1981

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Se habría paso entre las plantas apresurado y con el corazón amenazando con salir de su pecho. No iba a negarlo, tenía miedo y dentro de el habitaba una inmensa rabia únicamente opacada por la preocupación, el horror y la tristeza. ¡Maldita sea! ¿Cómo habían podido encontrarlas entre aquel enorme conjunto de árboles, flores y otras plantas? A Kate siempre le había encantado la naturaleza, no sólo la apreciaba, la sentía. Y cuando ella había expresado su deseo de vivir rodeada de plantas, flores, lagos y árboles, no se le cruzó la idea de negarse ni por un segundo. ¿Acaso podría decir que no a la idea de formar una familia entre un gran bosque para correr y revolcarse en la tierra?

Recordó la celebración de Año Nuevo anterior, la primera con los niños. Junto a Kate, habían montado una mesa para nueve personas en un claro del bosque no muy lejos de la casa. Remus había sido el primero en llegar y, apenas se había terminado una barra de chocolate (de la cual compartió un pedazo a la pequeña de menos de un año), llegaron Lily y James, la primera cargando a su ahijado favorito, claro, si solo tenía uno. Y detrás de ellos apareció Carol, a lo que Kate saltó del sillón para ir a abrazar a su mejor amiga. Aquella reacción no los había sorprendido en absoluto, ya que Carol había regresado apenas de un viaje y no era seguro que llegaría, pero ahí estaban todos juntos, como una gran familia. Esperaron un rato a que llegara el último invitado, pero decidieron continuar esperándolo ya sentados a la mesa. Así que todos juntos partieron de la casa hacia el claro donde la mesa ya estaba puesta.

- ¡Feliz Año Nuevo! - gritaron todos cuando fue la hora.

- Ahora brindemos - el azabache se paró de su asiento - Brindo por nosotros, por nuestras familia, por ésta familia al lado de todos ustedes... y por Peter que no está aquí físicamente pero si en nuestros corazones...

- Que poético, Cornamenta, me haces llorar - un pelinegro lo interrumpió fingiendo secarse lágrimas del rostro.

- Y brindo por que Kate logre sacarte esas pulgas que tienes, Canuto.

- Yo brindare por que algún día ustedes dos maduren - se unió quien seguía comiendo chocolate hasta ese momento.

- ¿Qué dicen, chicas? - una pelirroja alzó su copa - Brindemos por que estos tontos no le peguen la idiotez a los niños.

- Evans, creí que nos querías - de nuevo, el pelinegro fingió decepción con dramatismo.

- Oh, claro que los quiere, los quiere yendo por el postre, no esperaremos toda la noche.

- ¿Para que pararnos a buscarlo, querida Kate, si tenemos magia? - el azabache hizo una seña al pelinegro.

- Oh no - murmuró Remus.

- Esto no irá bien - susurró Carol.

- Lo sé - le respondió Lily.

- Canuto, ¿nos concederías este honor?

- Con gusto - se paró de su asiento y exclamó:- ¡Accio Postre!

Por un momento, esperaron. No pasaba nada. Hasta que, de pronto apareció volando por los aires el refractario con el postre, que fue a dar directamente a la cara del pelinegro para luego caer a la mesa, dejando a un pelinegro con postre esparcido por toda la cara. Todos estallaron en risas.

- Apuesto a que aún así sigo siendo más guapo que tu, Cornamenta. ¿Verdad, Kate?

- Oh, claro - la chica alzó un dedo, tomó un poco del postre del que quedó en el refractario y lo saboreó - Chocolate, me gusta.

- ¿Para que tomar de ahí, si pudiste agarrar del que hay en mi bello rostro?

- Muy bien - la castaña se levantó de su asiento y acercó su rostro al del pelinegro de manera coqueta.

La Oveja Negra En La Familia Malfoy // Harry Potter & Tú Where stories live. Discover now