Capitulo 11

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C A P Í T U L O 11

Buen amigo Sam.

—He venido andando, ¿por qué?—le digo

—Yo podía haberte traído—me dice de mala manera.

—Prefería venir andando—le digo empezando a enfadarme por cómo me está contestando— Además tú no tienes porque traerme.

—Perdona, por ser un buen compañero y querer traerte—dice en tono burlón.

Lo fulmino con la mirada sin decir nada. Reconozco que me duele bastante recibir este ánimo después de la escena que acabamos de hacer. Reconozco que me duele verlo con Inanna y que me duelen sus cambios de humor.

—Está bien, creo que deberíais dejar de discutir—dice Inanna.

—Yo no estoy discutiendo, no discutiría con una malagradecida como ella—dice Hero refiriéndose a mi..

—Yo tampoco con un idiota como tú—digo me doy la vuelta y enseguida pequeñas lágrimas por mis mejillas mientras salgo del hotel.

Nunca he sido una persona muy sensible, pero no pude evitar llorar con las palabras de Hero. Me siento fatal y esto era justo lo que quería evitar. No quería ser débil, no con él, no delante de él pero no pude evitarlo. Me odia, pero no se porque. No sé si le caigo bien o mal, si le importo o no. El día que me pidió perdón y fuimos al parque creía que estaba intentando arreglar las cosas para llevarnos bien, cuando vino a mi cuarto a cuidarme pensé que empezaba a importarle, si no ¿por que iba a estar ahí?, pero con estas cosas me doy cuenta que no. Que es un egoísta que solo piensa en si mismo. Seguramente solo estaba actuando, es un gran actor y el papel de bueno se le da muy bien. ¿Como voy a sentir algo por él? Patética lo se. Mi miedo se hace más real por cada vez que lo pienso, ¿me estaré enamorando de un personaje? De cómo es conmigo con una cámara delante... pero esa noche en el parque y ese día en mi habitación no estaban, era solo Hero.

Desde que salí del hotel llevo caminando unos 20 minutos, llegué al famoso parque y me senté en uno de los bancos. No puedo evitar pensar en aquella noche, Hero era tan diferente, tan dulce y maravilloso ... Justo veía los columpios en frente de mi, ese en donde Hero y yo nos sentamos y estuvimos hablando durante horas. Ese día el tiempo se me fue volando y hoy parece estar en mi contra. Miro el reloj y los minutos no avanzan, no se si es el dolor tan grande que siento ahora o porque me estoy perdiendo en los recuerdos del pasado.

Una hora después, ahí seguía yo. Sentada en el banco mirando a dos niños jugando en los columpios de mis recuerdos, la niña se veía emocionada y el niño no paraba de mirarla. Mi mente no estaba centrada, yo no estaba centrada. Mis lágrimas bajaban por mis mejillas por cada vez que recordaba las palabras de Hero, y la manera en que me habló. Mientras mi corazón se partía, mi cabeza me decía que era patética, no puede ser que esté llorando por un tío que conozco desde hace menos de una semana. Siempre he sido débil, pero con el me siento demasiado vulnerable. No se si valdrá la pena seguir haciendo la película, no me hace bien. Quiero alejarme, pero a la vez no puedo. Quiero decir basta, pero a la vez quiero quedarme.

Cuando empezó a oscurecer, me levanté y empecé a caminar en dirección al hotel. Iba a paso lento, tenía que volver bien, no me perdonaría volver a llorar de nuevo por él y menos delante de él. A 10 minutos del hotel, un coche para justo al lado de la cera en donde estoy.

—¿Josephine?—me dice la persona. Me agacho un poco y veo a Samuel al volante.

—Hola—le digo con una media sonrisa un poco falsa, ya que sonreír es lo que menos me apetece ahora.

—¿Que haces por aquí?—me pregunta.

—Voy al hotel, estaba dando una vuelta—le digo.

—¿Estás bien?—me dice seguramente al ver mis ojos rojos e hinchados.

—Si, no te preocupes—le digo, intentando que no me pregunte sobre el tema. Y por suerte no lo hace.

—Si quieres te llevo, me queda de paso—dice sonriendo.

Accedo y me subo al coche. Por el camino no me menciona el tema y eso lo agradezco. Estuvimos hablando de música, de su grupo favorito the Beatles y del mío The Rollings Stones. Lo que duró el trayecto me olvidé por completo de Hero, y me concentré en lo bien que lo estaba pasando con Samuel, era muy gracioso y de verdad me hizo mucho bien estar un rato con él.

Aparcó el coche justo delante de la puerta del hotel.

—Bueno, llegamos—me dice con una sonrisa.

—Muchas gracias por traerme—le digo devolviéndole la sonrisa.

—Me alegro verte mejor que cuando te encontré caminando sola. Si necesitas hablar o simplemente pasar el rato me puedes llamar cuando quieras—me dice, mientras apunta su número en un papel y me lo da.

—No se como agradecerte que me hayas subido el ánimo—le digo y me voy.

Eran cerca de las 10 de la noche cuando llegué al hotel. Subí las escaleras crucé el pasillo y abrí la puerta de mi habitación. Me di una ducha y me puse el pijama. Me tumbé en la cama y decidí coger mi móvil y llamar a James, quería hablar con alguien y se que con él podía. Sonó unas tres veces y saltó el buzón de voz, lo llamé otras dos veces pero nada, a lo mejor estaba ocupado, así que no lo volví a intentar y le envié un mensaje:

James, quería ver cómo estabas. Te echo de menos, cuando puedas llámame. Xoxo

Dejo el móvil en la mesa de noche, y lo intercambio por el libro que estaba ahí mismo. En mil pedazos-Anna Todd. Aún no podía creerme que Tessa hubiera perdonada a Hardin después de lo de la apuesta y que aún habiendo hecho eso Hardin todavía siguiera exigiéndole cosas. Supongo, que querer es perdonar, y que amar es cambiar actitudes y mejorarlas, pero no se  hasta donde pueda llegar el amor de Tessa y la paciencia cometiendo error tras error.

BEFORE || [✔️]Where stories live. Discover now