Épilogue

83 10 0
                                    

Algún día lluvioso de 1995.

Querido Julian:

Ya debes haberme olvidado, mi amor, pero yo no lo he hecho.

Hay tanto que debo decirte.

Primero, ¿Sabes cuánto daño me han hecho tus cartas? El dolor que sentí no se compara a nada, ni siquiera al tuyo, Julian. Pero sé que te he hecho daño también. Todavía me quedo horas pensando en cómo he podido huir así, de la nada.

Segundo, ¿Tengo que mencionar el hecho de que yo no he podido superarte? Te amo, Julian, lo hago desde el primer día que te vi. Y sé que esto va a abrir una herida ya cicatrizada, pero no he podido controlarlo.

Te amo, te amo tanto que duele.

Merezco morir, pero eso sería demasiada paz. No, merezco vivir con agonía, respirar aire contaminado de dolor para tratar de enmendar mi error.

 Mi corazón se ha convertido en un oscuro e infinito hueco, donde cualquier intento de curarlo solo lo hace más grande.

Ansío verte. A veces, me descubro a mi misma tocando mi muñeca, o pensando en qué puedo cocinarte. Y luego lloro, pensando en que, en alguna parte de Francia, una hermosa chica se debe estar haciendo la misma pregunta.

¿La miras como me mirabas?

¿La amas como me amabas a mí?

No me contestes, no quiero saberlo.

Eres mi peor dolor de cabeza, Julian Langois. Y por eso es que te amo. Tal vez sea una idiota, y el único modo de sobrevivir que tengo es arruinando las cosas. O tal vez, solo tal vez, no sirvo para esto. No sirvo para las manos que se rozan, las miradas de amor, las sonrisas verdaderas y las palabras mudas.

Las palabras no alcanzan para demostrarte lo que siento, y tal vez nunca lo hagan, y yo quizás nunca pueda mostrarme ante ti totalmente transparente. Pero estoy tan rota como tú, y la única esperanza que me permito tener es convertirme en algo tan frágil, débil y hermoso como un pedazo de cristal.

Lo lamento, Julian, lamento haberme infiltrado en tu vida y haberte hecho miserable. Y, sobre todas las cosas, lamento haberte conocido.

Te amé, te amo y te amaré por siempre.

Charlotte. 

Nuestros Días de LluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora