Silencio

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POV NARAKU
-le quitaste la voz, no sus sentimientos y mucho menos su tatuaje-digo sin creer que de verdad se atrevió a ello.
-FUE TU CULPA, SI ÉL NO HUBIERA SABIDO LA VERDAD, PERO NECESITABA CALLARLO-miro a mi padre beber sin control- A VECES LOS ALFAS DEBEMOS TOMAR DECISIONES DIFICILES POR EL BIEN COMUN.
Mi culpa, mi hermano ha perdido su voz por mí, me doy la vuelta y salgo de ahí, corro por el bosque blanco, hundiendo mis patas en la nieve, aulló a la luna, me odio, yo he provocado esto, como pude ser tan idiota, Sesshomaru no merecía este castigo, no cuando solo reclamaba lo suyo, me dejo caer sin ánimos, el mensaje ha sido claro, no habrá nada ni nadie que pueda evitar mi enlace con Rin, mi padre ha esperado mucho para esto, porque él sabe que ella…
-Sesshomaru-se mueve entre sueños con desesperación, le coloco los paños de agua fría, la fiebre no ha bajado desde la noche anterior.
-no me dejan verle-Kikyo se pasea por la habitación de Rin mordiendo sus uñas.
-mi padre me ha dicho que lo mantendrá en el calabozo hasta después de la ceremonia-respondo sin mirarla.
-no entiendo ¿Por qué le hicieron ello? -menciona-todo por su culpa-mira con odio a Rin.
-ella no tiene culpa-respondo-ninguno la tiene.
-has cambiado-comenta-ya no eres tan sangrón como antes, el antiguo Naraku estaría feliz por lo sucedido.
-es hora de hacerme hombre, después de todo mañana uniré mi vida a ella y después seré proclamado alfa.
-jajaja-escucho su risa y para mi desgracia su estúpido sonido mi gusta.
-no te burlas-digo girándome para mirarla.
-no puedo creer que de verdad vayas a sentar cabeza.
-la manada necesita un buen líder, no a un estúpido fresón, sangrón y arrogante playboy.
La mirada de Kikyo se muestra perpleja, y tal vez yo más, pero lo he decidido, que el sacrificio de mi hermano valga la pena, que esta estúpida situación en la que me veo arrastrando a Rin, sea para algo bueno, estoy tan arto de las peleas entre clanes, porque simplemente no unimos nuestras fuerzas, hacemos una alianza y todos los alfas formamos parte del cambio, el mundo es un caos, si seguimos en guerras terminaremos matando a todas las mates, al final no habrá mujer para preservar a nuestra raza, que estúpidos somos los hombres lobos, matando a las únicas que pueden tener cachorros.
-cálmate-la sostengo con fuerza mientras se agita en la cama-Rin, estoy aquí.
Sus ojos se abren y me observan por un largo rato, parece desorientada, me duele verle así, se ve tan pequeña, tan frágil, perdida, sin vida, abre la boca para decir algo, pero apenas puede pronunciar nada cuando las lágrimas caen por su rostro.
-dime que fue solo un sueño-murmura aferrándose de mi brazo.
-lo siento, pero él…-le sostengo la mirada.
-cómo pudieron-exclama soltándose-podrá hacerlo de nuevo, es solo temporal-pregunta respirando con dificultad.
-Rin, él ya nunca volverá a hablar, le dieron a beber acido, lastimo sus cuerdas bucales, no hay forma de regenerarlas, aunque pudo resistir ello, debido que es lobo, no es aparte sensible de su anatomía…
- ¿fue culpa mía? -pregunta entre hipos.
-no, aquí el único culpable es la ambición de poder.
-Naraku…
-Rin, te necesito, debo ser alfa para cambiar la estúpida mentalidad de muchos.
-no puedo amarte, yo amo a tu hermano-grita entre lágrimas-perdóname, pero, aunque sea tu mate destinada, yo… no puedo evitar amarlo…
-lo sé-murmuro con voz baja.
La quiero, me gusta, es algo nuevo para mí, pero ella, Rin, me ha hecho cambiar, tal vez podría amarla un día de estos, en realidad quiero cuidarla y hacerla feliz, y entonces tomo la decisión, mañana me uniré a Rin, vinculare nuestras vidas y seré su fiel guardián, como él lo fue durante todo este tiempo.
POV RIN
No me han dejado verlo, ya no lo escucho, grito y grito su nombre, pero él no responde, se ha ido, apagaron su dulce voz para mí, y duele, duele hasta casi asfixiarme, les odio, de verdad odio a cada hombre lobo, como pudo su padre permitir aquello, me siento culpable, me siento devastada, temo mirarle y ver en sus ojos resentimiento hacia mí, por mí esta ahora así, por mi culpa le han hecho daño, ¿Por qué Sesshomaru? ¿Por qué me tuve que enamorar de mi guardián? Y él de mí.
Kikyo y otras chicas se dedican a peinarme, maquillarme y dejarme hermosa, todas parecen muy felices por esta alianza, y yo…
-dime Rin, te sientes preparada para esta noche-pregunta la peli negra.
-no tanto como quisiera-contesto.
-he escuchado que Naraku es todo un semental, algunas incluso han comentado que es grande-murmuro sonrojada.
-no entiendo, ¿grande de qué? -cuestiono.
-su miembro, es grande-susurra.
-y eso a mí que me importa-hablo alterada.
-tomando en cuenta que después del ritual, ustedes deberán unirse en cuerpo y alma, no sé, yo tendría curiosidad-dice con una sonrisa.
Me siento mareada, como que… así que esta noche debo… respiro con dificultad, mi primera vez, el primer hombre en mi vida… y la imagen de Sesshomaru viene a mi mente.
Una melodía de piano suena en aquel lugar, es una especia de capilla, pero sin cruces o imágenes, solo un lugar donde los presentes ocupan sus bancas, Naraku viste de blanco, se ve impresionante con su cabello negro de contraste, me tomo de la mano y ambos avanzamos hacia un hombre, Shishinki nos espera con una sonrisa, las miradas se posan en mí, me siento algo avergonzada, mi abuelo está presente, no me sorprende, me ha vendido como un trozo de carne y no fue al mejor postor, pienso resentida.
El cielo despejado deja ver una hermosa luna roja, una sensación extraña recorre mi cuerpo, como si al mirarla, algo dentro de mí gritara escapar, la voz del beta del clan llama mi atención, pronuncia palabras vacías para mí, Naraku parece serio y me observa con detenimiento, yo no puedo sonreír, esto no es lo que quiero, pero tampoco puedo escapar.
-que la sangre sea mezclada por la eternidad-menciona el hombre entregando una daga de oro a Naraku.
Quien de manera rápida deja caer sangre en el recipiente que se nos ofrece, me hago un leve corte en la mano y mi sangre se mezcla con la suya, Shishinki eleva a los cielos el recipiente ofreciéndolo como ofrenda a la gran luna roja, un listón rojo es amarrado en nuestras manos uniéndonos por la eternidad, cuando el ritual termina sin yo entender nada, debido al dialecto extraño, Naraku me da un beso, sus brazos me rodean y su boca cubre la mía de forma extraña, con delicadeza, con pasión y con algo más que no logro descifrar, los aplausos estallan a nuestro alrededor.
-llévatela nos atacan-es Inu no quien se acerca y le ordena.
Un aullido amenazante se escucha a nuestro alrededor, los hombres presentes saltan transformados en lobos dispuestos a atacar.
Las mujeres corren siendo protegidas por los lobos, abriéndole paso, Naraku me sostiene la mano y me lleva lejos del lugar, me suelta para transformarse, ahora sé que es vital nuestra unión esta noche, porque brinda una energía especial a aquel que contraiga nupcias con su mate destinada, el lobo negro me ínsita a subir a su lomo, mi cuerpo tiembla ante la situación que dejamos atrás, y corre, se aleja, vamos por la nieve, su cuerpo me mantiene caliente, no puedo dejar de pensar en lo que esté sucediendo ahí, mi abuelo, pienso alarmada, dios protégelo, ruego en silencio, apenas soy consciente de donde me ha traído, es la cueva de Sesshomaru.
-aquí solía venir de pequeño-menciona volviendo a su forma humana.
- ¿Por qué aquí? -cuestiono.
-es el único lugar donde me siento libre-responde sin dejar esa expresión seria.
-de verdad lo haremos-pregunto nerviosa.
-es lo que más quiero en esta vida-contesta.
Y tiemblo ante sus palabras, me resigno, bajo la mirada, mientras más pronto acabe esto mejor, pienso, y soy quien camina hacia él, estrellando mis labios en los suyos, los mantiene cerrados sin moverse, le miro sin entender, me levanta sin problema y lleva a una cama, ha instalado una, pienso cuando soy depositada en ella.
-no quiero ver en tus ojos arrepentimiento-murmura y eleva un pañuelo, con delicadeza me cubre los ojos.
Sus palabras me talan el alma, me dejo caer de espalda en el colchón, él es mi mate, y solo le causó daño cuando le rechazo, me quedo quieta y entonces… él sube en mí, su nariz acaricia y aspira mi cuello, la húmeda lengua recorre mi piel hasta el escote del vestido, su mano acaricia mi pierna y va subiendo mi vestido, me quedo tan quieta dejándolo hacer, muerdo mis labios y él baja mi vestido dejando expuestos mis senos, y entonces algo cambia en mi interior, su manos rozarme, su lengua en mi pezón y su boca succionando, me hacen arder, Naraku me hace desearle, y me asusta tal emoción, porque solo uno había podido despertar esta salvaje necesidad de estar piel a piel…
-no puede gustarme-digo entre lágrimas contenidas-no puedo desearte…
-si puedes… puedes porque tú y yo nacimos para amarnos…
Continuará...

Mi querido guardián *FinalizadaHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin