto. Decidió quedarse en su cama, tratando de dormir.

Pero no resultó.

Los sonidos extraños seguían presentes y eso le hacía sentir muy inseguro. Tenía tanto miedo que alguien se metiera a su casa y le haga algo a él o a su Jungkook.

Y terminó por llorar. Trató llorar lo más silenciosamente, pero no lo logró, haciendo escapar un fuerte sollozo. Se asustó más de lo que ya estaba (si es que eso era posible) y se acurrucó entre sus sábanas.

Unos segundos después, se escuchó la puerta abrir, y Taehyung solo se quedó inmóvil. Solo pudo llorar, pidiendo que no le hagan nada a él y su preciado Jungkook.

— ¿Taehyung? — en vez de escuchar una voz grave y tenebrosa, en cambio escuchó la dulce voz de su novio. Algo que lo alivió por completo y sonrió. — Mi amor, ¿qué pasa? — caminó con pasos apresurados hacia el pelirrojo quien seguía hecho bolita en su cama. — Te escuché llorar desde mi habitación, ¿por qué no viniste? — sin embargo, no escuchó respuesta alguna a sus anteriores preguntas. — ¿Estás bien? — dijo sacudiendo levemente aquel bulto en la cama de su príncipe.

— S-Sí. — temblaba de miedo, claro que no estaba bien.

— Cariño, estás temblando. ¿Estás enfermo? — puso su mano sobre su mejilla y después a su frente, tratando de encontrar una temperatura fuera de lo normal, pero no sucedió.

— N-No... — sorbió su nariz.

— Bebé, dime qué pasa. Me estás preocupando demasiado. — pasó su brazo por encima de la cintura de su angelito y una mano por detrás de su espalda, acariciándola.

— T-Tengo miedo, K-Kookie...

— ¿De qué, amor? — miró con dulzura a Taehyung, tratando de calmarlo un poco de aquella situación.

— A-Afuera... s-se escuchan ruiditos e-extraños... — jugó con sus deditos mirando sus pies.

— ¿Qué? — se calló un poco para escuchar con claridad a lo que se refería. Escuchó alguno que otro ruido proveniente de al lado. — Ah, no es nada malo, cariño. Es solo la música de los vecinos. Están poniendo música muy fuerte, ¿quieres que Kookie los regañe? — movió la mano donde estaba su espalda hacia su mejilla, acariciándola con delicadeza. — Si tienes miedo puedes dormir conmigo.

— S-Sí, por favor, Kookie...

— Está bien, agárrate de mi para que no te caigas. — agarró a Taehyung como un bebé y éste enredó sus piernas en su cadera y sus brazos en cuello.

No caminaron tanto, ya que la habitación de Jungkook estaba casi al frente de la habitación de su pequeño.

Lo recostó en la cama boca abajo lentamente. Jungkook se tiró al lado de él, acercándolo a sí, poniendo la cabecita de Taehyung en su pecho, enredando su pierna encima de la de él y posando sus manos en partes aleatorias para acariciarlas.

— Buenas noches bebé. Descansa bien. — repartió besos por todo su cuerpecito y la masajeó. — Si necesitas algo solo despiértame.

— E-Está bien, gracias Kookie... te quiero mucho. — susurró adormilado.

— Yo también te quiero hermoso. — dejó un beso en su frente y encima de su cabeza.

Taehyung finalmente pudo dormir en paz. Dormir con Jungkook le brindaba demasiada confianza y seguridad. Sentía que si estaba en sus brazos, nadie podría hacerle daño. Se sentía protegido a su lado. Jungkook era como su burbuja que era imposible de reventar, y Jungkook estaba contento de serlo. Conforme iban pasando su relación, esa burbuja se agrandaba más y más, simbolizando todo el amor que tenían.