03

3.4K 254 121
                                    

Siento como algo blando y húmedo choca contra mi espalda, causando que despierte poco a poco para percatarme de que se trataba de los labios de Erwin, que dejaban un camino de besos en mi espalda hasta llegar a mi hombro.

— hora de levantarse— dice Erwin, con un tono de voz tan ronco que me hizo recordar sus jadeos de la noche anterior. Todo comenzó con un abrazo, estaba sentada en su regazo con las piernas a cada lado de las suyas, mi rostro estaba escondido en su cuello en un perfecto abrazo. Nos separamos para mirarnos fijamente. Un simple beso que subió de tono poco a poco fue el detonante, es como si ambos supiéramos que era el momento. Sus grandes manos recorrían mi espalda y en un momento bajó ambas manos hasta detenerse en mis lumbares mientras separó nuestros labios.

— ¿Pasa algo? — pregunté preocupada, algo que quizá se expresó erróneamente   por la excitación que se escuchaba de mi voz.

él, desvió su vista — bueno... — pude visualizar sus mejillas algo sonrojadas, sus labios se apretaron — ¿Puedo...? — decía mientras bajó sólo un centímetro más sus manos, entendí lo que me quiso preguntar, estaba pidiendo permiso para tocar mis gluteos.

— Erwin — dije llevando mi manos hasta sus mejillas, obligándole a mirarme — puedes hacerme lo que quieras... sólo, si yo también tengo el mismo derecho sobre ti — estaba siendo algo tímido y eso me había fascinado, me hacía sentir dominante y me recordó cuando me confesó la noche en que nos besamos lo nervioso que estaba, a pesar de ya tener una idea de lo que yo sentía por él.
Los labios de Erwin estaban entre abiertos, estos se cruvaron en una hermosa sonrisa para volver a besarme de una manera apasionada, una clara demostración de que había aceptado mi condición. Apretó mis glúteos con firmeza al mismo tiempo que comenzó a besar mi cuello, mi respiración comenzaba a escucharse cada vez más cuando sentí su tibia lengua lamer mi cuello y su miembro erecto sobre la telas de nuestras ropas, se sentía tan bien. Comenzó a descubrir mi clavícula al estirar levemente mi camisa para besarla, hasta que con la ayuda de su otra mano estiró la prenda en dirección contraria haciendo que todos los botones se desprendieran. Lo empuje suavemente para que se acostara.

Sentía que debíamos estar parejos por lo que desprendí su camisa de la misma manera en la que él lo hizo con la mía, una vista más que espléndida con aquel torso tan trabajado y ese rostro perfecto

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Sentía que debíamos estar parejos por lo que desprendí su camisa de la misma manera en la que él lo hizo con la mía, una vista más que espléndida con aquel torso tan trabajado y ese rostro perfecto.
Me quité los pantalones y bajé los de Erwin hasta sus rodillas para volver a quedar sobre la pelvis de mi comandante, comencé a mover mis caderas lentamente, usando sus abdominales como soporte, sus manos volvieran a mis glúteos para acompañar mis movimientos. El roce de nuestras intimidades lograba hacer que mordiera mis labios, a veces para tratar de ahogar gemidos.

Las posiciones se había invertido.

Esa mirada, no tenía ni una pizca de timidez o vergüenza

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Esa mirada, no tenía ni una pizca de timidez o vergüenza. Levantó mi sujetador para besar mis pechos mientras los masajeaba y apretaba, unos placenteros cosquilleos recorrían mi cuerpo, posteriormente subió para besar mis labios, bajé mi mano para acariciar su entre pierna.
Llevé una de sus manos hasta mi boca, donde lamí sus dedos al mismo tiempo que lo veía fijamente, su ojos se mostraban deseosos haciendo que una vez más cambiaramos de posición. Besé a mi comandante para terminar mordiendo su labio inferior, bajé hasta su cuello para lamerlo y morderlo sin lastimarlo. Sus jadeos me motivaron a seguir bajando hasta llegar a su ropa interior y antes de bajarla, lo miré al rostro mientras relamía mis labios.
Su miembro viril se veía tan apetecible y no tardé en introducirlo en mi boca, succionando para posteriormente hacer que mi lengua suba y baje desde la base hasta la punta, variando mi velocidad. Escucho como los gemidos se le escapan y como me advierte apenas, que no va tardar en venirse cuando lo masturbo aún con su miembro en mi boca, pero no me importa, quiero probarlo.

Él, está sobre mí... mirándome dulcemente con esos ojos tan preciosos, desciende hasta mi frente para dejar un delicado beso allí  — ¿Estás lista? — dice, a lo que asiení.
Siento como su miembro comienza a penetrarme y con el, un dolor que me hace mostrar un mueca que desaparece rápido, comienza con lentos movimientos que lograr robarme gemidos. Aprieto la sábana. Siento como aumenta la velocidad de sus embestidas e intento  cubrir mi boca con ambas manos — no — dice entre gemidos, sosteniendo mis muñecas para subirlas sobre mi cabeza — quiero escucharte.

Aún con los ojos cerrados sonrió al recordar mi primera vez, nuestra primera vez.

Somos novatos en esto. 

Me doy la vuelta para acurrucarme en su marcado pecho, sus fuertes brazos me envuelven acercándome más a su cuerpo, no me hace fácil el tener que levantarme si eso significa desarmar esta hermosa posición.

— vamos, señorita. El hecho de que seas la bella novia del comandante, no te da inmunidad a los entrenamientos — dice y suelto un gemido de fastidio como respuesta.

— shh — dije mientras llevaba una mano a la boca de Erwin para cubrirla de manera torpe, pero sin golpearlo. Siento como quita mi mano de sus labios para plantar un pequeño beso en ella, sonrio por su adorable acción. Me elevo lo suficiente hasta llegar a sus labios dando un efímero beso. — buenos días.

— no entiendo como antes lograbas despertarte  — dijo sonriendo. Sus cabellos rubios y despeinados, sus hermosos ojos, con esa ronca voz, ese cuerpo escultural, más su linda personalidad conmigo, logran robarme un suspiro.

Es tan perfecto.

— fácil — respondí —    porque quería verte la mayor cantidad de tiempo posible.

Ahora que dormimos en la misma cama, el frío no parece existir en el calor de nuestros abrazos, jamás había dormido tan a gusto.

Protegerte (Erwin Smith X Lectora)[TERMINADO]Where stories live. Discover now