Los Cofres del Saber (Capítulo 14 y capítulo 15)

225 3 0
                                    

Capítulo 14

      La conexión desapareció de repente. Un ruido metálico distorsionaba su capacidad de encontrar a personas evolucionadas, penetraba en el córtex cerebral y se propagaba como si reverberara entre los nervios para evitar que funcionaran como era debido.

      Vladymir no sabía cómo rencontrar a la pareja que de alguna manera logró bloquear su capacidad para conectar con ellos. Se quedó de pie en la escalera durante cuarenta largos minutos, exprimiendo sus neuronas para obligarlas a buscar en cualquier espacio relacionado con el autobús, sus paradas, su recorrido.

      Cruzado las manos sobre el pecho, manteniendo las palmas bien abiertas y la barbilla entre los pulgares, ralentizó su respiración, rebajó los latidos cardíacos e ignoró la realidad cerrado los ojos al ahora y ahondado en las capacidades adquiridas con los cofres en un intento de localizar a Ignacio y a Sara.    

      El esfuerzo le dejó un fuerte dolor de cabeza que bajaba en forma de acuciantes calambres por la coronilla y se enseñaba con las sienes. Al fin, Vladymir se sentó al pie de las escaleras, vencido.

        Úrsula lo obligó a levantarse y a estirarse en la cama para descansar. Estaba total y absolutamente agotado, parecía como si hubiera envejecido un siglo. Sus venas, ya marcadas de por sí, sobresalían en su piel blanquecina como si se pudieran coger con las manos, su rostro se había quedado sin expresión, con unas bolsas amoratadas bajo los ojos y un color plomizo que le marcaba los huesos de las mejillas como si fuera un cadáver en descomposición. Sus manos seguían cruzadas sobre el pecho, estaban flácidas, blancas, arrugadas.

         Necesitaba descansar durante unas horas para recuperar el control sobre su cuerpo y volver a buscar a Sara. Ella era la clave para resolver el misterio del último de los cofres, el más importante, el que descubría la manera de evolucionar del todo a un nuevo estadio, de convertirse en un ser pleno, en un humano con todas las capacidades que los prigenios  negaron a la humanidad.

     Cerró los ojos y dejó que su mente se quedara en blanco. Anuló todos los pensamientos, los recuerdos, la rabia y el dolor. Aplacó la ira que lo consumía, aplicando una técnica de relajación que aprendió en sus años en el Tíbet, cuando empezaba a entender sus nuevas capacidades y necesitaba aprender a usarlas con tranquilidad.

       La negrura ocupó lentamente su cabeza. No veía nada, no pensaba en nada, no sentía nada. Todo su cuerpo se relajó, destensando los músculos, recuperando el riego sanguíneo, la respiración, los latidos. El dolor de cabeza se fundió con la nada hasta desaparecer. Y Vladymir se quedó completamente dormido.

       Durante más de media hora el transilvano se sumió en una oscuridad opaca que se ocupaba de dominar su cerebro. Sus circuitos neuronales se despojaron de la frenética actividad a la que los llevaba su dueño en la vigilia, volviendo a funcionar de una manera sosegada y tranquila.

       Úrsula no paró de caminar inquieta por la habitación. Miraba una y otra vez a su amante con angustia, sin entender demasiado bien aquel color plomizo en sus mejillas, la flacidez de sus músculos, la postura estática que adquirió y la sensación de estar ante el cadáver de alguien a quien amaba con locura.

       Nunca antes vio a su amado en ese estado, nunca antes tuvo la sensación de que podía ser vulnerable a alguna circunstancia. Pensaba que era invencible, capaz de saltar de un acantilado y caer entero a orillas del mar, de surcar las olas sin mojarse, de controlar cualquier mente, de conseguir aquello que se proponía.

        La relación entre ambos se inició muchos años atrás, cuando ella trabajaba en un bar de su tierra natal para salir de la pobreza en la que se sumió al perder a su familia y él la rescató con promesas de llevarla a la cúspide donde ahora se encontraba.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 20, 2012 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Los Cofres del SaberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora