Capítulo 18.

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Narra Tn.

Aquel rarito tenía la habilidad de predecir el futuro y predijo que Daigo perdería por un final por salida.

-Personalmente me parece aburrido estar en una batalla que estás seguro que vas a ganar -dijo Ojo negro.

-Tendrás que hacer algo mejor si tratas de meterte en mi cabeza- dijo Daigo- ¿Qué más tienes para mí?

-Muy defensivo para un blader al que atraparon inclinando la balanza a su favor.

-Parece que hiciste tú tarea.

Ojo negro iba a responder pero hablé antes- ¿Quieren pelear de una buena vez? Me estoy hartando.

Se pusieron en posición e inició la batalla.

Tal y como había dicho Ojo negro, Daigo perdió por un final por salida.

Otra batalla, que luego de alentarlo un poco porque Ojo negro predijo que ganaría por un final explosivo.

Y Daigo le dio en su madre y ganó el con un final explosivo.

—No puede ser —decía Ojo negro— Tuve una premonición, ¡Mis visiones no mienten!

—El destino es algo que no puedes predecir —le dijo Daigo—Es algo que tienes que crear.

—Qué profundo—dije.

—Qué desafortunado para ti, Ojo negro —dijo la voz de Ashtem— Ya no veo futuro para ti con nosotros.

—¡No! ¡Por favor dame otra oportunidad, Ashtem! —pidió Ojo negro.

—Los fracasados deben irse —dijo Ashtem y debajo de los pies de Ojo negro se abrió un agujero y cayó por ahí.

—Adiós —me asomé al agujero y saludé a la nada.

Y de la nada comenzaron a abrirse más agujeros por todos lados. Comenzamos a correr para escapar de allí.

Llegamos a una puerta con picos sobresalientes y una serpiente rara dibujada.

—Empiezo a pensar que estoy en un sueño raro —dijo Audaz.

—Esto me recuerda a The Maze Runner —hablé yo.

Y la puerta se abrió. Del otro lado había una sala y en el piso en vez de piso picos. Y no solo el piso, el techo y las paredes también.

—Oh coño —susurré.

En el centro de la sala había una arena. Algo me dice que este desafío es para Cuza.

—Tiene que ser una broma —dijo Valt.

—¿A quién se le ocurrió esto? —se quejó Wakiya.

—Necesitan un nuevo diseñador —dijo Rantaro.

—No sé ustedes, amigos pero yo estoy emocionado —dijo Cuza.

—Espera —habló Wakiya— No hay espacio alrededor de la arena.

Era cierto, había muy poco espacio.

—¿De dónde se supone que lancemos? —preguntó Audaz.

—Eso es fácil, saltando—dijo una voz.

Miramos de dónde provenía la voz y apareció un gordo papa (no por ofender a nadie lo digo con gracia y con fines de entretener) vestido de negro con una máscara del mismo color que saltaba por los espacios donde no había picos.

—Wow, un gimnasta —dijo Wakiya.

—Diu.

—Increíble, ¿Tendrá resortes en vez de pies? —preguntó Valt y me reí interiormente ante su inocencia.

¿Qué... me está pasando? (Free De La Hoya Y Tú)Where stories live. Discover now