Capítulo 4

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Al pasar al elevador pulsa el 3 y enseguida la máquina se echó a andar..
El silencio fue incomodo..

-¿Segura de que te encuentras bien?- Pregunta Meredith con precaución

-. Ssi.- me pone de los nervios -. Solo ha sido un accidente y....-  Me interrumpe

-.Mira Sam, no intento ser tu amiga ni mucho menos, pero lo que si te digo es que cuando entras en el mundo de los negocios aprendes a tener perspicacia y aprendes a ver lo que nadie más ve, lo oculto.-  esto ya está raro... -. Mi punto es  que si no quieres decirme lo que realmente pasó no lo hagas, solamente quiero que te cuides, y si esos moretones son por lo que creo que es....- Nos interrumpe el sonido del elevador.

Ella me mira, abre la boca para decirme algo, pero como que lo piensa mejor y no lo hace.

-. Sígueme.- Me ordena mientras  ella camina delante  de mí a través de un lujoso vestíbulo.
Nunca antes había visto tantas cortinas juntas, los muebles son hermosos, el piso totalmente cubierto por una mullida alfombra  color marfil, a juego con los muebles.

-. Puedes quitarte los zapatos si gustas.- dice mientras sus tacones desaparecen de sus pies. Mierda.. Hasta las uñas de sus pies son tan perfectas como su departamento...
Sus ojos brillan mientras yo solo observo todo lo que puedo, es que hay tantas cosas para ver que apenas y puedo centrar mi atención en solo una cosa a la vez.

-¿Desayunaste?- me pregunta Meredith desde la cocina,  pensándolo bien no lo hice, esta mañana no tuve tiempo de prepararme algo de desayuno y tampoco es que había algo de donde escoger...

-¡Tierra llamando a Sam!- dice en repetidas ocasiones -¿Acaso no escuchas niña?- dice en tono molesto.

-.hee... Si, si desayune gracias..- le diré a Bernie que me prepare algo para desayunar, Bernie es el chef del restaurante, es muy bueno a decir verdad y no se por que sigue aquí, no le pagan lo suficiente por su tiempo.

-¿Segura?- me pregunta Meredith sacándome de mis pensamientos -Por lo menos acepta  una taza de café cargado para que quites esa cara de espanto que tienes - dice mientras se acerca con una bandeja en sus manos - Es más, te ordeno que te comas esto que te preparé - Coloca la bandeja en una pequeña mesa redonda, supongo que es lo que usa para cuando va a tomar el té.

Claro, hasta cree que me puede ordenar que coma...  Pero cuando veo lo que hay en la charola de inmediato mi boca se vuelve agua y mi estómago ruge como desquiciado..

Trozos de fresas, duraznos, peras, manzanas, bananas y una cosa verde con diminutas semillas en ella, todo mezclado en una ensalada, si ¡ensalada de frutas! También tenia un plato con tostadas y algo de color blanco y morado untado en ellas, y un poco de jugo de naranja de un lado,junto a un expreso caliente y cargado de cafeína, justo lo que necesito.

No lo dudo ni un segundo más y comienzo a devorarlo todo, las tostadas están perfectas y crujientes, lo untado en ella es queso crema y mermelada de arándanos, la ensalada de frutas ni hablar, bebí todo mi jugo, y me dispuse a recoger los platos, pero mi jefa Meredith lo evitó, justo cuando me levanto para poder discutirlo siento que la cabeza comienza a darme vueltas, mi vientre duele de forma descomunal, cuando trato de caminar hasta una silla para poder sentarme, y la oscuridad aparece ....

*Meredith*

La veo caerse sobre la alfombra, no se que hacer.

-¡ Niña!- le digo tomándola por los hombros para sacudirla un poco -¡Niña despierta!- no hace nada.

Decido escuchar los latidos de su corazón, así que acerco un poco mi oído, aún late. Le tomo el pulso y está muy débil.

-Tengo que llevarte al hospital- Busco rápidamente mi teléfono y comienzo a buscar en mi agenda quien pueda ayudarme. Seleccione el número sin dudar y lo marco.

Obsesión PeligrosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora