Ella

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POV SESSHOMARU
Me ha dejado sin palabras, Rin parecía diferente, sus ojos brillaban como nunca, me calzo y coloco la camisa aprisa, tomo la chamarra para bajar aprisa, cuando llego la veo pegada a su auto, me extiende la llave con una gran sonrisa.
-iremos en la mía-menciono.
-te ofende ir en este auto desahuciado-pregunta divertida.
-no te ofendas, pero como veras amo la velocidad-respondo.
-que engreído eres lobo-menciona y le miro escéptico-bueno vamos en tu auto-se gira y va a la cochera.
Meneo la cabeza sin entender que esto, la sigo con una sonrisa de lado, esta chica es única sin duda, me adelanto y le abro la puerta, ingresa mientras voy a ocupar mi lugar.
-bien, entonces vamos por comida-dice poniéndose su cinturón de seguridad.
-agárrate-advierto y acelero.
Escucho su risa mientras el auto va por las calles y manejo con destreza por las curvas del camino, no suelo escuchar música y el silencio no es molestoso, porque siempre esta ella, sonrió al escuchar su comentario.
-es como si estuviera en un juego mecánico, creo que alzare las manos y gritare.
-hazlo si quieres-digo divertido.
-mejor vamos al parque de diversiones y ahí sí que podré-contesta.
-Rin…
-Sesshomaru solo se vive una vez-menciona.
-bien, vamos por café y después al parque-acepto encantado al verle sonreír feliz.
Ella es una chica de 19 años, yo soy un hombre de 26, y nunca me he sentido tan vivo como hoy, ella me lleva al interior del parque de diversiones, se cuelga de mi brazo admirando el lugar, me confiesa que nunca ha entrado, pero que sus padres solían llevarla de paseo una vez al año, y en dos ocasiones fueron a un parque de diversiones, son las 11 de la mañana cuando empieza nuestra exploración, vamos de un lado a otro, me hace tomarle fotos con el pato Donald, me obliga a probarme una diadema de orejas ratón famoso.
-eres la rencarnación de un ratón, pero no con esas orejas-comenta y no entiendo nada.
Me toma la mano y saca del lugar, parece una niña, no puedo evitar reír, disfrutar y contagiarme de su entusiasmo, subimos a las tazas locas, al pulpo, al carrusel e insiste en la montaña rusa.
-grita Sesshomaru, grita… ¡AHAHAH! -dice mientras el carrito acelera.
- ¡AHAHHAHA! -grito con las manos alzadas, imitándola y la escucho reír.
-excelente Sessh-menciona ella alzando la mano-dame esos cinco.
Choco su mano y me sonríe haciéndome acelerar el corazón, miro un juego del tiro al blanco y la llevo hacia ahí.
-lo intentaras-pregunta.
Pago y me dan los dardos, me preparo y voy explotando los globos, ella aplaude encantada a mi lado.
-una más joven y ganar un lindo peluche para su novia-dice el hombre del juego, su comentario me hace lanzar chueco-oh ni modo.
-otro-digo y el señor feliz me acepta el dinero.
-vamos Sessh tu puedes-anima Rin.
Esta vez logro explotar todos los globos, el señor me señala varios enormes peluches colgados, mi mirada se centra en uno en especial, me giro con él en brazos y ella abre la boca.
-es igual a ti-dice.
-ten-se lo ofrezco y ella lo agarra.
-polar se pondrá celoso-murmura.
- ¿polar? -pregunto.
-el de escandalosos, es que nunca has visto esa caricatura, son tres osos uno es un panda, el otro…
Mi instinto me pone alerta, dejo de escuchar su explicación, miro a todos lados, puedo oler a los gélidos, diablos, y en un lugar así, bufo.
-pasa algo-pregunta Rin.
-debemos irnos-respondo agarrando su mano y llevándola a la salida.
Pero es hora pico, la gente entra como multitud, avanzamos para perdernos entre tanta gente, sin embargo, ella suelta mi mano, diablos, me giro buscándola con la mirada, su aroma está cerca, diablos quítense quiero gritarle a toda esta gente.
POV RIN
Algo malo está pasando, Sesshomaru parece alerta, odio que el buen día cabe así, pero no puedo evitar pese a todo estar feliz, sujetar su mano es muy agradable, abrazo con fuerza al lobo blanco que me ha regalado, estamos por llegar a la salida cuando alguien me jala el peluche, me suelto enojada por la situación y voy tras del hombre que lo lleva.
-espera es mío-digo corriendo tras de él, le sigo por un camino menos concurrido, al monos podré seguirle pienso.
-Rin detente, espérame-es su voz que me habla.
-no pasa nada solo voy por mi peluche-respondo.
El tipo roba lobos se detiene, por fin pienso aliviada, y le alcanzo.
-señor ese peluche es mío-menciono.
-es curioso que no sea negro-doy un paso atrás al ver de quien se trata, sus ojos azules son difíciles de olvidar.
-tu-murmuro.
-soy Bankotsu futuro alfa del clan Gélidos, y viéndote bien, tal vez lo mejor sea quedarme contigo-dice sonriendo.
-en tus sueños Bankotsu-Sesshomaru aparece y le lanza un golpe.
-no me creas tonto Sesshomaru-dice este esquivándolo.
-solo quería al peluche-contesta con el lobo en mano-corre-me sujeta la mano y ambos salimos corriendo-esta vez no te sueltes-dice.
-nunca más me soltare-respondo y es verdad, no quiero soltarle, me aferrare a él para siempre.
Una nueva semana, él me lleva a la escuela, solemos vernos durante el almuerzo, me importa poco lo que piensen los demás, Sango esta alucinada, es muy grato platicar con él, he discutido con mi abuelo por ello, no me quiere cerca de Sesshomaru, pero no puedo evitarlo, porque nadie entiende que su presencia me da seguridad, calidez, alegría, cuando estamos juntos el mundo parece detenerse, inclusive ha visto capítulos de escandalosos conmigo, le gusta más pardo y dice que panda es hembra en realidad, ruedo los ojos ante sus comentarios, la verdad es que estos días han sido, abrazo con fuerza al lobo, le doy un beso e imagino que es él, me dejo caer en la cama lista para dormir, Sesshomaru ha ido a cenar con un colega, por eso me asusta ver un cabello largo flotando dentro de mi cuarto, como rayos ha entrado.
- ¿Por qué no puedes mirarme a mí? -pregunta con voz arrastrada, está de nuevo borracho, genial.
-cállate, si mi abuelo te ve aquí te mata-le digo ayudándolo a salir por la gran ventana.
-Rin, mírame soy atractivo-tiene aliento a alcohol.
-Naraku ayúdame, pesas mucho-me quejo llevándolo por las escaleras.
-yo no tengo la culpa, yo solo quiero que él se sienta orgulloso de mí-murmura mientras lo dejo caer en su cama.
-descansa, es lo que necesitas-comento e intento alejarme, pero me sujeta del brazo y me hace caer en la cama, su cuerpo me aplasta.
-quédate y duerme conmigo, no quiero estar solo, hoy no, nadie recordó que era mi cumpleaños.
Tal vez fue esa confesión, su mirada triste, o su tono de voz, pero no pude dejarle, al contrario, le abracé, porque yo misma sabía que era estar sola.
Continuara…

Mi querido guardián *FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora