43. Rosalie, la bella

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—¿Acaso no soy el hombre más afortunado del mundo? Mirad la belleza con la que me voy a casar –rio Royce, tomando fuertemente el brazo de Rosalie para impedir que ella se alejara.

—No lo sé, esta muy tapada. Así no se puede ver nada –señaló uno de sus amigos.

Rosalie gritó, trató de empujar a su novio para escapar, pero él era más fuerte que ella. Con fuerza, le quitaron su sombrero, el cual estaba fuertemente sujeto a su cabello por muchas pinzas, causándole un grito de dolor. Arrancaron su ropa, separaron sus piernas y comenzaron a violarla brutalmente, golpeandola cuando ella trataba de apartarse de ellos. Una vez que terminaron con ella, la abandonaron en medio de la calle fría y cubierta de nieve, creyendo que estaba muerta.





Emmett había dejado de ser un neófito, sus ojos ya son dorados y por fin consiguió algo de autocontrol, lo cual fue un gran alivio para que los Cullen puedan asentarse en un lugar durante algunos años. Después de discutirlo, por mayoría de votos, escogieron Rochester como el nuevo destino.

Carlisle consiguió un puesto en el hospital, Alec abrió un consultorio para tener pacientes, algo que solo trajo pérdidas ya que nadie quiso ir. La clase alta no confiaba en la psicología y la clase baja debía trabajar, por lo que no tenía tiempo para dudas y crisis mentales. Esme se hizo cargo de la casa, como una buena esposa y madre, Renesmee continuó dedicandose a sus bordados, Jane siguió encargándose de las finanzas. Emmett trató de aprender algo, pero no tenía paciencia para estudiar, por lo que los Cullen decidieron no presionarlo por el momento.

Después del incidente con Emmett, Jane se había vuelto muy introspectiva. Por momentos, Jane era incapaz de levantarse de la cama, cazar o cambiarse de ropa. Su apatía e indiferencia era total. Ella intentaba mantener una rutina normal, no deseaba que nadie le prestara atención, pero había veces en que la depresión era más fuerte que ella. Lentamente, dejo de encontrarle sentido a su existencia, consideró la opción de dejar de alimentarse para tratar de morir, pero descartó esa idea ya que llamaría mucho la atención de su familia.

Jane deseaba volverse invisible, pero Alec es su hermano gemelo y aún existe una conexión especial entre ellos, un lazo que los une y los hace percibir el animo del otro.

Alec sabía que algo sucedía con Jane. Ella había perdido el brillo en su mirada, el sarcasmo y frialdad de sus comentarios, la firmeza en su voz... La Jane que conocía había desaparecido, aunque él sospechaba que debía encontrarse en algún lado. Alec confiaba en que esa extraña etérea que poseía el rostro de su hermana iba desaparecer algún día.

Él quería ayudarla, pero ella no se dejaba ayudar, no quería hablar con nadie. Con gran resignación, Alec decidió que no la presionará y dejaría que ella confiara en él.

Carlisle y Esme habían sido invitados a una fiesta. Ellos no deseaban ir, pero sus hijos los convencieron, a fin de cuentas Emmett ya no era un gran problema. A veces tenía recaídas, pero había madurado y era capaz de controlar su instinto. Emmett ya no era un problema, por eso Alec y Renesmee se fueron a su habitación, por eso Jane se encerró en su habitación mientras Carlisle y Esme no estaban en la mansión.

Aburrido, Emmett tomó su abrigo y salió de la mansión. Él no sentía frío, pero debía abrigarse y aparentar ser humano. A veces Emmett se sentía solo dentro de la familia, seguía sin entender por qué lo habían convertido. Carlisle y Esme se tienen el uno al otro, Alec y Renesmee también se tienen uno al otro, Jane... Jane no necesita a nadie. Mejor no pensar en Jane.

Emmett necesita una compañera, alguien con quien pasar el tiempo, alguien a quien amar, desear, poseer. Él desea a alguien que lo mire como Esme y Renesmee miran a sus esposos.

Segunda oportunidadWhere stories live. Discover now