Taehyung se levantó muy temprano, pues pediría el día de descanso para así poder guardar todas las pocas cosas que JungIn y el tenían.
-¿Papi?
La voz adormilada de su bebé lo hizo desviar su mirada del desayuno que estaba haciendo.
Su pequeño JungIn aún estaba en pijama y se tallaba los ojitos con una mano mientras que con la otra tenía un peluche de conejito abrazado.-¿Porqué te despertaste tan temprano cariño?.- preguntó Taehyung.- deberías de seguir durmiendo.
El menor hizo un puchero y estiró sus manitos para que su papá castaño lo tomará en brazos.
Taehyung sonrió contento y cargo a su bebé mientras le llenaba la carita con muchos besitos.
-Ya que estás despierto, ¿Porqué no vas y metes todos tus juguetes en una de las cajas que deje en el pasillo?.- sugirió el castaño.
-¿Los venderas de nuevo papi?.- preguntó el menor con un puchero.
Taehyung sintió como si alguien le golpeará el estómago pero aún así sonrió mientras negaba con la cabeza.
-Supongo que quieres llevarlos contigo cuando cambiemos de casa.- dijo Taehyung haciendo una mueca graciosa.
-¿Uh? ¿Cambiar de casa?.- preguntó el menor confundido.
-Sipi, a la casa de... papá Kook.- dijo Taehyung riendo.
El menor abrió su boquita sorprendido y luego soltó un chillido gracioso.
-¡Quiero vivir con Papi Kook! ¡Llevaré todos mis juguetes y mi mochilita de Iron Man!.- gritaba contento el menor.
Taehyung comenzó a reír por lo tierno que llegaba a ser su pequeño bebé.
-¡Gracias Papi!.- chilló emocionado el menor mientras corría de nuevo a su habitación para comenzar a guardar todas sus cosas.
Taehyung suspiro y volvió a dedicarse a hacer el desayuno.
-Por favor que todo mejore y que mi bebé siempre sea feliz.- pidió el castaño en un susurro.
-¿Citas de hoy?.- preguntó Jungkook a su secretaria.-Ninguna más señor Jeon, simplemente una cena con algunos empresarios y eso será todo para terminar con su agenda de hoy.- informó la chica rubia.
-Gracias Lalisa, puedes marcharte a casa ahora.- dijo Jungkook sonriente.
La chicas sintió e hizo una reverencia para después salir de la oficina del azabache.
Jungkook sintió sus manos picar y la poca paciencia que estaba teniendo se agotaba de a poco.
-Al parecer alguien está desesperado.- se burló el de cabellos mentas desde le umbral de la puerta.