Capítulo 3.

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Narra Meik.

Kitt nos mostró dónde dormiríamos y dónde podríamos entrenar, lo cual era cuando quisiéramos.
El BC Sol iba a ser nuestro hogar, al menos por un tiempo.
Valt, Rantaro y Kitt se quedaron en una habitación y a mí me designaron una aparte.

Esta es tu habitación. — Kitt abrió la puerta y me dejó pasar.

— ¿Solo estoy yo? — inquirí mirando mi nueva habitación.

No, vas a estar acompañada. — me respondió sin darme más detalles. —  Tres puertas hacia la derecha está mi habitación que comparto con Valt y Rantaro.

De acuerdo. — me senté en la cama que parecía desocupada.— Gracias, Kitt.

— De nada. — se despidió y cerró la puerta dejándome sola.

La cama que estaba desocupada se ubicaba junto a la ventana de la habitación. Miré sobre ella hacia el exterior al cielo azul. Dejando que el viento azotara mi rostro, cerré los ojos para disfrutar la sensación.
Es raro estar en otro país, durmiendo en una habitación que no es la tuya, conocer gente nueva y seguir cierto reglamento. La nostalgia me invadió.

Dejé mi mochila a los pies de la cama y me acosté para comenzar pensar en todo lo que ha pasado hasta ahora: el club de bey se separó, no digo que ya no somos un club, si no más bien, cada quien fue reclutado por diferentes casas: Valt y yo fuimos reclutados por el BC Sol, Shu por los Ragins Bulls, etc.
Llegamos a España, nos perdimos por culpa de Valt, llegamos tarde por culpa de Valt y Kitt, pusieron a prueba al puerco espin, apareció Rantaro, conocí a Free de la Hoya, el mejor blader del mundo supuestamente, mis dos amigos  tuvieron un lugar en el BC Sol como yo, y ahora esto.

Queriendo despejar mi mente, decidí dormir un poco. Es decir, aún es temprano, pero supongo que mañana debo levantarme temprano.

(...)

Abrí los ojos y miré a mi izquierda, no había nadie en la cama continua. Pero si hubo alguien, debido a que la cama estaba algo revuelta, señal de que alguien había dormido allí.
Miré el reloj que marcaba 7:30 AM. Aún estaba a tiempo.

Me levanté y me vestí con la misma ropa que siempre que encontré en mi maleta, siendo que aún no la desarmaba. Me até el pelo en una coleta simple y me dispuse a salir de la habitación para ir al comedor a desayunar.

Había una señora en la cocina. Me acerqué a ella y la saludé.

Hola, buenos días, ¿cómo está? — saludé cortésmente a la mujer.

Buen día, jovencita, no recuerdo haberte visto por aquí, debes ser nueva, ¿cómo te llamas? Yo soy Ange y estaré a cargo de ustedes durante su estadía, conmigo no pasarán hambre. — con una gran sonrisa, la mujer se presentó.

— Meik Ichinose, es un placer conocerla, llegué ayer desde Japón.

—Ahora que lo dices, creo que te conozco... — se quedó unos minutos pensantes y luego chasqueó sus dedos.— Eres esa chica que Free a veces mira cuando hay algún torneo, una suprema de Japón. Por cierto, ¿ya has conocido a Free?

Ante eso quedé un poco perpleja ¿ Que hacía el mejor blader del mundo mirando a una equis en un torneo de otro país?
Realmente no entendía la magnitud de mi popularidad.

— ¿Él ya me conocía? —fue una pregunta más aire que para que la respondan.

Supongo, una vez le estaba llevando una charola con comida y lo encontré mirando la pantalla del televisor. Había una chica bastante bonita de ojos verdes y cabellos negros. Esa eres tú.

¿Qué... me está pasando? (Free De La Hoya Y Tú)Where stories live. Discover now