Capítulo 24 Part 2.

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-No lo sé -musitó avergonzada.

Sehun se dirigió a ella, abrió el grifo de la ducha y le lanzó un chorro de agua helada. _____ soltó un alarido estremecedor.

-¿Quieres que llene la bañera con hielo y te sumerja dentro? Pues más te vale decir la verdad -le advirtió con una mirada fiera.

_____ guardó silencio y Sehun volvió a lanzarle otro chorro de agua helada.

-¡Porque me divertía jugar contigo! -admitió furiosa- Me encantaba ver como te derramabas el té sobre los pantalones mientras me observabas el escote. Me hacía sentir poderosa y deseada. ¿Satisfecho cabrón?
-No del todo, pero lo estaré.
-Sehun éramos solo unos niños. Pensé que todo eso estaba olvidado -sollozó lastimera.

Él soltó enseguida la alcachofa y sujetó su cara entre sus manos.

-Y lo está -dijo besuqueándola-. Te juro que lo está.
-¿Entonces por qué haces esto?
-Porque me gusta recordar los buenos tiempos.
-¿Buenos tiempo? -repitió con incredulidad.
-Sí, preciosa, aquello a pesar de todo fueron buenos tiempos. Lo jodido de verdad vino después. Al menos para mí, claro. Tú seguiste con tu vida como si nada. Ni siquiera me recordabas la primera vez que te presentaste en mi despacho -concluyó en un tono amargo.
-Sehun había pasado mucho tiempo. Y además estabas tan cambiado -se disculpó avergonzada.
-Shhhh -susurró contra sus labios-. No te lo estoy reprochando. Pero cuando nuestros caminos se separaron, ese chico inocente que tú conociste, se fue muriendo a medida que luchaba para sobrevivir. Y hoy solo existe una sombra de lo que fue.
-Sehun no hace falta que te esfuerces para demostrarme que eres un cabrón. Ya lo sé.
-No, preciosa. Te aseguro que tú no sabes nada.

Dicho esto dio media vuelta, salió del baño y volvió al cabo de unos segundos con una silla.

-¿Qué haces?
-Ponerme cómodo -alegó tomando asiento frente a ella-. ¿No querías conocerme mejor? ¿No pagaste treinta dólares a cambio de información? Pues yo te la daré con todo lujo de detalles. Y gratis -puntualizó con ironía.
-Sehun...
-Verás -la interrumpió decidido a empezar-, cuando mi madre y yo abandonamos tu casa nos instalamos en un apartamento. Allí nos fue bien durante un tiempo, luego a ella se le acabaron los ahorros y ya sabes lo que vino después. El caso es que fueron unos años muy difíciles, llenos de miseria, por lo que yo también me vi obligado a hacer cosas embarazosas. Rebuscar en la basura, pedir en la calle, pequeños hurtos en supermercados. Hasta que decidí dar un paso más en mi trayectoria como delincuente y empezaron los timos, las apuestas ilegales, los trapicheos con la droga, los asaltos a mano armada.

_____ abrió los ojos de par en par. Recordaba a ese muchachito tímido, responsable, buen estudiante, y no daba crédito. Sencillamente le resultaba imposible imaginarlo con pasamontañas y pistola en mano.

-¿Sorprendida? -Se burló- Pues no solo me convertí en un vulgar ratero, también llegué a ser el cabecilla de una panda de vándalos y timadores. Ya sabes lo hábil que soy con los números -añadió con un guiño de ojo.
-Dios mío -musitó _____ .
-No, te aseguro que Dios no tuvo nada que ver en mi salvación -replicó con ironía.
-¿Y cómo fue que...?

Observaba a ese hombre apuesto y poderoso en el que se había convertido, y le venía a la mente un ave fénix resurgiendo de sus cenizas de forma gloriosa.

-¿Que retomé el buen camino? -inquirió con ironía- Fue gracias a él señor Park, mi padre.
-¿El hombre que te adoptó?

Sehun esbozó una sonrisa burlona.

-Veo que ya estás enterada del tema. Lo que no sabes es cómo le conocí. Escucha, es lo mejor de la historia -. Sacó una cajetilla de tabaco del bolsillo de su batín negro, se encendió un pitillo y echó el humo lentamente por la nariz. Hacía tiempo que no fumaba. Pero de alguna manera tenía que aplacar los nervios-. Yo tenía diecisiete años y mi madre salía con un capullo que la explotaba y le gustaba ponerse hasta el culo de crack. Ese día llegué temprano a casa, también estaba pasado de rosca. Pero mi madre aún no había regresado de trabajar. Fui a la cocina a prepararme algo de cena y encontré a ese hijo de puta robando el dinero que ella escondía en el tarro de las galletas. Empezamos a discutir y a forcejear, y en un momento dado se me echó encima. Intenté defenderme, pero solo era un crío y él era mucho más fuerte que yo, por lo que en el primer puñetazo perdí el equilibrio y me doblé en dos. Entonces ese cabrón me empujó contra la encimera, me bajó los pantalones y...-. No pudo terminar la frase. Era demasiado doloroso, demasiado espantoso de contar. Le dio otra calada al cigarro e hizo el esfuerzo de continuar-. Luego cogí un cuchillo y se lo clavé varias veces hasta que lo vi caer en el suelo sangrando como un cerdo. No sé cuánto tiempo permanecí agazapado en aquel rincón. Solo recuerdo los gritos de mi madre y el frío metal de las esposas oprimiendo mis muñecas -concluyó con la mirada perdida.
-¿Él abusó de ti? -preguntó _____ , horrorizada.

Sehun volvió en sí y esbozó una sonrisa amarga.

-En realidad lo hacía cada vez que estaba borracho y mi madre no se encontraba en casa. Pero la diferencia es que esa noche decidí defenderme y le maté. Y lo volvería a hacer una y otra vez -le juró lleno de odio.
-Lo siento mucho, Sehun. No puedo ni imaginar el horror por el que has pasado -manifestó _____ con los ojos nublados de lágrimas.
-No, no puedes. Y me alegro de que no puedas hacerlo -le aseguró con un matiz triste en la voz antes de proseguir con la historia-. Pero por suerte mi madre trabajaba en la casa del señor Park, un prestigioso abogado de la ciudad que aceptó llevar mi defensa.

Amor a Débito ||Sehun y tu||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora